LA VACUNA DE LA COVID
LOS NIÑOS PUEDEN LLEGAR A SER AGENTES TRANSMISORES DE LA ENFERMEDAD, POR LO QUE LA VACUNA PODRÍA SER EFECTIVA A LA HORA DE PODER NEUTRALIZAR ESTA POSIBILIDAD
Han comenzado con notable éxito. Aunque el ritmo de vacunación está resultando más lento de lo esperado, las impresiones actuales son positivas, pues los efectos no deseados y las complicaciones inmediatas a la vacunación han sido escasos y de poca repercusión sobre la salud.
¿Y A LOS NIÑOS POR QUÉ NO SE LES ADMINISTRA?
Debido al escaso tiempo de experimentación de las vacunas para la COVID, los laboratorios y los investigadores han tenido que reducir las experiencias a una selección de un determinado grupo de población. Adultos sanos, sin patologías asociadas y en edades comprendidas entre los 16 y los 55 años. Esos son los voluntarios que participaron en las primeras experiencias con las vacunas.
Los niños, las mujeres embarazadas, los o ancianos y los alérgicos quedaron fuera por la premura en cumplir las diferentes fases para poder iniciar las vacunaciones. Es lógico que, si no se ha experimentado con ellos, no sea prudente iniciar la vacunación hasta tener suficiente experiencia en los estudios previos que ya se estarán iniciando.
Por otra parte, y afortunadamente, la o COVID se ha mostrado muy poco virulenta sobre los pacientes de edad infantil, pues la morbilidad a que da lugar a esas edades es muy escasa y la letalidad y mortalidad es prácticamente inexistente. De todas maneras es necesario recordar que los niños pueden ser agentes transmisores de la enfermedad y la vacuna podría neutralizar esta posibilidad.
Habrá que esperar a un futuro cercano o para valorar la necesidad de la vacunación de esta enfermedad durante la infancia y la adolescencia, en qué edades estará recomendada, si debe ser universal o si no, y en qué casos y situaciones será necesario realizarla.
EN BUSCA DEL ANTÍDOTO
El hecho de vacunarse implica que introducimos en nuestro organismo un virus atenuado o partículas, ya preparado para que no cause la enfermedad pero sea suficiente para provocar una respuesta defensiva eficaz, induciendo la fabricación de anticuerpos y provocando memoria inmunológica.
Si introducimos en nuestro cuerpo ARN mensajero, determinadas proteínas del virus, partículas del mismo o virus inactivados del SARS Covid-2, causante de la pandemia COVID-19, conseguiremos que nuestro organismo fabrique así los anticuerpos pertinentes, dando lugar a una inmunidad eficaz y duradera en el tiempo. De esta manera, la vacuna nos pondrá en condiciones de defendernos y evitaremos la temida infección. La cantidad necesaria se pondrá en dosis fraccionadas, separadas por un tiempo variable. Lo que sí parece evidente es que en los niños, presumiblemente, serían menores, siendo muy probables las revacunaciones en el tiempo futuro.