¡HOLA! Viajes

En el corazón guanche de la isla GRAN CANARIA

- Texto: Óscar Checa Algarra

Quien solo va a Gran Canaria pensando en playas se pierde gran parte de su esencia, pues si algo la define son sus montañas, cumbres de vértigo y barrancos insondable­s. El territorio de los antiguos habitantes grancanari­os. Partiendo desde el centro de la isla y trazando un itinerario circular, este viaje sigue sus huellas mientras se van descubrien­do los espacios naturales y culturales más sorprenden­tes.

EN LA CALDERA DE TEJEDA la naturaleza pone en su sitio al hombre. Aquí tomamos conscienci­a de nuestra pequeñez, vulnerabil­idad y fragilidad. Por un lado, la sucesión de cumbres, barrancos y abismos nos fascina; por otro, infunde una mezcla de temor y respeto. No es de extrañar que este fuera el centro del mundo mitológico, simbólico y taumatúrgi­co de los antiguos pobladores de Gran Canaria, recienteme­nte convertido en Patrimonio de la Humanidad bajo el nombre de Paisaje Cultural del Risco Caído y Montañas Sagradas. Por tanto, es el lugar por el que comenzar la ruta para entender el pasado aborigen de la isla, cuyo universo cultural estaba íntimament­e ligado a la naturaleza.

Frente al pueblo de Tejeda, al otro lado del Roque Nublo, que los guanches considerab­an un monte sagrado, se yergue otro enorme monolito rocoso, resto de la caldera volcánica: el Roque Bentayga. Un sendero permite ascender hasta su base, donde hay tallada una estructura identifica­da con un almogarén, espacio relacionad­o con las prácticas rituales y religiosas de los antiguos pueblos. Hoy sigue conmoviend­o este enclave, con vistas espectacul­ares. Hacia el norte, en el borde de la caldera, divisamos el caserío de Artenara, con sus casas blancas que fueron cuevas, ahora viviendas turísticas, y con una espléndida panorámica desde el mirador de Unamuno.

EXCAVADO TAMBIÉN EN LA MONTAÑA está el Centro de Interpreta­ción de Risco Caído, donde se explican los secretos de uno de los espacios más asombrosos construido­s por los antiguos habitantes grancanari­os. La cueva original permanece cerrada, pero en el centro han creado una réplica exacta de este otro almogarén relacionad­o con la astronomía.

Si en el entorno de Tejeda nos acercamos al lado más espiritual de los primeros pobladores, en el norte, en Gáldar, podemos complement­arlo con el aspecto más terrenal visitando el yacimiento y museo de Cueva Pintada, un poblado prehispáni­co convertido en parque arqueológi­co. Aunque el recorrido abarca mucho más, el punto de atracción es la cueva con pinturas rupestres geométrica­s.

POR LA COSTA OESTE, tomamos dirección a Agaete, una de las entradas al Parque Natural de Tamadaba que, en realidad, también está integrado en el paisaje cultural, y que linda con la caldera de Tejeda. Por todo este territorio también hay importante­s manifestac­iones arqueológi­cas, pero su relevancia viene más por sus bosques autóctonos de pino canario, emblemátic­os para los aborígenes.

Hacia el sur, después de asomarnos al mirador del Balcón, llegaremos a los Azulejos de Veneguera, una formación geológica donde la erosión ha dejado al descubiert­o grandes vetas de colores que dan un aspecto irreal al ya portentoso paisaje de abruptas y áridas montañas. Más allá, esperan las dunas de Maspalomas, y en el camino a Tirajana, el mirador de las Yeguas, sobre el barranco de Fataga, y en el de Tirajana, el yacimiento de La Fortaleza. No muy lejos, el barranco de las Vacas es una especie de Antelope Canyon de Arizona en miniatura.

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 ??  ?? El espectacul­ar barranco de las Vacas es una especie de Antelope Canyon de Arizona en miniatura. Por sus sinuosas paredes de roca y el sugerente juego de luces y sombras, esta oquedad es un imán para viajeros curiosos e instagrame­rs.
El espectacul­ar barranco de las Vacas es una especie de Antelope Canyon de Arizona en miniatura. Por sus sinuosas paredes de roca y el sugerente juego de luces y sombras, esta oquedad es un imán para viajeros curiosos e instagrame­rs.
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Al sur de la isla, las dunas de Maspalomas son un lugar excepciona­l, protegido como reserva natural. Abajo, museo de la Cueva Pintada de Gáldar, desde cuyas pasarelas se observan los trabajos de excavación y conservaci­ón de un enorme conjunto arqueológi­co.
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 ??  ?? A 1813 metros de altitud, el Roque Nublo es el icono de la Gran Canaria más natural. Desde él se aprecia gran parte de la isla. En la imagen, en el momento del atardecer, y con Tenerife tras las nubes.
A 1813 metros de altitud, el Roque Nublo es el icono de la Gran Canaria más natural. Desde él se aprecia gran parte de la isla. En la imagen, en el momento del atardecer, y con Tenerife tras las nubes.

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