VITAMINA E: UN CLÁSICO IMBATIBLE
Mucho más que un poderoso antioxidante: esta modesta vitamina hace mucho –y bueno– por la piel.
SUPERDEFENSORA
Hace justo un siglo que la ciencia describió por primera vez la vitamina E: sintetizada por las plantas y presente sobre todo en nueces, semillas y los aceites de oliva y de girasol, existe en ocho formas químicas diferentes. En cosmética, las más populares son el tocoferol y el acetato de tocoferil. Su cualidad dermatológica más conocida es su poder antioxidante, pues tiene una gran capacidad para neutralizar los radicales libres.
HIDRATANTE TOP
Menos conocido es su poder hidratante, que ejerce en dos vertientes. Por un lado, es un activo humectante: ayuda a que circule mejor el agua entre las capas de la piel, llevándola desde la dermis a la epidermis. Además, es emoliente. Por su composición es afín a los lípidos de la piel y, por tanto, se une a ellos, cementando las células de la capa córnea y proporcionando más estabilidad a la barrera cutánea.
CALMAR Y REPARAR
Por si fuera poco, la vitamina E tiene una acción tranquilizadora sobre la piel gracias a su acción antiinflamatoria y regeneradora. Por eso está presente en tantas fórmulas para pieles sensibles o irritadas, ya que ayuda a reparar la función barrera.
DÚO PERFECTO
A veces, 2 + 2 no son 4, ¡sino diez! Es el caso del combo formado por las vitaminas E y C, mucho más eficaces juntas que por separado.Y es que a medida que la primera se agota combatiendo, capturando y acabando con los radicales libres, la segunda la ayuda a regenerarse con un efecto sinérgico que las potencia. Además, la vitamina C es mejor luchadora contra los rayos UVA, mientras que la E destaca en su labor anti-UVB. ¿El mejor aliado de estas dos vitaminas? El ácido ferúlico, que mejora la estabilidad de ambas y duplica su poder fotoprotector.
Malas posturas, patologías heredadas, el paso del tiempo… El dolor en la espalda es muy frecuente y se suele localizar en su zona más baja, pues esta es la región anatómica más expuesta y vulnerable de su anatomía. Debido a la posición erecta de la especie humana, la espalda está sometida a esfuerzos, posturas, traumas y sobrecargas que, con el paso del tiempo y en edades avanzadas de la vida, dan lugar a dolor lumbar crónico.
En la zona lumbar existen
EL SEDENTARISMO AUMENTA EL DOLOR LUMBAR. EL YOGA Y EL PILATES SON PRÁCTICAS QUE BENEFICIAN Y MEJORAN EL DOLOR DE ESPALDA
diferentes estructuras que pueden ocasionar dolor: vértebras lumbares y sacras, discos intervertebrales, músculos y nervios. Cualquier alteración de una de estas estructuras repercute sobre las otras, al estar muy relacionadas entre sí, dando lugar al dolor lumbar. La contracción y el espasmo muscular, la compresión de una raíz nerviosa, radiculitis, la degeneración de las vértebras y los cartílagos y la osteoporosis pueden dar lugar a dolor crónico en la espalda.