Códigos de oscura y misteriosa procedencia
Muy buenas, Yen. Es la segunda vez que me animo a escribir. La primera vez creo que tenía 14-15 años, y ahora tengo 41, así que, como puedes ver, soy un seguidor acérrimo de la revista. Recuerdo que vi el número 1 de la revista en casa de un amigo y, desde entonces, aunque no siempre de forma continua, he ido comprándola siempre con la misma ilusión, a pesar de seguir cumpliendo años y peinando canas. Bueno, a lo que vamos, que no quiero seguir contando cuentos del abuelo Cebolleta.
Desde hace ya un tiempo, el formato digital le ha comido la tostada al formato físico, a pesar de lo mucho que nos guste tener nuestros juegos en la estantería. Pero, dentro del formato digital, existe lo que he oído que se llama "el mercado gris", es decir, esas webs donde se puede comprar un código de un juego mucho más barato que en las tiendas oficiales de cada plataforma. No voy a negar que he comprado en estos sitios, hasta que un día me pregunté por qué son más baratos, y lo que pude encontrar es que estos códigos no se sabe de dónde provienen y, al comprar en estos sitios, las compañías que desarrollan y distribuyen los juegos no obtienen ningún beneficio económico. ¿Es cierto? Creo que es muy importante saber dónde compramos, ya que nuestro dinero tiene que ir para las personas que, con su trabajo, consiguen sacar adelante un juego que nos da tantas horas de diversión y saber que, en un futuro, podrán seguir desarrollando otros proyectos.
Gracias por seguir con la revista y continuar dándonos la misma ilusión todos los meses. Un saludo.
Hola, Roberto. Es muy interesante lo que me preguntas, porque es un mal de la industria de los videojuegos del que no se suele hablar demasiado. Como bien dices, el auge del mercado digital ha hecho proliferar una especie de mercado negro de webs de compraventa de códigos de descarga. De algún modo, vendría a ser un retorcimiento de lo que en el formato físico ha sido siempre la segunda mano, con la diferencia de que, en este caso, ni siquiera hay una "primera mano" que haya disfrutado del juego, ya que, una vez canjeado el código, queda ligado para siempre a la cuenta en cuestión.
Es difícil conocer la procedencia de los códigos que se venden en esas webs, que suelen ser de particulares, independientemente de que los hayan obtenido de forma lícita o mediante algún tipo de fraude. Para el usuario medio, los descuentos resultan tan golosos que es difícil resistirse, pero, yendo a lo que me preguntas, las editoras de videojuegos no ven ni un duro de las transacciones que se producen en las webs con las que no tienen un acuerdo. Si se quiere contribuir a la buena salud de la industria digital, lo mejor es acudir a Steam, PS Store, Microsoft Store, Nintendo eshop...
Roberto Argáiz