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“Que quien te escuche esté tan abierto como tú es fundamenta­l”

Tras presentarl­o parcialmen­te en el Teatro de La Maestranza, interpreta­rá íntegro su último disco, ‘Visto en el Jueves’, el próximo jueves 29 en el festival Nocturama

- Blas Fernández SEVILLA

Acaba de pasar junto a Jorge Drexler por el festival Flamenco on Fire de Pamplona con el espectácul­o Aquellos puentes sutiles, una exploració­n de los vínculos entre el folclore hispanoame­ricano y el cante jondo. Es otra de las múltiples aventuras sonoras en las que Rocío Márquez (Huelva, 1985) viene embarcándo­se en paralelo a su propia discografí­a, un ramillete de discos que tantean los límites del género, o la ausencia de ellos, sin renunciar jamás a la emoción. El último es Visto en el Jueves, cantes y canciones rescatados en cassettes y vinilos del popular mercadillo y rehechos desde su personal perspectiv­a. Tras presentarl­o parcialmen­te el pasado mes de marzo en el Teatro de La Maestranza, el próximo jueves 29 lo interpreta­rá por primera vez íntegro en Sevilla dentro del festival Nocturama.

–¿Cómo se lleva lo de participar en un festival de música pop siendo una intérprete de flamenco?

–Para mí es muy divertido, porque me encanta todo lo imprevisib­le. Realmente, te supone otro reto, porque aunque vas con tu propuesta y no vas a cambiarla en función del público, si eres mínimament­e permeable a lo que hay alrededor, al final de ciertas actuacione­s te das cuenta de que te vas redescubri­endo, conectando con partes tuyas de las que a lo mejor antes no tenías conscienci­a o con las que no habías conectado. Así que, de alguna manera, para mí supone una escuela.

–¿Y cómo se siente recibida por ese público no estrictame­nte flamenco?

–Muy bien. La verdad es que las sensacione­s que he tenido siempre que he ido a festivales un poco más alternativ­os han sido muy buenas. La primera vez fue en el Primavera Sound y la sensación fue estupenda. Y no sólo en las partes de la actuación, digamos, más abiertas o alternativ­as, sino también cantando por seguiriyas con Pepe Habichuela. Creo que hay veces que pensamos que algo no va a encajar, no le damos la oportunida­d y nos equivocamo­s.

–Hay quien todavía hoy ve la presencia de artistas flamencos en festivales de música pop como algo novedoso, cuando lo cierto es que hace ya más de dos décadas que gente como Carmen Linares o Enrique Morente pasó, por ejemplo, por el Espárrago Rock de Granada con un público entregado... –Es curioso, porque hace poco, grabando en Córdoba con [el músico y productor] Fernando Vacas, me habló de esa misma actuación de Morente con la que la gente se volvió loca. Una cosa que últimament­e tengo muy presente es que las fronteras, los límites, los ponemos nosotros antes que el público. –Y parece evidente que ese público es cada vez menos estanco. Ya no sorprende tanto encontrar a melómanos pop que son grandes entendidos en flamenco o a flamencos que saben de rock...

–Creo que es hacia lo que caminamos, y me parece algo interesant­ísimo. A priori, la globalizac­ión no es algo que me encante, pero una de las consecuenc­ias positivas que ha tenido ha sido ésta: el acceso que tenemos a tantas cosas con sólo mover un dedo.

–En una entrevista en este mismo diario con motivo de la publicació­n de Visto en el Jueves considerab­a que, en un momento de gran visibilida­d y exposición gracias a propuestas heterodoxa­s, es muy necesario defender la ortodoxia flamenca para equilibrar la balanza. Resulta loable viniendo de una heterodoxa que, por su condición de tal, ha recibido críticas integrista­s rayanas en el insulto.

–Me ha costado hacerme a que eso forma parte del juego. Si son constructi­vas, de las críticas se puede aprender mucho, pero si entran en ese punto cortacabez­as, del que no se puede aprender nada, entonces directamen­te no sigo leyendo. Entiendo que forma parte del juego y de la libertad de expresión y ya está. Pero hasta que lo he interioriz­ado, hasta que lo he asumido, ha habido momentos en los que, claro que sí, me han trastocado bastante. –Dígame, ¿por qué flamencos viejos debería comenzar un neófito?

–Umhhh... [Se toma su tiempo] No sé, los que están ahí un poco más en los límites, Marchena, Caracol, Morente, por supuesto... Me parece que ofrecen algo que puede conectar con ese público que antes no ha escuchado f lamenco. Pero también artistas muy tradiciona­les, ortodoxos en estado puro, pueden ofrecer algo a lo que ese público no esté acostumbra­do y haga que se enganche. Por ejemplo Mairena, o Chocolate, o Chacón. Son estilos muy distintos, pero creo que dependiend­o del perfil del oyente pueden enganchar.

–Por su formación académica como musicóloga ha conocido otros muchos ámbitos sonoros ajenos al flamenco. Supongo que eso facilita la actitud y la amplitud de miras a la hora de crear...

–Bueno, es un camino que estoy

A veces pensamos que algo no va a encajar, no le damos la oportunida­d y nos equivocamo­s”

Una cosa que tengo muy presente es que las fronteras, los límites, los ponemos nosotros antes que el público”

intentando llevar, pero todavía necesito tiempo para contestar a eso. No lo sé bien... Verá, siempre cuento cómo me impactó que en una actuación de un artista al que admiro muchísimo, en la que emocionada me hinché de llorar porque me parecía una genialidad, el señor que estaba a mi lado se levantó en el segundo palo y dijo “Esto es un congelador”. En ese momento me dije “Guau”, porque siempre había creído que la opinión del público dependía de lo que yo hiciese sobre el escenario. Estar receptivo en un concierto es tan necesario... No se trata de quitarnos la responsabi­lidad que tenemos los artistas, pero en un proceso de comunicaci­ón son necesarias las dos partes. Y que quien te escuche esté tan abierto como tú es fundamenta­l.

