TAMARA FALCÓ
CONFESIONES SOBRE SU SITUACIÓN PERSONAL, AL CUMPLIR CUARENTA Y UN AÑOS
Asus cuarenta y un años recién cumplidos —este domingo 20—, Tamara Falcó ha pasado página al difícil capítulo de su ruptura con Íñigo Onieva. Así lo confiesa en la presentación de la nueva colección de su firma de moda con Pedro del Hierro. «Estoy encantada porque, en principio, era una acción puntual y me hace ilusión que hayan vuelto a confiar en mí», dice sobre la colaboración.
—¿Cómo te encuentras después de todo?
—Tranquila, bien. He tenido muchísimo apoyo de familiares y amigos. El trabajo ha sido otra forma de continuar mi rutina. Han sido unos meses de todo tipo de sensaciones. Ir a Lourdes fue supersanador. También hice un retiro espiritual, que me ayudó un montón. Todo pasa por algo y, al final, dadas las circunstancias, he salido muy bien parada.
—¿Y de la polémica por el congreso de México?
—Todo estuvo totalmente tergiversado. En ningún momento he tenido ningún problema con personas de diferente orientación sexual a la mía. Fue una injusticia tremenda y he sufrido mucho.
—¿Qué balance haces de este año?
—Ha sido un aprendizaje, un crecimiento personal. Cuando la vida te da algunos golpes, es el momento para crecer, ver lo positivo y aferrarte a eso. Mi lectura es que todo ha sido para bien.
—¿Qué lección has aprendido de todo?
—La necesidad de tener amigos de verdad y familia. Cuando pasan cosas malas, lo vives de manera distinta con apoyo y eso lo construyes durante los momentos buenos. En ningún momento me he sentido sola: mis amigas, mi hermana, mi madre…
—¿Cómo lo ha vivido ella?
—Por momentos, ha sufrido más que yo, pero la tranquilizaba diciendo: «Mami, me has educado muy bien». Ahí se han visto todos sus esfuerzos por inculcarnos unos valores y discernir lo que hay que hacer. Ahí le dije: «Voy a tomar la decisión correcta».
—¿Tu madre te pidió no volver con Íñigo?
—Ahí no me voy a meter.
—¿Has perdonado a Íñigo?
—Es muy reciente, tengo que protegerme y tener un distanciamiento. Le deseo todo lo mejor. Y sí, le he perdonado como cristiana…
—¿Y como mujer?
—También. Es una etapa pasada de mi vida.
—¿Tienes planes de quedarte en el centro de Madrid —en el piso en el que convivía con Íñigo—?
—Me encanta, pero me he comprado mi piso y ahora estoy reformándolo. Estoy trabajando con una interiorista y es buenísima. He hecho unos cambios.
—¿Es más complicado ligar contigo ahora?
—Aún no estoy en ese punto.
—¿Estás cerrada al amor?
—Mi conciencia está supertranquila y no veo por qué no puedo iniciar una relación. Estoy haciendo terapia porque seguro que he cometido un montón de errores, pero no me voy a cerrar. ¿Por qué me voy a cerrar? Pero, de momento, no tengo ganas.