PABLO PUYOL
NOS CUENTA CÓMO SU LUNA DE MIEL TERMINÓ EN PESADILLA
«Fue horroroso, porque perdimos los gastos de todo y hubo que rearmar el viaje», cuenta el actor, que fue deportado de México por un problema con un visado
LO que debía ser un viaje maravilloso, el colofón de su boda, que tuvo lugar a principios de julio, se terminó convirtiendo en un capítulo inolvidable, pero no por los motivos que debe serlo una luna de miel, sino por lo que les ocurrió. Pablo Puyol y Beatriz Mur pusieron rumbo a México, un país que el actor conoce muy bien porque estuvo trabajando allí, pero, nada más aterrizar, su sueño se convirtió en pesadilla cuando las autoridades les denegaron la entrada. A él lo acusaron de haber falsificado documentación para obtener su visa de trabajo en la época en la que estuvo viviendo allí y, horas después, eran deportados. Ahora, Pablo, aún estupefacto por lo ocurrido, nos cuenta qué fue lo que pasó.
—Pablo, dicen que todo ocurrió por un problema que tuviste en el pasado.
—Es que no tuve ningún problema, no había ningún delito ni nada parecido, simplemente, había un fallo en el visado de trabajo que obtuve hace años para trabajar en México.
—Entonces, durante años, existía ese conflicto del que nadie te informó y lo has descubierto al volver. ¿No sabías que no podías entrar al país?
—No, a mí nadie me notificó nada, yo estuve trabajando allí un año y por eso fui tranquilamente. Ahora tendré que aclararlo y arreglarlo por si algún día tengo que volver, aunque no me apetece nada.
—Al sacar el billete, ¿nadie os informó del problema?
—No, porque para entrar en México no hace falta ningún tipo de visa si eres español, salvo que vayas a trabajar, como fue mi caso hace unos años.
—¿Qué pasó a tu llegada?
—Nos tuvieron allí unas horas, me interrogaron y nos metieron en un avión de vuelta. Una anécdota más en mi vida, poco agradable.
—¿Cómo se lo tomó Beatriz? ¿No te pediría el divorcio?
—No, no (ríe). Al principio se lo tomó muy mal, pero estuvo conmigo en la reunión y pudo comprobar que ni yo tenía responsabilidad, ni tenía sentido lo que nos estaba ocurriendo. Y transcendió que el problema por el que no nos dejaban entrar era un problema por la visa de trabajo de hace cinco años. Una cosa muy ridícula.
—Si fuese así, ¿no habría prescrito el asunto?
—No sé cómo funcionan las cosas en México, ahora tendré que ir a la embajada a solucionarlo y pedir explicaciones.
—Te noto muy tranquilo.
—Sí, es que, además de tener la conciencia tranquila, no es nada grave, lo único que fue muy desagradable y horroroso porque perdimos los gastos de todo y hubo que rearmar una luna de miel.
—¿Dónde fuisteis?
—Hicimos un viaje por el Algarve y cabo de Gata, que fue maravilloso
—¿Pero las autoridades mexicanas no te reconocieron o no cotejaron quién eras?
—Yo les decía que pusiesen mi nombre en Google, pero ellos decían que yo había adjuntado documentación falsa para obtener mi permiso de trabajo hace cinco años… Absurdo. Yo, como otros actores, adjunté recortes de prensa con mis trabajos como actor para demostrar que tengo una trayectoria profesional. Me dijo el agente que me creía, pero que tenía el acceso restringido.
—¿No tuviste ningún conflicto estando en México?
—Estuve viviendo allí un año, me concedieron el permiso de trabajo, estuve trabajando como actor, presenté una obra de teatro, una película, una serie… No tuve ningún problema. Ahora ellos consideran que parte de la documentación que presenté para obtener la visa de trabajo estaba falsificada. El instituto de migración considera que algo de lo que se presentó era falso.
—¿Has pensado emprender acciones legales?
—Sí, sobre todo por cómo trataron a mi chica, porque contra ella no tenían nada, solo contra mí, y la aislaron y la incomunicaron igualmente. Ella sí podía haber entrado, pero, al venir conmigo, la trataron como si fuese una delincuente.