DESCUBRIR LA TAILANDIA MÁS NATURAL. Un desvío de la ruta cultural lleva a Khao Yai, un parque nacional de más de 2000 km2 con curiosas formaciones de roca calcárea y en el que abundan las cascadas. En los bosques se esconde una variada fauna salvaje y, de hecho, es uno de los escasísimos lugares del país en el que hay tigres. A 120 kilómetros de Bangkok, la Unesco lo ha inscrito, junto a la vecina zona de Dong Phayayen, en la lista del Patrimonio Mundial.