Adiós, viejo amigo y maestro
Puni Go
Sigo consternado, pues se nos fue un precursor e ídolo, pero, ante todo, un ser querido y/o viejo amigo: Akira Toriyama.
Se le recordará, sobre todo, por sus méritos, dado que se lo ha ganado a pulso, quedando perenne, por su estilo y personalidad, por crear cátedra y por plasmar sus valores, además de por destilar un humor particular (por ejemplo, con Dr. Slump) por siempre. También por sus diseños utilizados en otros medios (por ejemplo, en la saga de videojuegos Dragon Quest) y por plantar la simiente de todo lo que vendría luego, desatando el furor por el manga, entre las masas, internacionalmente. Qué digo internacionalmente… ¡Mundialmente!
Justamente, vosotros publicasteis en el pasado varios números, de los primeros, de vuestra revista, con Son Goku y compañía en portada, además de aquellos VHS en estuche de cartón que no sólo eran sobre mi shonen favorito, sino también de Tekken, Street Fighter II o Ranma.
Perdí la cuenta de las veces que vi su obra magna, Dragon Ball (o Bola de Drac) en la televisión de tubo, en catalán; al mediodía, mediante grabaciones en VHS y especiales o películas. Recuerdo dibujar e inventar personajes, sin cesar; jugar en el patio del colegio recreando técnicas y/o combates con mi amigo Alex (te extraño); coleccionar cromos, fotocopias, ropa, juguetes, videojuegos…
Aprovecho para recomendar, si aún hay alguien que no haya tenido oportunidad de leerlo, el libro que todo fan tanto de la franquicia como de los videojuegos debería tener, como es Dragon Ball Dai Budokai: La historia de los videojuegos de Goku, una publicación realizada en colaboración por Daniel Quesada y Antonio Sánchez-migallón. Son notorios el trabajo y la pasión que depositaron los dos para su elaboración.
Mis abuelos, que tenían un kiosco en los 80 y los 90, vendieron varias de sus películas, que venían como suplemento con la compra de según qué periódicos. Y, siendo un crío que apenas levantaba dos palmos del suelo, me topé con varias de ellas, además de la Hobby Consolas. Recuerdo que, un día, estaba abriendo armarios y, en un altillo, di con Bola de Drac: La llegenda del drac Sheron. Fue mágico, y de mis primeras aproximaciones para con la obra de Toriyama.
Mi momento favorito, o uno de ellos, era cuando Goku en super saiyajin humilla a Freezer y, luego, este último, recibiendo energía de nuestro héroe y tras estar agonizando y pedir clemencia, lo ataca por la espalda, para, acto seguido, ser derrotado. Eso y los especiales de Bardock y Trunks del futuro; y cómo ese chico misterioso destroza al tirano galáctico, en un abrir y cerrar de ojos.
Uno de sus logros era que desprendía una fuerza magnética de tal calibre que conseguía unir personas, fuese cual fuese su procedencia, cultura o color de piel, de todos los tamaños y condiciones; e incluso hacía que aquellos niños, en la época incomprendidos o vapuleados, en el peor de los casos marginados por ser distintos, pudiesen fraternizar con otros que pasaran por los mismos calvarios, compartiendo sus mismas aficiones.
Dragon Ball no sólo eran batallas increíblemente coreografiadas o transformaciones interminables aderezadas de gritos y hemoglobina, o ese humor característico del principio. No, ello suponía el entretenimiento o el factor espectacular externo. La parte analítica subyacente trataba sobre el poderoso vínculo de la amistad, la empatía y el cariño, sobre enseñanzas como el no rendirse ante las adversidades y sobre mejorar, tanto como personas como en aptitudes.
Albergaba la esperanza de, algún día, toparme con su persona cara a cara, e inmortalizar ese momento especial, mediante una foto o firma en uno de los cómics que aún poseo. En fin. Ahora, con su partida, el futuro de su obra queda como una incógnita: ¿Toyotaro, el mangaka e ilustrador, tomará el relevo del autor, aunque se presuponga, concluyendo con la serie? ¿Y qué será de Dragon Ball Daima? El tiempo lo dirá.
PD: Ara vetlles per nosaltres des de les estrelles. Moltes gràcies pel teu art, que em va fer companyia en moments difícils, i pel missatge de no llençar la tovallola, mai! Adéu, amic. Ah!
Un fuerte abrazo a Dani, Bruno, David, y demás consolegas.
YEN
Tu carta me ha traído magníficos recuerdos. En general, es muy habitual que los aficionados a los videojuegos compartamos también el gusto por Bola de Dragón. ¡Que nos lo digan a nosotros! Como hemos comentado a menudo, el número más vendido de la historia de Hobby Consolas fue el decimoctavo, de marzo de 1993, el primero por cuya portada se dejó caer Goku. Pero, sin duda, la mejor simbiosis entre los dos ámbitos la representaron aquellas cintas de VHS, que hacían que la revista se vendiera como rosquillas, en una época en que internet y las plataformas de streaming eran aún ciencia ficción. Yo perdí la cuenta de las veces que vi peliculones como Estalla el duelo, Fusión o Un futuro diferente: Gohan y Trunks. Echo mucho de menos aquella etapa. A ver si le podemos rendir homenaje próximamente aprovechando el estreno de Dragon Ball: Sparking! Zero.
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