¡HOLA! Viajes

Al más puro estilo slow life inglés INGLATERRA Los Cotswolds

- Texto: Cristina Fernández

Entre la majestuosa Bath, la universita­ria Oxford y la dinámica Birmingham se extiende la región de los Cotswolds, rodeada de verdes colinas y poblacione­s de inconfundi­ble aire countrysid­e británico. A lo largo de 130 kilómetros, desde Stratford-upon-Avon hasta Castle Combe, esta ruta concentra toda la esencia inglesa en sus hermosos paisajes con rebaños de ovejas, tiendas coquetas y salones de té. Aquí la vida transcurre con otro tempo, el del sosiego y el respeto a la historia.

CUANDO LA A- comienza a serpentear, a estrechars­e tanto que parece imposible que dos vehículos se crucen sin rozarse, y se abre paso entre suaves colinas pobladas de ganado, el viajero advierte que se está acercando a los Cotswolds, la región de cuento típicament­e británica con la que tantas veces se ha soñado. Estas tierras de paisajes bucólicos, hermosas granjas ecológicas y pueblos de postal se extiende por condados como Oxfordshir­e, Somerset o Worcesters­hire. A dos horas por carretera de Londres, y a tan solo una de Bristol, aquí lo que impera es el slowlife, una filosofía de vida sosegada y natural.

Para recorrer los Cotswolds de norte a sur y acabar en la capital, lo ideal es dirigirse a Stratford-upon-Avon, la ciudad que vio nacer a William Shakespear­e, y que es como un catálogo de casas con entramados de madera, iglesias góticas y esencia inglesa en cada esquina. Una visita a su casa natal, que acoge el Skakespear­e Centre, permite conocer cómo era el estilo de vida de la sociedad británica del siglo xvii. Antes de partir, tomar el té en la coqueta cafetería The Fourteas dejará el mejor sabor de boca.

LA MAGIA CONTINÚA FLUYENDO de camino a la elegante Broadway, que, como sucede en la mayor parte de los Cotswolds, mantiene el encanto de lo rural, con bellas construcci­ones en piedra muy bien conservada­s y hermosas calles. Pasear por ellas lleva a rememorar épocas doradas pasadas, como la que vivió en los siglos xvi y xvii gracias a la producción y el comercio de la lana. En Broadway la piedra caliza o limestone tiñe de ocre las fachadas de sus vetustos edificios de estilo Tudor a lo largo de High Street, una de las calles más largas de Inglaterra. Solo a dos kilómetros de distancia y por un estrecho camino rural, se alcanza Bacon Hill y la famosa Torre de Broadway, convertida en uno de los iconos de la región.

EN APENAS DIEZ MINUTOS, tomando la A-44 y desviándon­os rápidament­e hacia la B-4081, llegaremos a Chipping Campden, donde nació a comienzos del siglo xx el conocido movimiento de Arts&Crafts. Sus casas, cubiertas por antiguos tejados de paja que han sobrevivid­o a los siglos, son una excusa añadida para tomarse un tiempo. También lo es el Museo Court Barn o las innumerabl­es tiendas de productos artesanale­s repartidas por sus exquisitas calles.

Stow on the Wold, a apenas 15 kilómetros y en un peculiar cruce de siete carreteras, fue popular antaño por sus ferias de ganado, donde sus famosas ovejas-león –cotswolds lions–, acostumbra­das a pastar en los prados de los alrededore­s, eran muy codiciadas. Hoy se trata del paraíso del producto orgánico, como el que se despacha en Daylesford Organic Farm, donde abogan por la cría y cultivo de sus productos de manera responsabl­e, ética e inteligent­e. Es este un tipo de negocio que se repite en aldeas como Bourton on the Water, conocida por sus centenario­s puentes de piedra sobre el gélido río Windrush. Apodada «la Venecia de los Cotswolds» y con múltiples salones de té en los que degustar el clásico cream tea, no es de extrañar que muchas celebridad­es la hayan escogido como lugar de residencia.

LA RUTA CONTINÚA POR ESTRECHAS VÍAS en dirección a Bibury, la localidad más fotografia­da de la región. ¿El motivo? La hermosa calle de Arlington Row, antiguo hogar de los tejedores de lana, que con sus casas color miel y sus tejados puntiagudo­s está considerad­a, como afirmó William Morris, una de las más hermosas de Inglaterra. Tras tomar algunas imágenes como recuerdo, hay que sortear la ciudad de Cirenceste­r y buscar la A-433, donde espera Tetbury, el paraíso de los amantes de las antigüedad­es.

Después de hacer una incursión en la imponente iglesia de Santa María y un paseo por su Market Square, llegará el turno de contemplar Castle Combe, cuya estampa ha servido de decorado para películas de época. En este paraíso de la campiña inglesa manda la filosofía de vida calmada, y como prueba de ello, en la puerta de algunas casas se ofrecen pasteles caseros a cambio de unas monedas. Probar uno de estos manjares puede ser un buen punto y final a una ruta de ensueño a la que siempre se deseará volver.

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 ??  ?? El pequeño pueblo de Castle Combe, en el condado de Wiltshire, con sus casas tradiciona­les, el puente sobre el río Bybrook, la iglesia y la antigua plaza del mercado, pasa por ser uno de los más bonitos y fotogénico­s de Inglaterra.
El pequeño pueblo de Castle Combe, en el condado de Wiltshire, con sus casas tradiciona­les, el puente sobre el río Bybrook, la iglesia y la antigua plaza del mercado, pasa por ser uno de los más bonitos y fotogénico­s de Inglaterra.
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Rodeada por el bucólico paisaje de la campiña inglesa, la pequeña iglesia de Santa María de Lasborough fue escenario de rodaje de la aclamada serie de la BBC Poldark. A la derecha, abajo, paseo a caballo por la villa rural de Laverton.

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