¡HOLA! Viajes

La exuberante perla del pacífico sur ISLAS COOK

- Texto: Óscar Checa Algarra

¡Kia Orana! Con este saludo dan la bienvenida en este archipiéla­go perdido en el océano Pacífico, considerad­o uno de los mejores lugares para practicar deportes acuáticos como surf, buceo o snorkel. La mezcla de arrecifes coralinos y montañas volcánicas lo convierten en un destino con variedad de actividade­s, donde podemos disfrutar de un paisaje natural paradisíac­o.

Hay que ampliar mucHo la imagen de Google Maps para encontrar las Islas Cook, pero ahí están, alejadas de casi todo, en medio del Pacífico sur. Ya solo el nombre es evocador, porque recuerda a la época en que la mitad del planeta desconocía qué había en la otra mitad y llevaba a los hombres a adentrarse en los océanos para vivir aventuras y gestas épicas. Entre estos estaba James Cook, uno de los explorador­es y cartógrafo­s más destacados de la Marina Real británica, que en el siglo xviii recorrió el Pacífico a bordo del HMB Endeavour en busca de costas e islas desconocid­as y, de paso, bautizando algunos de esos lugares, como las Islas Cook.

Un par de siglos antes habían pasado por aquí los navegantes españoles, pero, finalmente, fue el capitán Cook quien las «descubrió» de manera oficial, y eso que, al parecer, no llegó a tocar tierra en ninguna de las islas del archipiéla­go. Casi doscientos cincuenta años después, siguen pareciendo un paraíso, con sus playas de arena blanca, sus aguas turquesa y su exuberante naturaleza.

EL COLLAR DE FLORES DE TIARÉ con el que reciben aquí a los viajeros parece transforma­rlo todo. Como al resto de polinesios, a los habitantes de las Cook les encantan las flores y las utilizan como parte de su atuendo o para adornarse el pelo o el rostro. De paso, siguen un ritual que sirve para comunicar otros aspectos.

Según se lleve la flor, detrás de la oreja derecha o de la izquierda, indicará que se está comprometi­do o soltero, y la orientació­n de los pétalos nos dirá si se busca pareja o no se está interesado de momento.

El Jardín Botánico Maire Nui, en Rarotonga, la isla principal, es el mejor lugar para descubrir todas las flores y plantas tropicales propias de este lugar y conocer su cultura local. Y aunque en Cook uno siempre tiene prisa por disfrutar del mar, aquí también hay que planificar una excursión al interior de la isla, a las montañas cubiertas de espesos bosques en los que aún se encuentran muchas especies autóctonas, mezcladas con otras muchas que fueron introducid­as para la producción de madera.

UNO DE LOS RECORRIDOS MÁS LLAMATIVOS es el que se hace por los senderos de la reserva Takitumu, creada para proteger la flora y la fauna propias de estas islas, y uno de los pocos lugares donde aún habita el ave endémica kakerori. Los caminos entre estas montañas de origen volcánico llevan hasta espacios elevados y desprovist­os de vegetación que se convierten en los mejores miradores.

Si preferimos hacer alguna actividad más suave, podemos optar por los itinerario­s en bici, que descubren la historia, la cultura y las tradicione­s polinesias de las Islas Cook, además de rincones idílicos, con cascadas y remansos de agua.

Pero es la playa y el mar el gran atractivo de este lugar. Si el surf o el kitesurf atraen a muchos visitantes, pese a que las olas cortas que rompen contra los arrecifes de coral no son aptas para todo el mundo, el buceo y el snorkel son las actividade­s estrella, ya que permiten sumergirse en un mundo submarino lleno de biodiversi­dad y color. Tortugas, rayas, tiburones y decenas de peces de arrecife y corales aparecen ante los ojos en sus aguas cristalina­s. E incluso es posible sumarse a los safaris con sea scooters, unos propulsore­s acuáticos con los que sumergirse a mayor profundida­d y sin apenas esfuerzo.

DE TODAS FORMAS, si hay algo que nadie debería perderse, es la excursión por el interior de la laguna coralina de la isla de Aitutaki, uno de los atolones más hermosos de todo el mundo: aguas transparen­tes con cualquier tonalidad de azul imaginable, islotes vírgenes repartidos por el interior, enormes lenguas de arena blanca impoluta y un paisaje submarino impresiona­nte de taludes y arrecifes. Una de estas excursione­s permite pasar todo el día en la laguna y visitar el islote One Food (y también sellar el pasaporte en la oficina de correos del lugar, que es el único edificio de la isla), tomar el sol tras disfrutar de un almuerzo de pescado preparado en el acto y nadar y bucear entre corales.

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 ??  ?? Vista aérea de Rarotonga, la mayor de las Cook, una pequeña isla volcánica rodeada por una laguna bordeada de arrecifes de coral donde se encuentra la capital, Avarua.
Vista aérea de Rarotonga, la mayor de las Cook, una pequeña isla volcánica rodeada por una laguna bordeada de arrecifes de coral donde se encuentra la capital, Avarua.
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Excursión en barco por la laguna de Aitu-taki y vista del islote One Food.

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