Albariza Hotel Boutique / Elegancia y modernidad impregnadas de cultura andalusí

Situado en pleno centro de Sanlúcar de Barrameda, con acceso a pie a los principales puntos de interés de la ciudad, este ‘hotel boutique’ ocupa un espacio dedicado en el siglo XIX a bodega y que posteriormente, ya en 1865, fue transformado y dedicado a vivienda familiar. Está compuesto por 15 habitaciones totalmente equipadas y decoradas de manera elegante y moderna, con reminiscencias a la cultura Andalusí. Gracias a un trabajo muy minucioso llevado a cabo por el estudio Interiorismo Conceptual se han podido recuperar muchos de los materiales y estructuras originales para conservar la esencia de casa sanluqueña que fue.

Elegido Mejor Hotel Boutique en la IX edición de los Premios VD Viajes de La Razón, el actual alojamiento responde a un proyecto de rehabilitación integral, cuyo diseño ha basado su concepto principal en el entorno natural de este municipio gaditano y, en particular, en la albariza, esa tierra de color blanquecino propia de las campiñas del Marco de Jerez de la Frontera. Las premisas marcadas por la propiedad -rescatar los materiales originales, como vigas de madera, cierres y ventanales, puertas, arcos de ladrillo, rejas, partes de suelo hidráulico original...-, dirigidas a conservar la esencia del inmueble, han sido la filosofía inspiradora del proyecto de interiorismo, llevado a cabo por Azucena Matí y Rafa Álvarez, integrantes de Interiorismo Conceptual estudio (Sevilla).

Así, dadas las características del edificio y en sintonía con la estética de una casa sanluqueña andaluza, el estilo propuesto se basa en una decoración de estilo andaluz contemporáneo, elegante, luminoso, con algunas piezas de mobiliario diseñadas y realizadas por el estudio, que le aportan modernidad y frescor al estilo, para así mantener el equilibrio y la esencia de antaño renovada que se pretendía transmitir en el nuevo espacio del hotel Albariza. En la fachada se conserva la arquitectura original, restaurando los balcones, las rejas y las contraventanas de madera, tratadas con una gama cromática de grises topos y blancos luminosos. Se usan esterones de esparto, para tamizar la intensa luz del sur a la vez que embellecer los balcones principales. La carta de presentación del establecimiento se completa con la restauración de la

cancela/puerta de hierro forjado que da acceso al hotel y que data de 1865, así como las vigas de madera rescatadas y tratadas en profundidad, dado su estado original de deterioro, que aparecerán tanto en la entrada como en la recepción del hotel, a modo de bienvenida.

Ya en la entrada se define el uso de los materiales de revestimiento que se usarán para el suelo en el resto del hotel, como son el barro cocido manual de color pajizo recordando la tierra albariza, el baldosín hidráulico original restaurado y el mármol blanco, que aporta ese frescor característico de la casa andaluza. En el espacio de recepción, el foco de atención se dirige a una pieza de mobiliario diseñado a medida por el estudio: el mostrador. “Éste se concibe como un tótem iluminado en su parte baja, lacado en la gama de grises elegidas para el hotel y la particularidad es que se reproduce la geometría del dibujo del baldosín de esta zona a gran escala mediante un pantografiado profundo, creando así un vínculo entre las baldosas de hidráulico originales de la casa y este nuevo elemento de mobiliario que recibe al cliente, proporcionando modernidad al espacio”, explican desde el estudio de interiorismo.

En cuanto a la gama cromática se usa un blanco matizado como hilo conductor de todo el proyecto y se definen unos tonos grises topos para aplicar en ciertas zonas y en elementos como mobiliario y portajes originales de la casa. El color rojo se utiliza como reclamo visual, potente pero a la vez armonioso con el resto de elementos, que nos recuerda los rojos de las bodegas y fincas andaluzas.

El concepto de diseño para las habitaciones se basa en la sencillez, la armonía de colores y acabados, la luminosidad y la restauración de los elementos originales de la finca, unido al uso contenido de nuevos elementos: base de color pajizo en el suelo como hilo conductor de todo el hotel; paredes de color blanco matizado, excepto en alguna habitación donde se incluye en alguna de las paredes el tono gris topo para enfatizar la decoración; techos con molduras decorativas que perimetran toda la habitación, dejando un foseado de luz leds que aporta un efecto decorativo y actual; mobiliario fabricado a medida en metal y madera color nogal, de líneas rectas y sencillas. Por su parte, los baños se conciben abiertos, sin puertas, revestidos de plaquetas de azulejos vidriados en blanco con un formato alargado muy actual y los accesorios, todos en negro, aportan dinamismo a la propuesta decorativa.

El corazón del edificio es el patio de este hotel boutique que, diseñado con reminiscencias de la cultura árabe como la fuente de mármol, actúa como punto de conexión entre la entrada-recepción y el salón-cafetería, generando un flujo de luz natural y de conexión visual de los espacios a través de los grandes cerramientos. La propuesta era recrear un patio andaluz, con una vegetación autóctona (naranjos, aromáticas, trepadoras….), con suelo de barro como en el resto del hotel pero jugando en este caso con la combinación del formato en espiga y en rectangular, recordándonos esos suelos de los monumentos del sur, como la Alhambra de Granada o el Alcázar de Sevilla. Para el mobiliario se opta por unas mesas de metal con las tapas fabricadas con las diversas baldosas hidráulicas rescatadas y unos sillones que recuerdan a las terrazas de los cafés clásicos.

El salón y la cafetería acaban por terminar de redondear la propuesta, ubicados en un mismo espacio, solo dividido sutilmente por unos separadores de metal y rejilla de mimbre que incluyen unos murales de plantas iofilizadas, todo diseñado a medida. El mobiliario es una mezcla de piezas de diferentes estilos que armonizan y crean un ambiente acogedor, como lo es en todo el resto de este hotel concebido para disfrutar del relax y el buen gusto.