NO ME OYE CÓMO DARSE CUENTA A TIEMPO
El sentido del oído es, tras el sentido de la vista, el más importante para relacionarse con el exterior y el medio en que nos desenvolvemos. Imprescindible para el aprendizaje y las relaciones interpersonales, también nos ayuda como elemento de protección, pues nos pone en guardia ante peligros exteriores y, además, interviene de forma decisiva y eficaz como órgano del equilibrio en el desarrollo de nuestra motilidad. Es por esto que el diagnóstico precoz y el tratamiento temprano de la hipoacusia tiene tanta importancia para el normal desarrollo de una buena calidad de vida y de un alto grado de salud y bienestar.
QUÉ ES LA HIPOACUSIA
Se define como la disminución en la capacidad de percepción del sonido a través del órgano del oído. Puede ser unilateral o bilateral, de transmisión o de percepción, central o periférica y parcial (hipoacusia) o total (sordera o cofosis).
Por su momento de aparición, se pueden o diferenciar las prelocutivas, cuando aparecen al nacimiento, y postlocutivas, cuando el niño ha adquirido el lenguaje y se presentan a lo largo de la infancia.
Por su localización, se clasifican en o hipoacusias de transmisión o periféricas, hipoacusias neurosensoriales o centrales, y mixtas.
Por el grado de intensidad, las hay leves, o con pérdidas de entre 20-40 decibelios; medias, con pérdidas entre 40-70 dB; severas, con pérdidas entre 70-90 dB y profundas, con pérdidas de más de 90 dB.
POR QUÉ SE PRODUCE
El origen de la hipoacusia infantil suele tener relación con problemas durante el embarazo, durante el parto o después del nacimiento.
En el embarazo. Herencia (factor importante o de riesgo). Medicamentos ototóxicos. Infecciones intraútero, producidas generalmente por virus, rubéola, toxoplasmosis y otros.
En el parto. Sufrimiento fetal agudo, o incompatibilidad Rh, parto distócico, prematuridad. UVI neonatal.
Después del parto. Infecciones víricas, otitis o de repetición, meningitis, medicamentos ototóxicos.
QUÉ HACER SI SOSPECHAMOS HIPOACUSIA
No dejaremos de insistir en que el diagnóstico y el tratamiento lo más precoz posible de la hipoacusia y la sordera infantil hacen que el pronóstico sea mucho mejor, pues la enseñanza diferenciada y especial en estos niños es más eficaz cuanto más temprana. Ante la sospecha, debéis siempre acudir a una consulta con vuestro pediatra y este os pondrá en contacto con otorrinolaringólogos especializados para diagnosticar o descartar dicha patología. Si se llegase a un diagnóstico claro, es importante comenzar lo más temprano posible con el tratamiento y la educación de estos niños, pues necesitarán de atenciones específicas relacionadas con su enfermedad.