Hosteleria Design Equipment Foodservice y Beverage
LA PEOR PESADILLA
Con esta edición ya en máquinas, ha caído a plomo sobre nosotros la peor pesadilla que pudiésemos imaginar. El coronaviris Covid-19 avanza desbocado convertido en pandemia y el Gobierno de España ha decretado el estado de alarma. Un mazazo sanitario, social y económico está azotando a todo el país, afectando especialmente al sector hotelero y hostelero, que tras el cese casi completo de su actividad, se encuentra sumido en una gran incertidumbre. La expansión del virus ha paralizado el mercado turístico nacional y, por ende todos los sectores afines que pivotan en torno a él.
Hace tan solo unas semanas se hacían públicos los datos de movimientos turísticos en fronteras que anunciaban que España en 2019 había batido por séptimo año consecutivo su récord de turistas internacionales, con 83,7 millones de visitantes. Ahora, en un contexto de emergencia de salud pública sin precedentes, esas cifras se vuelven muy lejanas y los cálculos económicos catastróficos. Desde Exceltur, por ejemplo, se barajan pérdidas que superarían los 30.000 millones de euros tras la inactividad en la temporada primaveral; y se elevan a 60.000 millones, si la crisis sanitaria se acerca a los seis meses. De entrada, las principales consecuencias se están comenzando a notar ya en los puestos de trabajo debido a los ERTE masivos tras el cierre de hoteles, restaurantes, bares… Un paisaje desolador en un país donde está en juego el medio de vida de millones de personas.
En una situación aún de plena batalla contra el virus, los analistas avanzan que los primeros turistas en volver a España serán probablemente aquellos que proceden de países que también se han visto afectados por la epidemia. Por el contrario, los más cautelosos serán los que proceden de donde el virus no afectó en tanta medida y que perciben el peligro de visitar nuestro país como alto. En cuanto al turismo nacional, la previsión es que se recuperará bastante antes. Sin embargo, incluso en el mejor de los escenarios, serán necesarias líneas de ayuda para relanzar la actividad y afrontar una crisis nunca imaginada, que puede recrudecerse si la paralización del país se alarga.
Desde HOSTELERÍA, empeñados en ver siempre el vaso medio lleno, queremos apostar porque, una vez derrotado el maldito enemigo, esta sea una oportunidad para insuflar aire nuevo a los modelos de negocio menos sostenibles. Así, el tiempo de parón obligado puede aplicarse a fortalecer empresas y negocios buscando soluciones creativas para el futuro. Y a revisar tanto procedimientos de trabajo y de estructura empresarial como a la toma de decisiones estratégicas relacionadas con la transformación digital.
Sin duda estamos ante un gran reto, pero el sector tiene que estar unido y remar en un mismo sentido, porque cuando esta pesadilla acabe todos estaremos deseando disfrutar de nuevo, con ímpetu renovado, del tiempo de ocio y la recuperación llegará con brío. La mayor esperanza es que el sector tiene músculo y ya ha salido otras veces de crisis importantes. Por eso, en estos momentos complicados y tristes, nuestro mensaje no puede ser otro: ¡SALUD y ÁNIMO!