Las mañanas vuelven a la parcela más social
La batalla entre Ana Rosa Quintana y Susanna Griso se disputa entre los segmentos más fieles de audiencia
En enero se cumplen 15 años cdel estreno de Ana Rosa Quintana en su matinal en Telecinco, líder perenne de las mañanas en una franja que aunque no hay grandes cantidades de espectadores se disputan cuotas fieles y resortes de fidelidad para el resto del día. Quien manda en la mañana necesariamente no manda el resto de la jornada, pero toma posesión de las costumbres en cientos de miles de hogares. A Telecinco, habrá que reconocerlo, le ha ido muy bien desde que Ana Rosa se toma el desayuno en su plató, desde que fuera fichada de las tardes de Antena 3 tras a su vez la marcha de María Teresa Campos de Telecinco a la actual Atresmedia.
La malagueña fue emblema de los magacines matinales clásicos, más próximos a los que se emiten en los países hispanoamericano: un ómnibus, una despensa, donde la actualidad no prevalece tanto frente a las figuras invitadas que hablan o cantan, conexiones, consejos, concursos, charletas y recursos de compañía a unos espectadores que entonces “miraban” más la televisión. Campos fue quien estrenó las tertulias de actualidad, con periodistas en el tramo final, dando sustancia a esos encuentros que ya promovía Jesús Hermida, quien estrenó en 1987 el primer magacín matinal en la TVE del monopolio. María Teresa tomó la esencia de esa tertulia de la posterior revista vespertina, de la que se hizo cargo en 1991 en la propia Primera Cadena con Pasa la vida.
Era cuestión de pocos años que Campos se encargara del matinal de TVE, tras el zarandeo de Pepe Navarro, cuyos delirios pasaron a Antena 3 y terminaría recalando en las noches de Telecinco. La primera ‘matriarca’ le dio peso de audiencia a la franja matinal a través de su personalidad: programas generalistas que giran en torno al tono y espíritu de su conductora. Ana Rosa (que ayer comenzaba fuerte, con la rediviva Cristina Cifuentes) terminó siendo alumna aventajada, mientras que a Susanna Griso, que se incorporó a Espejo público en 2006, le costó pasar de los informativos a un programa maratón donde debía dar paso a tertulias y temas de los que se sentía alejada. A fuerza de oficio la catalana lo fue asumiendo y de paso dotando al magacín de su visión. En esta temporada incluso vuelve al plató de las noticias aunque dé más parcela al famoseo.
Espejo público ha sido rival de Telecinco mientras que La 1, con más sucesos, salud y corazón al término de Los desayunos, ha sido lejana tercera opción en estos años, entre Mariló Montero y María Casado. En la última temporada Ana Rosa ha estado por encima de los 600.000 espectadores de media; Griso sobre los 400.000; y La mañana de Casado, 240.000.
Con un descenso en el consumo de espectadores de la televisión en general, la mañana sigue siendo un horario de atención y con el que merece la pena tener puesto encendido el piloto rojo del directo. Con calidad, aunque no sean horarios de muchedumbres.
Ante esta nueva temporada la parcela social, entre temas de atención ciudadana y el mundo de los famosos, cobra más fuerza en los dos magacines principales. En ambos la información de los sucesos sigue siendo fundamental junto a la actualidad política en las dos primeras horas. El de Telecinco tiene un flanco más rentable que es el análisis de su reality ( GH VIP ha tomado impulso y comienza mañana) y su recuelo de los temas de espacios como Sálvame, mientras que el de Antena 3 ha ampliado una parcela dejada al margen, como el corazón, para ser más competitivo en la franja del mediodía, donde en La Sexta ya funciona a plena marcha Al rojo vivo. Ferreras es pura actualidad y tertulia, nada que ver con los magacines al uso que durante 32 años vienen copando las mañanas televisivas españolas.