Hosteleria Design Equipment Foodservice y Beverage
MÁS NEGOCIO, MÁS ATENCIÓN
Entre enero de 2017 y junio de 2018 se abrieron en España más de 1.300 establecimientos dedicados a la hostelería y la restauración, con un ritmo de crecimiento del 7% respecto al año anterior. Además, es destacable que fue el cuarto año consecutivo encadenando incrementos de tal forma que, entre 2013 y 2017, España registró más de 4.500 aperturas. Son datos que recoge un informe de Cushman & Wakefield que dibuja un mapa en el que la Comunidad de Madrid concentra el 30% de las inauguraciones, seguida de Cataluña, con un 17%, la Comunidad Valenciana, el 13%, y Andalucía, un 11%. Parece claro que el contexto de mejora económica y de búsqueda de nuevas experiencias de consumo con foco en la restauración son responsables del crecimiento de los establecimientos dedicados a Food & Beverage. Mientras que los operadores de restauración pujan por tomar las mejores posiciones en los locales del centro de las ciudades, mayoritariamente, a pie de calle, con tamaños de entre 200 y 400 metros cuadrados; pasando a competir con los lugares que, tradicionalmente, eran más demandados por firmas de moda y Retail. Hay que tener en cuenta que España es el primer país europeo de gasto en restauración, con un 24% del total de Europa, seguido por Italia (el 19%) y Alemania (un 17%). Y que, avanzando en esta dinámica positiva, las perspectivas de desarrollo para el sector hostelero muestran que la pujanza de la demanda parece también garantizada en los próximos años. Si en 2017 los españoles desembolsamos 100.500 millones de euros en locales de hostelería, un 5,2% más que el ejercicio precedente; de cara a 2020 la previsión es llegar a los 106.000 millones.
Esta favorable evolución, en paralelo, viene provocando que el mercado de establecimientos de Food & Beverage siga mejorando y creado nuevas tendencias para atraer a un consumidor más inteligente, bien informado, con opinión propia y que valora la relación calidad-precio por encima de todo. Contexto en el que se afianza la tendencia de una mayor afluencia hacia los negocios de consumo diurno, frente a los de ocio nocturno, que ha llegado a la hostelería española para quedarse.
Pero para que el consumidor de hostelería considere, y valore después, que la experiencia en un local es completa hay que seguir sumando a la ecuación la calidad de la restauración, de las instalaciones, del ambiente y la imagen que proyecta el local. Aspectos tangibles que se unen a cualidades imprescindibles como son la cordialidad y la eficiencia en la atención; además del conocimiento de la oferta de la carta o el asesoramiento que brinda el personal. Con la atención personalizada se demuestra al cliente que lo conocemos y que lo diferenciamos del resto, que estamos encantados de recibirlo y darle una experiencia única en torno a sus gustos y preferencias. Intangibles que ponen de relevancia que la formación en hostelería, cada vez más, es un requisito indispensable para garantizar el éxito de cualquier establecimiento; independientemente de su concepto o tamaño.