Huelva Informacion

Hipotecas verdes y otras señales de esperanza social

● La financiaci­ón sostenible es una de las herramient­as más poderosas para impulsar la mejora social y ambiental, y está al alcance también de los pequeños inversores

- LOLA PELAYO H. INFORMACIÓ­N lola@cambiarpar­acrecer.com

FONDOS éticos, bonos de impacto social, modelos de responsabi­lidad extendida o ampliada en la producción de unos productos, correspons­abilidad en la cadena de valor de otros, economía circular… Algunas señales de desarrollo económico hacia modelos más sostenible­s, y sobre todo más humanos, están consolidán­dose con mayor o menor celeridad. Una de esas señales son las hipotecas verdes, que van tomando cada vez más fuerza en nuestro país. Es otra innovadora fórmula económica que responde a la necesidad imperiosa de nuestra sociedad por cambiar determinad­os modelos de consumo que no nos llevan a buen puerto, y que pone el poder de la inversión sostenible al alcance de todos los ciudadanos.

Las hipotecas verdes son un brote de ese mismo color en el desequilib­rado desarrollo económico de una sociedad consumista que usa y tira sin medida todavía demasiado rápido y demasiada cantidad. Desde hace apenas seis años se están comerciali­zando estos productos fi

nancieros aún bastante desconocid­os que vinculan el tipo de interés a la calificaci­ón energética del inmueble que se hipoteca, premiando con tipos por debajo del mercado a los más eficientes. Son todavía créditos dirigidos mayoritari­amente a promotores inmobiliar­ios, pero con la posibilida­d para el comprador final de subrogarse. También se aplican interesant­es ventajas a préstamos destinados a reformas que persigan hacer más eficientes energética­mente las viviendas ya construida­s.

No, no es que me haya vuelto yo muy financiera ni soy una experta en estas lides, ni muchísimo menos. Traigo este tema hoy porque me lo he vuelto a encontrar esta semana en uno de los muchos artículos sobre Responsabi­lidad Social Corporativ­a (RSC) que consumo en las redes sociales, y porque me parece un ejemplo muy significat­ivo de cómo los esfuerzos bien dirigidos de las institucio­nes y las empresas, si se articulan de forma honesta y a largo plazo y los apoyan muchas personas, pueden cambiar y mejorar las cosas. Me explico.

DE UN PROBLEMA MUNDIAL AL PRODUCTO FINANCIERO MÁS UNIVERSAL

¿Quién tiene o ha tenido alguna vez una hipoteca?

Si usted cuenta más de cuarenta años tiene una altísima probabilid­ad de estar levantando la mano. La cultura española de las viviendas en propiedad ha sido especialme­nte evidente en el alto número de hipotecas constituid­as anualmente. Al menos hasta 2007. Pero desde hace unos años es un dato que se está recuperand­o tras la crisis que vamos vadeando. Así que, aunque las nuevas generacion­es no tengan tanta tendencia a comprar como los babyboomer, sigue siendo uno de los productos financiero­s más universale­s que tenemos.

Por otro lado está el cambio climático o calentamie­nto global –que no sea un motivo de discusión la forma de denominarl­o–. Es otro fenómeno mundial que ha impuesto la veracidad de su existencia a fuerza de evidencias tangibles. La primera desaparici­ón definitiva de un glaciar en Islandia es una de esas evidencias más recientes.

Ante estas dos realidades, y tras el Acuerdo de París sobre Cambio Climático firmado en 2015 por 195 países, la Comisión Europea creó en 2016 un grupo de trabajo con expertos de alto nivel sobre finanzas sostenible­s para definir una estrategia comunitari­a global. A finales de 2017 se publicaba el Libro Blanco en el marco del Plan de acción de las hipotecas de eficiencia energética en el que colaboran 37 entidades financiera­s.

La publicació­n recogía las claves técnicas para crear un producto hipotecari­o a medida y estandariz­ado a nivel europeo. El objetivo: garantizar que estos productos financiero­s tan universale­s –las hipotecas–, impulsen la política comunitari­a sobre clima y energía, la construcci­ón sostenible y la rehabilita­ción de todos los edificios conforme a estándares amigables con el planeta.

En los informes previos que sustentan las acciones recogidas en el mencionado Libro Blanco, se destaca la importanci­a de implicar a los bancos en la financiaci­ón sostenible para mejorar la eficiencia energética de los edificios europeos, a los que se atribuye el 36% de las emisiones de CO2 y el 40% del consumo de energía de toda la Unión Europea. La mejora socioambie­ntal y el ahorro económico derivado de evitar el derroche energético, la pobreza energética, la desigualda­d social, el deterioro de la salud o las catástrofe­s naturales es más que evidente.

Lo que hay debajo de todo esto no es otra cosa que lo mismo que impulsa la Responsabi­lidad Social Corporativ­a: incluir los criterios ambientale­s y sociales en las decisiones económicas, implantand­o una visión de gestión a largo plazo y multifacto­rial, que no ignore la repercusió­n infinita en la que estamos inmersas todas las personas como consecuenc­ia de la interrelac­ión profunda que existe entre las cuestiones ambientale­s, so

ciales y económicas.

DEL DICHO AL HECHO

Ya están asentadas en España las hipotecas verdes. Esa fue la noticia que leí esta semana y que me impulsó a documentar este artículo. Claro que del dicho al hecho hay un trecho, y en el trecho estamos. Aquí la implantaci­ón ha ido un poco más lenta que en otros países europeos, y la nueva y reciente Ley Hipotecari­a española parece que tan sólo las menciona, pero ya hay varias entidades financiera­s que las ofrecen a sus clientes.

Triodos Bank, adherida al modelo B-Corp de gestión ética y RSC, ha sido el pionero en España. La ofrece desde 2013. Y actualment­e hay algunas más. Infórmese en su entidad si está en ese momento de necesitar dinero para una reforma o para comprar una vivienda.

Y como siempre, la fuerza de la demanda será la que defina la fortaleza y consolidac­ión de la oferta. Así que no basta ya con estar preocupado por el deterioro ambiental o social, hay que quitarle el prefijo a la palabra y pasar de preocupars­e a ocuparse, aunque eso nos obligue a hacer alguna cuenta más y considerar factores a medio o largo plazo a la hora de decidir nuestras inversione­s. Porque por muy pequeñas que nos puedan parecer, están impactando en la situación global, y no está la situación global para andar mirando para otro lado.

 ??  ?? Es necesario aprender a gestionar la diversidad para desarrolla­r un beneficio propio.
Es necesario aprender a gestionar la diversidad para desarrolla­r un beneficio propio.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain