“Me dijeron que me marchase del centro de menores o llamarían a la Policía”
Walid Aakad es uno de los jóvenes inmigrantes que el pasado 14 de agosto se vio con las maletas en la calle. El centro de menores en el que vivía desde hacía aproximadamente un año había recibido una orden de la Junta de desalojar a aquellos tutelados que hubiesen alcanzado la mayoría de edad. Walid ya había cumplido los 18. “Me dijeron que cogiese mi ropa y me marchase del centro o si no, llamarían a la Policía”, relata este joven sentado en un banco de la Plaza Asdrúbal, en Cádiz capital, después de haber participado, junto a otros compañeros, en la protesta.
Walid llegó a Algeciras procedente de Marruecos el 28 de agosto de 2018 tras una larga travesía en patera que se prolongó durante ocho horas. Entonces aún tenía 17 años. La embarcación zarpó de madrugada y en ella viajaban unas cuarenta personas, algunas de ellas, pocas, menores de edad, como Walid. 1.500 euros fue el precio que pagó por el pasaje que lo trasladó en precarias condiciones al otro lado del Estrecho
En un primer momento, estuvo acogido en un centro de menores de La Línea. “Allí había mucha gente. Dormíamos en colchones
tirados en el suelo”, explica el joven marroquí en un casi perfecto español. De ahí pasó a otro centro de Arcos; y de Arcos a Jerez, a las dependencias de Anide, de donde salió “sin quererlo” el pasado 14 de agosto. En todo este tiempo, Walid no ha estado escolarizado. “Sólo he recibido clases de español”. Tampoco ha regularizado su situación en España. Sigue sin papeles.
El joven afirma que cuando se vio sin ningún sitio a donde ir, llamó a una de sus antiguas educadoras de Arcos, quien no dudó en abrirle las puertas de su casa, en San Fernando. De momento, tiene un techo bajo el que dormir.