Daniel Johnston ya no lucha contra el Demonio
Muere a los 58 años tras un ataque al corazón el cantautor y dibujante, artista de culto desde los 80
Daniel Johnston, conocido por ser uno de los músicos de culto más puros y un singularísimo dibujante, falleció el martes debido a un ataque al corazón. El cantante, que tenía graves problemas mentales –esquizofrenia y trastorno bipolar, entre otros– fue hospitalizado después de padecer una parada cardíaca, según el diario Austin Chronicle. La noticia fue confirmada al periódico texano por el último representante del artista, Jeff Tartakov. En los últimos años, la salud de Daniel Johnston había empeorado “significativamente” y había sido hospitalizado en repetidas ocasiones, dijo la hermana del artista, Margy Johnston.
El músico, nacido en Sacramento (California) en 1961, alcanzó la fama en la escena underground en los años 80 gracias a su música “simple, sincera e infantil”, como los críticos solían resumir tópica y casi protocolariamente la quebradiza belleza de sus composiciones imperfectas, dolientes y de una inocencia que desarmaba. Canciones como The story of an artist (1982), True love will find you in the end (1985), Walking the cow (1983) o Life in vain (1998) son algunas de las composiciones más conocidas del artista californiano.
Uno de sus mayores admiradores fue Kurt Cobain, el líder de Nirvana, fallecido en 1994. De hecho, Cobain vistió una camiseta con el dibujo del álbum más conocido de Johnston, Hi, How Are You (1983), inspiración para un conocido mural en Austin. Más allá del gran mártir del grunge, artistas como Beck, Tom Waits, Eels, Yo La Tengo, The Flaming Lips y TV on The Radio, entre otros músicos de reputación, versionaron canciones suyas.
Johnston comenzó a crear música en Secundaria, grabando de forma rudimentaria canciones con su piano y voz. Tras un breve paso por la Universidad Abilene Christian, en Texas, se mudó a Austin, ciudad que se convertiría en su hogar. Fue allí donde empezó a hacerse notorio su trabajo y a ganar seguidores, que, años más tarde, le impulsaron a la fama. Su vida y obra quedaron retratadas, más allá de sus discos, en el extraordinario y desgarrador documental The Devil and Daniel Johnston (Jeff Feuerzeig, 2005), un seguimiento del día a día del artista nutrido con revelador material visual del archivo familiar, titulado de ese modo porque el cantautor le tenía un miedo feroz al Demonio, al que veía por todas partes, pero no como concepto abstracto sino como si fuera una criatura tan real como él mismo.
Johnston, que también dedicó gran parte de su vida a dibujar y pintar, fue objeto en 2012 de una exposición en La Casa Encendida de Madrid, Visiones simbólicas. Una mirada al universo de Daniel Johnston, en la que se esbozaban las obsesiones, pasiones y angustias del artista, que solía representarse en sus innumerables dibujos como un boxeador retirado (de ese modo sublimaba su condición de enfermo) y se hacía acompañar casi siempre de una peculiar criatura con ojos-antena o bien de sus peculiares versiones de Casper, el fantasmilla amigable de la famosa película infantil de 1995 que tomó como un fetiche de sus innumerables dibujos. Un año después de esa muestra, en 2013, Johnston visitó Barcelona para actuar en el Primavera Sound. Space
Ducks: Soundtrack, su último disco, fue publicado en 2012.