LA EMOCIÓN DE RAFA NADAL Y LAS LÁGRIMAS DE SU FAMILIA, EN SU ADIÓS A LAS PISTAS DE MADRID
«Es un día difícil cuando llega, pero la vida y mi cuerpo me han mandado señales de que es el momento adecuado»
El tenista, que contó una vez más con el apoyo incondicional de las tres mujeres de su vida, fue animado también con entusiasmo por el Rey Felipe VI en uno de sus partidos
COMO en años anteriores, el Mutua Madrid Open no solo se ha convertido, una vez más, en una de las grandes citas deportivas de la capital, sino también, a juzgar por lo vivido estos días en la Caja Mágica, en un deporte con corazón que congrega a los mejores jugadores del mundo y también a acionados al tenis muy populares que no quisieron dejar pasar la oportunidad de ver jugar a los más grandes de la raqueta. Entre ellos, a Rafa Nadal, en medio de una gran expectación tras anunciar el deportista que sería su última participación en la gran cita tenística del año en la capital, que cuenta con la rma Rolex entre sus patrocinadores.
Aplaudiendo y animando al «rey de la tierra batida» se pudo ver a Felipe VI, demostrando una vez más su pasión por el mundo del deporte y su apoyo absoluto al tenista manacorí en su partido de segunda ronda, donde se le vio saludar afectuosamente a la hermana de Nadal. Tampoco faltaron para darle aliento la infanta Elena, que se mostró de lo más cercana y simpática con Mery Perelló y el pequeño Rafa; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acompañado por su mujer, Teresa Urquijo, y Alicia Alcocer Koplowitz, sentada junto a su hija, Alicia Ortiz, y el conde de Creixell, Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga, propietario de Marqués de Murrieta, cuyos vinos fueron elegidos para el Club VIP. Todos con un único deseo: ser testigos de la sexta victoria de Nadal en el torneo madrileño, un colofón de oro que nalmente no pudieron ver hecho realidad.
Aunque no es un adiós, porque su leyenda es y será eterna, Nadal se despedía de las pistas madrileñas el pasado 30 de abril tras perder en los octavos de nal con el checo Jiri Lehecka. Tras nalizar el partido, empezó un momento verdaderamente emotivo para él y los 12.000 espectadores que se dieron cita para despedir a uno de