EL PACIENTE
PUNTUACIÓN
L Acarrera de Steve Carell, protagonista de comedias como la serie The Office, que le catapultó a la fama, o las películas Crazy Stupid Love o Virgen a los 40, ha ido virando con la edad hacia el drama por elección propia y es de suponer que para demostrar su valía como actor más allá del humor inteligente o la gracieta de turno. Y hemos de decir que la jugada le está saliendo muy bien. Tras Foxcatcher, La gran apuesta o la estupenda serie The Morning Show, ahora da un paso más en la demostración de sus habilidades interpretativas en esta serie de atmósfera opresiva e intensa sobre un psiquiatra secuestrado por un asesino en serie que quiere obligarle a que frene sus impulsos asesinos. Y es un paso más no exento de riesgo, casi un salto al vacío que demuestra su confianza y seguridad, pues la serie, a lo largo de 10 capítulos de media hora de duración, es un cara a cara con otro actor mucho más joven, el pelirrojo y espigado Domhnall Gleeson, que ha dejado huella en películas como Anna Karenina y Cuestión de tiempo o series como Black Mirror. Si bien no tiene un ritmo endiablado, la paciencia del espectador tiene una grata recompensa que se resume en una historia rica en matices, con reconstrucciones del pasado de ambos personajes a base de flashbacks y grandes dosis de humanidad y destellos de genialidad interpretativa, que es la que, sin duda, mantiene al espectador interesado por la relación y el destino de dos seres humanos con muchas dobleces.