Huelva Informacion

La Alianza de las Covidizaci­ones

- TEODORO LEÓN GROSS

SUSANA DÍAZ ha vuelto. Y parece haber entendido, inteligent­emente, que regresa a un sitio distinto del que se fue. No es que Andalucía sea otra, pero la realidad andaluza ni es la misma ni volverá a ser semejante a la que era en mucho tiempo, y los andaluces no serán los mismos andaluces. Así pues, la política no va a ser tampoco igual. Alguien dijo que “es inútil volver sobre lo que ha sido y no es ya”. Eso sólo da para la melancolía. Susana Díaz ha tenido que reciclarse, y aún tendrá mucho que reciclar. Como en el tango de Homero Expósito, pensará “déjame volver con las esperanzas con las que partí”, que sin duda era ver debilitars­e al Gobierno, pero todo lo pensado antes de esto ya no sirve.

De momento, Juanma Moreno se le ha anticipado con la oferta de una Alianza. En el tablero, se trata de un movimiento hábil. Pedro Sánchez había dado instruccio­nes a sus barones para ofrecer pactos con los que condiciona­r al PP. Y aunque hay quien no ha comprado como Isabel Díaz Ayuso, aquí Moreno ha estado rápido antes de que la ex presidenta apareciera como promotora. Habrá pacto, aunque Juan Marín, desde su nuevo rol de poli malo, siembre dudas sobre la voluntad de la oposición. Pero ahí queda, formulada en el Parlamento, la oferta de una Alianza o Gran Alianza, en definitiva la Alianza de las Covidizaci­ones porque el factor de unión es la Covid que ha asolado el país.

La elección de la palabra Alianza, desde luego, está bien calculada. No es un Pacto, y no un Acuerdo, que es el término manejado por el PSOE, sino una apuesta semántica de más entidad conceptual. La Alianza tiene ecos legendario­s desde la Alianza del Sinaí con el Arca a la Alianza Rebelde de los buenos de Star Wars; desde la Santa Alianza a la Five Eyes Alliance de la inteligenc­ia anglosajon­a o la Alliance Française. En definitiva, San Telmo ha formulado una oferta conceptual que no se podía rechazar, como diría Vito Corleone. Susana Díaz vio claro el escenario y respondió con la mano tendida: “rememos juntos”.

Paradójica­mente, este contexto favorecerá a Susana Díaz. Alfonso Rodríguez Gómez de Celis escribía esta semana, a propósito de la moción de confianza reclamada desde las filas conservado­ras, que en plena enfermedad no es momento de maniobreri­smo y menos tramposo. Susana Díaz tendrá que pasar por un congreso antes o después, pero de momento la apuesta por descabalga­rla del mando del socialismo andaluz solo puede perder puntos incluso en los sectores más críticos. Y la alternativ­a de María Jesús Montero flaquea con la erosión en primera línea. Tal vez, una retaguardi­a más tranquila le permitirá hacer una oposición más matizada.

La anulación de los dos artículos controvert­idos del superdecre­to que afectaban al Audiovisua­l-Patrimonio, cuya rectificac­ión era previsible incluso antes del dictamen del Consejo de Estado para el recurso de inconstitu­cionalidad del Gobierno, pueden apuntársel­a como tanto. Y más consideran­do que no tienen precisamen­te mucha autoridad moral en política de medios. Pero si el PSOE andaluz bloquea el decreto en su totalidad, pueden perder la iniciativa: el Gobierno andaluz podrá argumentar que ya se han retirado los dos artículos sobre los que había dudas, pero que bloquear todo en un momento en que urge reactivar la economía, por tacticismo partidista, castiga a los andaluces para erosionar a San Telmo. Es un movimiento claro en el tablero. Y no va dejar pasar eso Elías Bendodo con su instinto político depredador, aunque ahora se mantenga en segundo plano.

Por otro lado, queda el deterioro que vaya a sufrir la marca PSOE. Pedro Sánchez ha dado señales de resistenci­a –una resistenci­a de manual–, pero la gestión del Gobierno tiene una valoración negativa en los sondeos, y previsible­mente, cuando la crisis sanitaria dé paso a la crisis económica, eso puede ser volcánico. El PSOE va a cargar además con efectos colaterale­s de sus socios de investidur­a, con los indepes proclamand­o barbaridad­es, y el lastre incluso de su socio de Gobierno, capaz de meterse en plena crisis sanitaria en ataques al jefe del Estado o al Poder Judicial. Susana Díaz estará, por razones obvias, más cerca que nunca de Ferraz; pero el efecto marca inevitable­mente estará en la agenda.

La Alianza se ha situado en el centro del debate, y está por ver la tensión en los extremos. Alejandro Hernández, de Vox, ya ha advertido a Moreno de que “no se puede ser amigo de todo el mundo”; y Teresa Rodríguez sigue peleando con voz propia al margen de Unidas Podemos. El consenso que plantea el Gobierno de PP y Cs cuenta con el PSOE y sería casi el 75% de la Cámara. La posibilida­d es verosímil, visto lo visto esta semana. Por supuesto, no es que haya sido un debate de guante blanco, sino un debate de guante de látex. El Covid es lo que determina este consenso, como todo en realidad. Y así debe ser. De ahí esa Alianza de las Covidizaci­ones.

Si el PSOE andaluz bloquea el decreto en su totalidad puede perder la iniciativa

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Juanma Moreno.
 ??  ?? Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez.
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Juan Marín.
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Susana Díaz.
 ??  ?? Teresa Rodríguez.
Teresa Rodríguez.
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Alejandro Hernández.
 ??  ?? Elías Bendodo.
Elías Bendodo.
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María Jesús Montero.
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Alfonso R. Gómez de Celis.
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Isabel Díaz Ayuso.
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