Huelva Informacion

David de Miranda sobresale y se gana la sustitució­n de Aguado

-

PLAZA DE TOROS DE LA MALAGUETA

GANADERÍA: La Palmosilla. Toreros: López Simón, de caña y oro: oreja y vuelta al ruedo. Román, de gris y oro: saludos y saludos. David de Miranda, de azul marino y oro: oreja y oreja.

INCIDENCIA­S: un tercio de plaza. Toros de La Palmosilla correctos de presencia en general, desigual en presentaci­ón, destacable el 1º, 2º y 3º. De peor comportami­ento el 5º, brusco y mirón. Saludaron Yelco Álvarez en el 4º y Raúl Martí en el 5º.

UNOS niños que por el callejón deambulaba­n antes de comenzar la corrida comentaban que ellos iban con Román. Tal cual. Decían, con sus poco más de ocho o nueve años, que habían estado con él hacía un rato y que aquello les servía para querer un triunfo del Valenciano. En Román veían el reflejo de un matador que está llamado a devolver a la juventud una parte de la fiesta. No es el único. El público, escaso en número, se acercaba en más de una y más de dos ocasión pidiendo entradas para el ‘cartel de los jóvenes’.

Estaba claro que esta terna no iba a poner el cartel de no hay billetes pero, teniendo en cuenta la demanda de cierto aperturism­o en las listas -valga el símil-, lo lógico hubiera sido mayor respuesta de la afición. O quizá es que fueron únicamente esos los que estuvieron, los aficionado­s. El caso es que un tercio de la plaza vio cómo se lidiaban los de La Palmosilla. Tan solo uno no había pasado el reconocimi­ento y Javier Núñez echó un cierro en el que, con sus virtudes y defectos, se lidiaron al menos cuatro toros de interesant­e juego.

López Simón, el más experiment­ado de los tres con nueve años ya de alternativ­a, era el único que hacía el paseíllo con la montera calada. El silencio emergía del cemento. El de Barajas hizo frente a un toro justito de fuerzas que empezaba a mostrar sus cualidades cuando el diestro comenzó a torear al natural. Perfiló varias tandas por este pitón hasta que el toro se desentendi­ó en las salidas. Fue noble, repetidor y con una condición que LS aprovechó con altibajos a lo largo de la faena. Dejó una estocada algo desprendid­a y el público fue un poco más que generoso pidiendo de forma mayoritari­a la oreja.

El cuarto, de más edad de todo el festejo, fue un toro feote al que LS dejó dos veces en suerte. Ángel Rivas le colocó un buen primer puyazo y un escaso picotazo en el segundo. Aun así, la ejecución de la suerte fue vistosa, la colocación correcta y la ovación correspond­ida. Inició faena de rodillas. Primero, en línea; luego, en redondo, culminando con un pase de pecho doble. Pronto buscó remates llamativos con molinetes y cambios de mano antes que el toreo en profundida­d. La faena irregular contó con algunos momentos interesant­es por el pitón derecho, el más potable del toro y por el que se consiguier­on los mejores momentos. Aquel animal de La Palmosilla tenía un buen fon

do, noble y con prontitud, que quedó un poco en tierra de nadie. Comenzaba a evidenciar la falta de fuerza y buscó la cercanía LS. Entre tanto, el recurso de descalzars­e como norma, y no como excepción. El final, entre cambios de mano, precedió a una media, un pinchazo y una estocada entera. Dio una vuelta al ruedo que debería haber quedado en ovación.

Román dejó en suerte al segundo, que se partió la punta del pitón al clavar en el albero. No se picó bien pero en banderilla­s comenzó a dejar ver una bravura que sacaría en la muleta. Brindó al público y Adivino se arrancaba con alegría, atropellán­dose en la embestida por tomar la muleta. La clase floreció por el derecho y por ese lado se sucedieron varias tandas en redondo de buen fondo. El izquierdo era algo más informal pero seguía destacando por la casta del ataque. Finalizó en las cercanías, pinchó tres veces y saludó.

El quinto fue el peor del encierro. Lo brindó a Fortes y rápido hizo alarde de la mala condición. Mirón e incierto, derrotando en los remates y saliendo con la cara alta. Estuvo voluntario­s Román, que no es poco. Dejó un buen espadazo y volvió a saludar.

David de Miranda se llevó el lote y la sustitució­n de Aguado. El tercero fue el más bajo y joven. Le hizo un quite por saltillera­s quieto como un poste. Allí se quedó tras brindar. Rebosaba prontitud

Rescoldo. Solo con poner la muleta, el de Javier Núñez se arrancaba al embiste. Primero por péndulos. Luego en redondo, cargando la suerte y buscando una finalizaci­ón del muletazo que llegó a partir del ecuador de la faena. La nobleza y poca fuerza ayudaron al de Trigueros a torearlo a placer, combinando la composició­n con los remates por bajo. Acabó por manoletina­s y la estocada, un poco desprendid­a, se premió con la oreja.

El mismo reconocimi­ento obtuvo tras matar al sexto. Antes, DM había toreado al de más peso del encierro en la sinergia de estilos. Comenzó en la frialdad del valor y continuó en la calidad de la estética. Los derechazos, mejor pitón, los buscó en redondo. Esa persecució­n de un estilo será algo que perfilará en invierno, pero lo importante fue que, pese a la juventud, la afición vio a un torero solvente que carga el peso en la pierna, compone la figura de salida y alardea de pluralismo (ahora tan de moda) conceptual. El premio: una oreja y volver hoy sustituyen­do a Pablo Aguado.

 ?? FOTOS: DANIEL PÉREZ / EFE ?? David de Miranda, sonriente tras cortar una oreja a cada toro
FOTOS: DANIEL PÉREZ / EFE David de Miranda, sonriente tras cortar una oreja a cada toro
 ??  ?? Román, en un derecho al segundo de la tarde
Román, en un derecho al segundo de la tarde

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain