LA FASCINANTE HISTORIA DE LA PRIMERA DAMA DEL REINO UNIDO
DE LA POBREZA A CONVERTIRSE EN UNA DE LAS MUJERES MÁS RICAS DE EUROPA
SU padre recibió la noticia de su nacimiento por un aviso de un amigo de un amigo de un vecino porque, en aquel momento, abril de 1980, su familia no podía ni siquiera pagar la factura del teléfono. Hoy, sin embargo, N.R. Narayana Murthy es el epítome del hombre hecho a sí mismo, uno de los doce más ricos del mundo según la revista «Fortune». Y aquella niña, Akshata Murty (escribe su apellido sin «h» al igual que su madre), no solo es la primera dama de Reino Unido, sino que, además, y gracias tan solo al 0,9 % de las acciones de Infosys, la empresa familiar dedicada a los servicios de telecomunicaciones, es una de las mujeres más ricas de Europa. Pero no siempre fue así. La suya es una historia de esfuerzo y sacrificio. De la pobreza a estudiar en la prestigiosa Universidad de Stanford y atesorar una fortuna que supera la de la propia Familia Real británica
Desde que Rishi Sunak se barajó como posible sucesor de Boris Johnson para dirigir el país —aunque sería Liz Truss la que, durante cuarenta y cinco días, dormiría en el número 10 de Downing Street—, los focos se posaron en esta discreta mujer de cuarenta y dos años con la que el hoy líder de los «tories» forma una de las parejas más atractivas de Gran Bretaña. Pero, también, más controvertidas. Y es que, en ese momento, los tabloides sacaron a la luz que aún no había radicado su domicilio en el Reino Unido para, supuestamente, proteger los dividendos de sus empresas fuera de la fiscalidad británica. Sin embargo, Murty, con un solo gesto, dio muestra de su carácter, su decisión y un orgullo solo forjado en una vida que no había sido fácil. No solo pagó los impuestos de sus empresas en Inglaterra, sino que iría más allá: tributaría por todas sus empresas repartidas en el mundo. Es decir, por millones y millones de libras, dado que, solo con esa participación en Infosys, hablaríamos de 700 millones de libras.
Aquella empresa la fundaría su padre cuando Akshata tenía tan solo un año y dos meses. Ella vivía con sus abuelos en la India rural, mientras sus padres, Narayana y Sudha Murty, buscaban el éxito en Bombay. Y sí, lo encontraron. No obstante, nunca olvidaron sus raíces e inculcaron en sus hijos la importancia de la educación y el trabajo duro. Nada de televisión. Nada de yates. Nada de caprichos ni ropa cara. Solo estudio y formación. De hecho, Akshata Murty estudiaría economía y francés en Claremont McKenna College en California. Después, en Stanford, donde hizo un máster en Gestión y Administración de Empresas y donde conocería a su marido, que, en aquel momento, era un inteligente y prometedor hijo de un médico de clase media y, por último, quizás por desquitarse, estudió moda y creó su propia compañía, Akshata Designs, con la que lanzó su primera colección en 2011.