¡HOLA! Viajes

Escapadas de mar y montaña ALICANTE Marina Baixa

- Texto: Andrés Campos

Tomando como punto de partida Benidorm, una vuelta de 100 kilómetros por el abrupto corazón de esta comarca va descubrien­do poblacione­s tan bellas como Guadalest y Altea y montañas como Serra Gelada y el Puig Campana. Si al itinerario le añadimos un baño de chorros y burbujas en Las Fuentes del Algar, que es un auténtico oasis de pozas y cascadas, la recompensa está servida.

BENIDORM ES LA CIUDAD DEL MUNDO con más rascacielo­s por metro cuadrado después de Nueva York. Por eso se la conoce como Beniyork o el pequeño Manhattan del Mediterrán­eo. Encabeza la lista el rascacielo­s Intempo, el residencia­l más alto de España, de 198 metros, seguido por el Bali, de 186, que es el hotel más elevado de Europa. Ambos gozan de unas vistas privilegia­das del skyline de Benidorm, de sus dos playas, su islote y las montañas circundant­es. El primero es privado, pero al segundo podemos subir en ascensor hasta su mirador para «tocar» el cielo.

Sin bajarnos del coche ni alejarnos de la ciudad, o muy poco, se alcanza la Serra Gelada, la sierra costera que se levanta al este. El primer parque marítimo-terrestre de la Comunidad Valenciana abarca 5564 hectáreas, de las que 4920 correspond­en al medio marino, el cual alberga grandes praderas de posidonias y una de las pocas poblacione­s de delfines mulares del litoral peninsular. Desde la cruz que corona la primera cima se ve Benidorm como desde un helicópter­o. Una carretera cerrada al tráfico permite ir caminando en poco más de media hora desde la playa de Levante hasta la Torre de les Caletes, en la punta de Cavall, para contemplar los acantilado­s de 300 metros de altura.

MUY CERCA QUEDA EL PUIG CAMPANA, la montaña litoral más alta de España: 1408 metros. Dice la leyenda que la caracterís­tica brecha de su cresta se la hizo el gigante Roldán dándole sin querer un espadazo. El pedrusco que salió despedido es la isla de Benidorm. Lo que no es leyenda es que desde ella se alcanza a ver con unos prismático­s la isla de Mallorca, a 250 kilómetros de distancia.

Lo de subir al Puig Campana desde Finestrat es optativo, porque exige esfuerzo, pero lo que no cuesta nada es dar una vuelta en coche por la sierra de Aitana, la que se yergue al norte, pasando por Sella, Penáguila, Confrides, Guadalest, Callosa d’en Sarrià, Polop de la Marina y La Nucía. A lo largo de 100 kilómetros tendremos otras ocasiones para pasear y hacernos selfis, la mejor de todas, en Guadalest. Y la segunda, en Callosa d’en Sarrià, donde el río Algar, al poco de nacer, atraviesa un paraje más tropical que mediterrán­eo, lleno de límpidas pozas y atronadora­s cascadas, además de media docena de restaurant­es donde comer paella.

EN LUGAR DE VOLVER directamen­te de Callosa d’en Sarrià a Benidorm por las bonitas localidade­s de Polop y La Nucía, podemos dar un pequeño rodeo para visitar la aún más bonita Altea. Sus callejuela­s, llenas de recovecos y miradores, han atraído desde hace décadas a pintores: Benjamín Palencia, Eberhard Schlotter, Antoni Miró... Numerosas galerías, estudios y espacios expositivo­s mantienen viva su herencia. Hay que pasear por las calles que rodean la iglesia, buscar las puertas de la antigua muralla e ir mentalizad­os para subir cuestas como la Costera del Mestre la Música, con 255 escalones de oscura piedra de Les Quintanes.

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 ??  ?? Cascada de las Fuentes del Algar. A la izquierda, Altea al atardecer, cuyo casco antiguo se arracima blanquísim­o alrededor de las cúpulas azules de la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo.
Cascada de las Fuentes del Algar. A la izquierda, Altea al atardecer, cuyo casco antiguo se arracima blanquísim­o alrededor de las cúpulas azules de la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo.
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