EL IMPACTO EN EL TURISMO ANDALUZ
EN el momento más difícil de la crisis financiera, en 2009, Andalucía recibió 21,9 millones de turistas (12,8% de caída). En el siguiente todavía fueron menos, 21,3 millones (2,9% de caída), pero la recuperación se pudo iniciar en 2011. Los turistas aumentaron y la tasa volvió a pintar en positivo, aunque sin abandonar el ambiente general de depresión instalado en el conjunto de la sociedad por la crudeza de la recesión y la destrucción de empleo. Así estuvimos hasta 2014, cuando la economía comenzó a recuperarse con fuerza y el número de visitantes alcanzó los 24 millones. En 2015 se consiguió el primero de los cinco registros históricos (26 millones) sucesivos hasta 2019, cuando recibimos a 32,5 millones de turistas.
El turismo andaluz consiguió superar la crisis financiera con relativa rapidez y anticiparse al resto de la economía en la recuperación, asumiendo el papel de motor del conjunto, como ya hiciera en otras ocasiones. Ni en las crisis económicas de los años 70 y 90 ni en las intermitentes de seguridad (terrorismo, conf lictos bélicos o sanitarias) los turistas renunciaron a sus vacaciones en Andalucía, gracias a la condición de destino consolidado que nos proporcionaban nuestras estructuras estables en los mercados y a nuestra reputación como destino seguro.
La crisis del Covid-19 es similar a otras ocurridas en Asia Oriental, pero su reducida repercusión sobre Andalucía, el resto de España y Europa impide extraer enseñanzas útiles para la estimación de las consecuencias de la actual. Lo que no admite discusión es que serán especialmente dañinas para el turismo y que los perjuicios potenciales aumentan con el tamaño del sector y con su peso relativo en el conjunto de la economía. Esto convierte a Andalucía en una zona especialmente amenazada y con elevado riesgo de perjuicio para personas y pequeños negocios no necesariamente vinculados directamente al turismo.
Los turistas que visitaron Andalucía durante 2019 gastaron un promedio de 67,6 euros diarios durante sus estancias que, también en promedio anual, fue de 8,2 días, lo que permite estimar un gasto turístico anual de 17,9 miles de millones de euros. Si a esta cantidad se añade el gasto que realizan los excursionistas (viajeros que no pernoctan), se obtiene la magnitud que normalmente se identifica con el de ingresos por turismo y que en 2019 puede se estima en 19,8 miles de millones de euros, equivalentes al 12,8% del Valor Añadido Bruto (VAB) regional. Esta esta magnitud es una primera aproximación al impacto directo que tendría la crisis del Covid-19 sobre la economía andaluza si los turistas desapareciesen por completo y durante todo un año de nuestra geografía, aunque no dejaría de ser una visión parcial del mismo al ignorar el efecto multiplicador de la actividad.
El multiplicador del turismo en Andalucía se estima en torno a 1,4, lo que significa que si el turismo hubiese cerrado durante todo 2019, la economía andaluza se habría reducido en cerca de ocho mil millones de euros adicionales, lo que elevaría la repercusión total anual de la pandemia hasta el 19,8% del VAB. Puesto que efectivamente el turismo andaluz está completamente desactivado desde mediados de marzo y tomando como referencia la estimación de 2019 prorrateada por meses, podría afirmarse que cada mes de cierre de la actividad en 2020 tendrá un impacto negativo sobre la economía andaluz equivalente al 1,5% del PIB. Esta cifra, sin embargo, ignora que algunas actividades relacionadas con el turismo, como las de catering o los servicios a domicilio de restaurantes, se mantienen operativas, adaptadas a las circunstancias de la crisis, pero proporciona una referencia válida para la estimación de su impacto sobre el turismo y, a través de él, sobre el conjunto de la economía andaluza.
Lo que puede afirmarse, por el momento, es que la cuantía final dependerá de la demora en el retorno a la normalidad, aunque sea adaptada a las condiciones de seguridad que impone la prudencia, y que, en el tiempo transcurrido desde el inicio del estado de alarma, el impacto del cierre completo del turismo sobre la economía andaluza puede estimarse en una caída no inferior al 1,5% del PIB. Se elevaría hasta el 3% si el confinamiento se prolonga hasta finales de mayo y hasta el 6% si el sector consigue recuperar al menos la mitad de su actividad entre mayo y septiembre.