TRATAMIENTO
Desde la fisioterapia a la rehabilitación, la farmacoterapia y hasta la cirugía, son muchos los tratamientos que pueden contribuir.
Los analgésicos antiinflamatorios (AINES) y los miorrelajantes son los fármacos más utilizados en estas ocasiones. Los opiáceos mayores y menores, los parches y otras terapias más agresivas entran en el terreno de los especialistas en el dolor.
Se han utilizado, más recientemente, el bloqueo selectivo de las raíces nerviosas, la neuroestimulación eléctrica, la toxina botulínica y hasta la inyección de células madre. Las cirugías deben ser muy selectivas y utilizadas como último recurso.