Aguirre admite que hubo “dos o tres días de desfase” en detectar el origen del brote
Tras culpar al Ayuntamiento de Sevilla, y en concreto a su Laboratorio Municipal, de la tardanza en decretarse la alerta sanitaria por el brote de listeriosis, la Junta de Andalucía empieza a admitir fallos propios en esta crisis. Lo hizo ayer el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, quien en su primera comparecencia por este caso –el viernes 16 de agosto, un día después de que se decretara la alerta– defendió sin fisuras el procedimiento llevado a a cabo por la Administración sanitaria, tanto en celeridad como en prudencia.
Sin embargo, ayer, en declaraciones a la Cope, Aguirre reconoció que “quizá” haya habido “dos o tres días de desfase” en detectarse el origen de este brote, uno de los más importantes de los últimos años. “¿Qué se podía haber hecho más rápido?”, se preguntó el consejero, quien, no obstante, se valió de casos similares ocurridos en otros países para defender la actuación del departamento que dirige: “Cuando se haga la comparativa con otros brotes de listeriosis en otras naciones veremos que aquí estamos controlando perfectamente los efectos adversos de la bacteria”.
Aguirre hizo tales declaraciones después de la comisión de seguimiento de la crisis, que estuvo presidida por el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. El consejero recordó que desde mediados de julio los servicios sanitarios detectaron que los casos de listeriosis superaban la media habitual, que en la estadística comprendida entre 2003 y 2018 en el histórico de Salud oscila entre los seis y 22 casos anuales. Sin embargo, en aquel momento no había indicios suficientes para hablar de brote. Tal sospecha se originó el 5 de agosto, cuando se presentó el caso de infección en varios miembros de una misma familia de Pilas.
A partir de entonces fue cuando se buscaron muestras de carne mechada como posible causa del contagio y se pidió su análisis por parte del Laboratorio Municipal de Sevilla. “En cuanto tuvimos confirmado el foco, se decretó la alerta sanitaria”, refirió el consejero. Aunque, según fuentes del servicio municipal referido, la constatación del origen se comunicó el martes 13 agosto y la alerta no se produjo hasta dos días después, cuando ya la asociación de consumidores Facua había advertido de ello.
Un día después, el 16 de agosto, el presidente andaluz aseguraba que el brote estaba controlado y no se esperaban más casos. Tal afirmación quedó en entredicho en 24 horas, cuando el volumen de los ingresados aumentó de forma notoria.
La actuación de la Junta –criticada por las asociaciones de consumidores y los partidos de la oposición– también se ha visto cuestionada al acusar del retraso en decretarse la alerta al Laboratorio Municipal de Sevilla. Incluso la presidenta de los populares sevillanos, Virginia Pérez, culpó al Ayuntamiento hispalense de esta tardanza. Una postura que se contradice con la queja realizada ayer por el vicesecretario general del PP andaluz, Toni Martín, quien pidió que esta crisis no se use como “un pim pam político”, cuando ha sido su partido el primero que ha acusado al servicio de una administración pública gobernada por el PSOE de la falta de rapidez en dar respuesta a esta brote. Virginia Pérez, incluso, cuestionó que se hagan controles exhaustivos, por parte de la delegación municipal de Consumo de Sevilla, de los alimentos que salen al mercado.