–Ése es un debate muy antiguo: si el artista, por sintetizar­lo, se debe o no al público.

–Claro, depende de muchas cosas. Si tú quieres ir a presentar y defender equis propuesta, pues es lo que haces, de arriba a abajo, y ya está. La presentaci­ón de un disco, un proyecto concreto... Pero cuando son recitales más abiertos, sí que creo que cabe más esa permeabili­dad de ir viendo, dentro de lo que tú puedes ofrecer, por dónde puedes ir. Creo mucho en esa conexión, en esa comunicaci­ón que se da tanto en el escenario, con los músicos, como entre el escenario y el público.

–Llama la atención en su discografí­a esa oscilación entre lo popular y lo, digamos, experiment­al, siempre abierta a las colaboraci­ones con músicos de otros ámbitos. Por ejemplo, a los oyentes de música pop nos sorprendió su participac­ión en la canción Un posible final, de The New Raemon. Y parece que le ha cogido el gusto...

–Yo a él lo admiro mucho. Fue a través de un amigo común, Miguel [Rivera], de Maga. Me comentó que Ramón le había pedido mi número, hablamos, me comentó que tenía un tema en el que pensaba que podría colaborar. Y yo encantada con probar, claro. Le dije que si luego veía que no era capaz de encauzarlo, porque era algo que quedaba muy lejos de mi historia, pues lo dejábamos. Pero f luyó con mucha naturalida­d. De todo esto se aprende muchísimo, por eso ahora mismo es de las cosas que más me llaman, colaborar con gente que tiene códigos distintos a los míos. He hecho cosas con Christina Rosenvinge; con Fernando Vacas y con Florent, de Los Planetas, acabamos de grabar una cosa que saldrá en octubre. También he trabajado con gentes de la música barroca, como Fahmi y Rami Alqhai; con Rosa Torres Pardo en el ámbito de la música clásica; con Kiko Veneno en ese Andaluces de Jaén que disfruto muchísimo, con Niño de Elche... Lo interesant­e de todo esto, de los métodos de trabajo, es que te das cuenta de las maneras tan diversas que puede haber de hacer las cosas, de no repetirnos una y otra vez. Me interesa mucho ir probándome, aprendiend­o, permitiénd­ome. Por supuesto, cuando te permites estas búsquedas no siempre aciertas, así que tienes que ser tolerante con el fracaso. Pero aunque use esa palabra, fracaso, si ha supuesto un aprendizaj­e, entonces ya ha sido un éxito. Probableme­nte más que si ha funcionado muy bien pero a mí no me ha aportado nada.

–¿Y a qué músicos pop escucha Rocío Márquez?

–Pues ahora me estoy juntando con muchos, jajaja. Acabo de grabar con Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, que son maravillos­os, una cosa que no sé muy bien cuándo saldrá, porque nunca me entero bien de las fechas. En el último Monkey Weekend hicimos el concierto del aniversari­o de La leyenda del tiempo de Camarón con Pájaro, Soleá Morente, Lorena Álvarez, la gente de Napoleón Solo, Bronquio, con quien también he hecho una colaboraci­ón... Es la gente del pop a la que estoy escuchando y a la que tengo la suerte de tener cerca. Y de vivirlo con ellos en el escenario.

–Creo que ya no vive en el entorno del Jueves. ¿Lo echa de menos?

–Pues igual me vuelvo, jajaja. Creo que eso responde la pregunta, jajaja. Tengo un punto un poco extremo: cuando necesito tranquilid­ad tengo que desconecta­r por completo y cuando necesito actividad voy a tope y me viene muy bien estar en un sitio como el centro, el Jueves, muy de barrio, de conocer a la gente cuando voy a tomarme un café. Me fui al campo, aunque sigo viniendo muchísimo a Sevilla. A veces lo echo en falta, pero la tranquilid­ad del campo me viene bien, así que no sé qué haré. –¿Qué repertorio vamos a escuchar el jueves en Nocturama?

– Visto en el Jueves, el disco entero. Me apetece mucho presentarl­o, porque ya hice alguna pincelada en Alternativ­as, el espectácul­o en el Maestranza, cuatro temas, pero ahora quiero hacer los trece. Voy con Canito [el guitarrist­a Manuel Herrera], que ha sido un poco la cabeza brillante que me ha acompañado en todo esto, con unos arreglos que me encantan, y con Agustín Diassera [percusión]. Me hace además mucha ilusión que esa misma noche estén también Los Voluble. Hemos trabajado juntos otras veces y de hecho también están en este disco. Así que si están tocando Benito y Pedro y me dicen que me vaya para arriba, yo más feliz que todas las cosas que tiro para arriba.

Rocío Márquez actúa el próximo jueves 29 en el festival Nocturama junto a Juano Azagra (All La Glory), María Guadaña y Los Voluble. En los Jardines del Casino de la Exposición desde las 21:00. Entradas a 18 euros.

Cuando te permites estas búsquedas no siempre aciertas, así que tienes que ser tolerante con el fracaso”

De las cosas que más me llaman es colaborar con músicos que tienen códigos distintos a los míos”

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La cantaora onubense Rocío Márquez, en una imagen promociona­l para ‘Visto en el Jueves’.
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NICO RODRÍGUEZ / EFE Rocío Márquez, durante la presentaco­ón de ‘Visto en el Jueves’ a los medios madrileños.

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