Gabriel Cruz destaca que el documento aporta garantías para la estabilidad del club
La fisuras en la oposición facilitan a Cruz sacar adelante un pleno ajustado
El enésimo Pleno albiazul deja interesantes lecturas políticas. Su resultado fue ajustado, mucho más que cualquiera de los precedentes sobre la temática recreativista, pero favorable al fin y al cabo para un equipo de gobierno fortalecido en su postura por la debilidad de unos oponentes que evidenciaron profundas grietas en las suyas. Con la oposición en clara oposición a sí misma, a Gabriel Cruz las cuitas de sus rivales políticos le valieron para sacar adelante su cita más ajustada. La compleja posición aritmética del Ayuntamiento de Huelva exige acuerdos y respaldos externos, pero en este caso bastó al PSOE con las flaquezas de sus oponentes. En la desunión de los demás encontró su propia fuerza.
Fue una auténtica obra de teatro con sus tres actos de manual a modo de puntos en el orden del día.
La introducción alimentó la duda del desarrollo de la función. La urgencia del Pleno quedó en entredicho por la oposición en bloque, o al menos en apariencia. Los dos no adscritos no aclararon su pos- tura previa como sí hicieron las demás fuerzas políticas. Se sentaron directamente sin atender a los medios como es costumbre. Primera pista. Estaba por llegar una muy clara. Izquierda Unida pidió que el voto fuese nominal. De su formación saldría la mano habilitante y la formación quería señalar así al responsable individual sin que se le pudiera achacar al colectivo.
Con 27 concejales las cuentas no salían. O sí. El edil de Izquierda Unida Juan Manuel Arazola habilitó con su abstención el juego numérico para permitir el desarrollo del Pleno. Anticipó todo lo que estaba por llegar. Superado el escollo de la celebración del Pleno no quedaron muchas dudas del resultado del mismo. La atención giró del contenido a la forma. Si los dos puntos siguientes iban a ver la luz de una forma u otra, la posición de todas las partes centró toda la atención.
Sólo Ciudadanos, Enrique Figueroa y Participa Huelva mantuvieron una postura consecuente de principio a fin en la oposición. Izquierda Unida votó divida. Arazola se abstuvo en los dos primeros puntos (celebración del Pleno y nulidad del proceso anterior) mientras que respaldó de forma directa el nuevo pliego. Sus dos compañeros de forma- ción fueron por otra vía. Rossi se justificó con el argumento de que la intención era haber respaldado el pliego pero el correo de última hora de Zephir les hizo cambiar. Las fisuras ahí quedan.
Curioso fue el movimiento del Partido Popular. Manuel Remesal fue relegado en su posición de portavoz para cuestiones recreativistas. Asumió la portavocía Pilar Miranda para representar un evidente cambio de estrategia que asimila al grupo municipal con la postura electoral de su can- didata externa al plenario, Pilar Marín. La lectura de su argumentario se alejó del respaldo tradicional sobre las cuestiones vinculadas al Recreativo para colocar al PP en un papel que choca con lo defendido en los últimos meses. La fractura interna de la formación provoca que su grupo municipal escenifique una moción de censura a sí mismo en el Recre, con una enmienda a la totalidad de sus posicionamientos previos. Con Remesal silenciado y Miranda poniendo voz a Marín, Francisco Moro demostró una vez más su lugar como verso libre cuando del Recre se trata. El edil se ausentó para no votar en un sentido que no comparte. Su salida del Pleno unida a la ruptura de la disciplina en IU bastaron a Gabriel Cruz al reducir el plenario a 26. Tenía el voto de los no adscritos. 13 de 26 y el voto de calidad del alcalde en caso de necesidad, o eso parecía de nuevo. Al menos en la nulidad del proceso anterior así fue.
Quedó para el desenlace del tercer punto el último cambio de guión. Mesa de la Ría sumó su respaldo. Defendió la posición de Zephir Homes primero y avaló el pliego una vez que ésta se cayó. También lo hizo Arazola, que pasó de la abstención al voto favorable. Quien se desmarcó entonces fue Ruperto Gallardo. El edil no adscrito sorprendió validando la nulidad de la venta a Zephir primero para en el paso siguiente oponerse al pliego. 14 de 26, suficientes de nuevo. No hubo voto nominal. Las formaciones levantaron la mano en bloque, o al menos así debía serlo porque por el PP sólo lo hizo Pilar Miranda ante la huelga de brazos caídos de sus compañeros en el último sufragio. Ella en apariencia habló por los demás.
Los tres puntos del orden del día estuvieron sometidos a un duro juego aritmético