¡MUCHO OJO!

Una guía esencial de gestos, productos y costumbres que pueden dañar las pestañas, la piel y – aún peor – el sentido de la vista.

Sabemos lo delicado que es el contorno de los ojos, ¡y no faltan motivos! De ahí que a la hora del maquillaje, limpieza y hasta tratamientos haya que tener un cuidado escrupuloso.

SANO EGOÍSMO

Es normal prestar –o tomar prestado– maquillaje entre amigas, pero… no es buena idea. No por ahorrar producto, sino porque máscaras, lápices y sombras pueden ser vías de transmisión de conjuntivitis, un fenómeno que se extiende a los probadores de las tiendas.

FECHA LÍMITE

El mejor amigo de la mujer precavida es un rotulador indeleble que permita marcar la fecha de caducidad de los cosméticos en el mismo envase: solo hay que fijarse en el PAO (period after opening), el símbolo en forma de tarro abierto seguido de un número más una «M» (de mes), que indica el tiempo en que el producto se mantiene en buen estado una vez abierto. Una vez pasado ese plazo, es mejor eliminar el cosmético, sobre todo si se aplica cerca y en torno a los ojos.

IMPOLUTO

Limpiar pinceles y esponjas da pereza, pero ¡es imprescindible! El pelo de las cerdas puede albergar bacterias capaces de provocar muy desagradables conjuntivitis, mientras que la humedad que se queda en las esponjas es un hábitat ideal para los hongos.

PRECAUCIÓN

Se debe evitar resaltar con eyeliner la línea de agua si se sufre de ojos secos: el pigmento puede bloquear las glándulas de Meibomio, encargadas de mantener la hidratación del ojo, creando orzuelos o incluso dañándolas de forma permanente. S. MILLA

Guapa y, sobre todo, ¡precavida! Gestos como compartir eyeliner, usar pinceles sucios o tirar de las pestañas pueden dañar la vista