Adrián hace de héroe
● El portero le dio el título al Liverpool en los penaltis
2 Liverpool 2 Chelsea
Liverpool: Adrián; Gomez, Matip, Van Dijk, Robertson (Alexander-Arnold, 91’); Milner (Wijnaldum, 64’) Fabinho, Henderson; Oxlade-Chamberlain (Firmino, 46’), Salah y Mané (Origi, 103’).
Chelsea: Kepa; Emerson, Christensen (Tomori, 85’), Zouma, Azpilicueta; Kovacic (Barkley, 101’), Kante, Jorginho; Pedro, Giroud (Abraham, 74’) y Pulisic (Mount, 74’). Goles: 0-1 (36’) Giroud. 1-1 (48’) Mané. 2-1 (95’) Mané. 2-2 (100’) Jorginho (p). Árbitra: Stéphanie Frappart (francesa). Amonestó a Henderson, Alexander Arnold; y Azpilicueta.
Incidencias: Supercopa de Europa, Vodafone Park (Estambul).
Como hace 14 años en la más famosa final de la Liga de Campeones jamás escrita, el Liverpool volvió a coronarse en Estambul en una tanda de penaltis que tuvo al portero sevillano Adrián San Miguel como protagonista, al parar al joven Tammy Abraham el lanzamiento definitivo.
El gol de Giroud en la primera parte y el empate de Mané en la segunda llevaron la final a una prórroga en la que el propio senegalés adelantó al Liverpool y Jorginho empató de penalti. Luego, precisamente los tiros desde los 11 metros llevaron la copa a Liverpool, como ya ocurrió en aquella final de 2005, entonces con Dudek como héroe red, y esta vez con Adrián, quien hace poco más de una semana firmaba su contrato con los ingleses.
El Chelsea comenzó a asomar. En una de sus míticas conducciones, Kante conectó con Pulisic. El estadounidense se cruzó, al tiempo que Giroud despistaba a la defensa de Klopp y pudo definir solo.
El paso por los vestuarios sirvió para que Klopp reculara y metiera a Firmino. Y la vuelta a los orígenes le granjeó el empate a los Reds. El Liverpool aprovechó el momento y pudo sacar más renta del golpe anímico.
El partido se había volcado y llovían las ocasiones para un lado y para el otro. Incapaces ambos de concretar, hubo prórroga y como ocurrió en la segunda parte, el éxito llegó de la mano de la conexión entre Firmino y Mané. Una ventaja que dilapidó Adrián con un penalti sobre Abraham que anotó Jorginho.
Pero fue Adrián, más tarde, el que mantuvo a los suyos en el partido, mandando el encuentro a los penaltis, donde tenía reservado su puesto en la gloria.
Empezó acertando Firmino, igualó Jorginho. Salah marcó el último y si el Chelsea fallaba, se acabaría la Supercopa. El elegido, Abraham. La presión le pudo y Adrián, con el pie, le dio la cuarta Supercopa de su historia al Liverpool, igualando al Real Madrid en el palmarés en persecución de Barcelona y Milan, que tienen cinco