SHAKIRA Y PIQUÉ
TENSIÓN, MENSAJES Y UNA POLÉMICA ESCAPADA A PARÍS
ARA estar al día de las vicisitudes de la relación entre Shakira y Piqué comienza a hacerse necesario un archivo de documentación adjunto. Las entregas se suceden y hasta se superponen. Y no solo por lo que ellos —como sujetos activos— hacen, sino por lo que suscitan paralelamente por el efecto mariposa y por la aparición de personajes secundarios que, de repente, trastocan la escena.
Tras la explosión de la «Session 53», esa bomba «H» en forma de música urbana que la colombiana firmó como declaración de guerra, junto al argentino Bizarrap, este fin de semana, el exmatrimonio estaba condenado a encontrarse. Porque Gerard Piqué había respondido a la colombiana, sí, pero a través de su programa en Twitch y respondiendo a los dardos de Shakira en plan bumerán, «clara-mente». Pero el décimo cumpleaños de Milan se celebraba el fin de semana pasado y obligaba a una aproximación. Al menos, física. Deberían ocupar un mismo espacio, como ya ocurrió en aquel partido de béisbol de noviembre, cuando compartieron grada, Milan mediante. En esta ocasión, sería el dintel de la puerta.
El futbolista llevaba a sus hijos hasta el domicilio de sus padres, desde donde los niños podrían entrar, a través de jardín, al que fuera el domicilio del matrimonio y, hoy, residencia de Shakira. Pero si en aquel mo
P
Shakira, que ha creado una nueva coreografía para su canción «venganza», se dio un baño de multitudes a las puertas de su casa
Piqué voló a París ajeno a los rumores de ruptura con Clara Chía tras hacerse pública una posible nueva deslealtad
mento de otoño la pareja estaba en el ojo del huracán por su separación y el establecimiento del régimen de visitas, ahora, mientras que Milan soplaba las velas de su tarta de cumpleaños, la tormenta seguía arreciando. Por un lado, se vuelven a poner en duda los tiempos en que se habría hecho efectiva la separación real del matrimonio, y por otro, saltan los rumores de que está por acaecer una nueva ruptura sentimental en la vida del blaugrana. Por no hablar de que entre ambos acontecimientos habría una concatenación necesaria. Y es que el verso «yo contigo ya no regreso ni que me llores ni me supliques…» del «hitazo» de Shakira ha pasado de ser una insinuación a convertirse en un hecho contrastable.
Fuentes cercanas a la cantante confirman que la pareja habría terminado su relación en abril de 2022, es decir, dos meses antes de que se hiciera pública su ruptura, y que, durante este tiempo, Piqué habría rogado el perdón a Shakira planteándole incluso una segunda oportunidad. Sin embargo, ella se habría negado porque la infidelidad con Clara Chía no era «una aventura más». Shakira habría descubierto que la joven acudía a su casa cuando ella no estaba, que los frascos de mermelada se volatizaban y que su chef personal elaboraba unos platos que ella, sin embargo, no comía… Una novedad dentro del «modus operandi» de Piqué, quien acostumbraba a verse con sus otros «affaires» en reservados de discoteca. Ese habría sido el caso de una tercera mujer en discordia en la vida del exdefensa del Barça y que ahora habría dinamitado su relación con Chía. Una joven de veintitrés años, morena, abogada… con la que el exfutbolista se habría visto cuando aún convivía con Shakira y al tiempo que Clara ya frecuentaba su nevera.
Ajeno a todas estas turbulencias o, quizá, poniendo tierra de por medio con Chía, el exculé viajó este jueves a París para ver un partido de baloncesto al que acudieron modelos como Irina Shayk y Naomi Campbell y disfrutar también de todos los places de «Paris, la nuit». Volvió a tiempo, eso sí, para felicitar a su hijo y ver cómo los fans de su mujer le cantaban «Cumpleaños feliz» mientras bailaban la última coreografía diseñada por su ex, quien, sonriente, les saludaba con su sudadera viral: «Las mujeres ya no lloran, facturan».