La Pastora preside Almonte
● La Blanca Paloma arriba a la parroquia de la Asunción después de más de 20 horas de camino
La Virgen del Rocío se encuentra en la parroquia de la Asunción de Almonte después de un traslado de veinte horas. La llegada se produjo al mediodía de ayer rodeada de miles de personas, en una de las venidas con mayor participación.
Desde el amanecer y como es tradicional, la Virgen del Rocío se encontraba en su pueblo de Almonte para recorrer una calles engalanadas de fiesta y fervor que le llevaría hasta el paseo de la parroquia de la Asunción.
Constituye este uno de los momentos con mayor intensidad en la vida de los vecinos, que van contando los años por cada venida de la Virgen. Un agradecimiento por estar junto a la pastora almonteña, que se expresaba con estruendosas salvas de los cientos de personas que acudían a recibirla con las escopetas de cacería.
El recorrido por las calles del pueblo es hermoso e igualmente íntimo. Lo marca la estrechez de sus calles, que de alguna forma hacen que todos se sientan más cercanos a la Virgen, que va como si quisiera entrar en cada una de las casas. Por ello, no era difícil encontrar a todo un pueblo emocionado y a miles de personas que se desplazaron hasta Almonte para estar en este momento jubilar que se produce cada siete años.
Un pueblo que se estuvo preparando en estas semanas previas para la llegada de la Señora y que no solo adornó las calles del recorrido tradicional de la Venida de la Pastora, sino que lo ha hecho en muchas otras calles, por donde pasaron los rosarios preparativos de este nuevo encuentro con Ella. Se sentía así por cada calle del pueblo ese ambiente festivo que daba unidad entre vecinos, en esta fiesta que es la llegada al pueblo en la mañana del 20 de agosto.
Desde que entra en su pueblo, el momento más esperado es su llegada al paseo, que aparece siempre hermosamente adornado y que este año se renueva con una moderna estructura que recuerda a las catedrales góticas, pendiente aún de su conclusión. Es obra de la arquitecta Natividad López Quintero y del artista José Antonio Navarro Arteaga.
Este momento se produce un poco antes de las once de la mañana y las campanas de la torre de la parroquia se vuelven locas en su jolgorio. Los más mayores, que esperan en casa la llegada, preguntan a los que pasan por su ventana si ya está la Virgen en el paseo. A pesar de la avanzada edad se adentrarán sin miedo en ese mar de personas que rodea a la Pastora, porque ellos también quieren verle de cerca la cara a la Virgen del Rocío. Se producen esos momentos emocionados de agradecimiento de fe sincera.
En el paseo hay una gran expectación, miles de personas que no quieren perderse ese momento especial de verla caminar bajo esa cúpula de belleza. La cercanía se anuncia con palmas y vivas; todos tienen ganas de que se adentre por esa senda que le conduce hasta la parroquia, donde se encontrará con su pueblo durante estos meses.
Hay quienes aprovechan para ofrecer alguna vela de promesa que encienden en la sala votiva.
Durante su recorrido fueron numerosas las petaladas, tantas que posadas en su sombrero las flores se confundían con las secas y de talco que le adornan en su traje de pastora. Almonte tenía ganas de verla aquí en sus calles, con este traje que ha sido fruto del ofrecimiento del pueblo, confeccionado en el taller de Mamé de la Vega, con diseño de José María Carrasco. Un trabajo artístico que no dejó a nadie indiferente, fueron numerosos los elogios por la obra artística que viste este año a la Pastora almonteña que, como siempre, ofrece un rostro distinto a su iconografía clásica de reina, pero igualmente hermoso.
La iglesia de la Asunción se disponía a recibirla, adornada con arcos engalanados en las dos calles aledañas. Muchas personas esperaban desde hacía horas para no perderse uno de los momentos más deseados, cuando se acerca hasta su monumento, que guarda así durante siete años la ausencia de la Virgen entre veni
El pueblo se viste con sus mejores galas para recibir a la pastora almonteña
das. Aquí apostados numerosos cazadores lanzando sus salvas.
En la iglesia, un gran cartel anuncia el Año Jubilar que celebra la Hermandad Matriz con el lema Reina del Rocío caminar con María hacia Cristo. Arriba en la balconada se lanzaban las salvas de cohetes que anunciaban la presencia de la Virgen; aquí el Sagrado Corazón de Jesús entre banderas, que este año nos recuerda el centenario de la consagración de España a esta advocación.
Se acerca la hora del Ángelus y a las doce menos cuarto se produce el gran momento de la llegada. Entre aplausos y vivas la Virgen sobrepasa el arco de la iglesia de Asunción superado por una paloma del Espíritu Santo; el ruido de las salvas de las escopetas es ensordecedor.
En la emoción todos se van con la Virgen en sus andas porque no es posible entrar en la iglesia, donde no cabe un alfiler desde prácticamente toda la mañana.
El Ángelus se produce ese momento en el que la Virgen del Rocío se posa en el altar de la parroquia. De nuevo aplausos y vivas y la última salve de este traslado que es la primera de la estancia de la Pastora en Almonte.
En la calle queda ese sabor del caminar de la Virgen por ellas, mientras unos niños juegan con los cartuchos vacíos de las salvas de las escopetas.
El pueblo vivía ayer de una manera más intensa, con un latido mayor que se refleja en tantos aspectos como es en la propia hostelería; había que atender a miles de personas que venían acompañando a la Virgen desde la aldea. Reponer fuerzas después de tanto esfuerzo y agotamiento físico.
Durante los nueve meses de estancia de la Virgen en Almonte, la vida fluirá de una manera distinta y se notará en todo, pues la atracción que supone la Virgen hace en cada venida que el trasiego de quienes se acercan a verla sea muy numeroso.
A partir del mes de octubre se reanudarán las peregrinaciones de todas las hermandades filiales, un tiempo de estancia que se prolongará hasta la próxima romería de Pentecostés. La Virgen será trasladada de nuevo a su aldea, aunque entonces el camino de los Llanos se recorrerá de día. Antes de esta marcha la Virgen se despedirá de su pueblo con la procesión por sus calles en su paso de plata vestida de reina.
A partir de ahora será una estancia de nueve meses para renovar la cercanía con la Pastora almonteña.
El trabajo de Mamé de la Vega y de José María Carrasco para la Virgen es muy elogiado