Velocista al servicio local
DIEGO MOISÉS SANTOS
Esta situación es nueva, pero los que competimos tenemos ya el trabajo psicológico hecho”
Diego M. Santos
Policía local
El ex atleta onubense, quien ostenta aún los récords de Andalucía en 60 y 100 metros pese a llevar 12 años retirado, ejerce como policía local No acudir a Sidney 2000, su gran espina
Diego Moisés Santos, con más de 15 años de trayectoria deportiva y numerosas carreras en sus piernas, mantiene el sello de ser el atleta más veloz de Andalucía, pese a llevar 12 años retirado, y ahora, como policía local, está volcado al ser vicio de la ciudadanía y en controlar el cumplimiento del confinamiento.
El ex atleta internacional, plusmarquista andaluz de 60 y de 100 metros desde hace más de dos decenios, patrulla las calles de Huelva junto a sus compañeros del cuerpo para combatir la pandemia de coronavirus, para lo que aseguró que le sirve la experiencia adquirida como deportista de élite.
“Ahora todos afrontamos algo nuevo, nunca vivido, aunque quienes hemos competido tenemos un trabajo psicológico hecho, sabemos lo que es soportar la presión en los campeonatos y la dureza de los entrenamientos”, afirma este velocista retirado como profesional en 2008 y al que ese bagaje le ayuda en su misión, como policía, de controlar a quienes violan las restricciones del estado de alarma.
Demostrar que sigue en forma para correr tras un infractor es algo que hasta el momento no le ha hecho falta, “por suerte”, dice Santos, aunque toda su experiencia bajo presión como deportista la aplica en situaciones poco agradables en estos días.
En 1998 estableció un nuevo récord andaluz de 100 metros (10,26) y un año más tarde el de 60 (6,64), aún vigentes, y en 2016 reapareció para proclamarse subcampeón europeo (100 m) y ganar el bronce (4x100) en los Juegos de Policías y Bomberos, últimos hitos de un extenso palmarés que, salvo en unos Juegos Olímpicos, incluye su presencia en los campeonatos internacionales más importantes.
Estos días acumula anécdotas, habita el paisaje “desolador” de una ciudad sin vida en sus calles, siente “un miedo interno” que no quiere “exteriorizar” por llevar el coronavirus a su hogar y valora la labor de los profesionales expuestos para servir a la sociedad.
“Sinceramente, me ha sorprendido para bien el nivel de cumplimiento de los ciudadanos de Huelva”, resalta este campeón de España absoluto de 100 metros en 2001 y bicampeón nacional de 60 en 1998 y 1999.
También se ha cruzado con infractores reiterativos a los que ha tenido que detener y que se han puesto “agresivos”, y explica que “normalmente los que incumplen lo hacen más de una vez y se les acaba cogiendo”, tarea en la que agradece la ayuda ciudadana. “A una persona la pillé tres veces en la calle en una tarde”, recuerda el ex atleta onubense, que cita el caso de otro joven que esgrimió que “había ido a ver su novia” o el de varios que querían realizar venta ambulante en la calle porque “tenían que comer”.
“Hay gente que te miente y es imposible saber si lo está haciendo, pero a otros se les coge rápido”, comentó Santos, que cumplió 43 años el pasado 5 de abril.
Patrulla ocho horas al día por la ciudad y, aunque al principio del estado de alarma era un entorno “curioso”, llegó un momento en el que, mirara donde mirara, sólo veía “desolación”. “Esta pandemia, además de matar a personas, también va a acabar con muchas familias a nivel económico”, expone al ver a diario negocios cerrados de los que depende el sustento de mucha gente.
Reconoce que siente miedo porque “el virus se cuela por todos lados” y no quiere contagiar a su familia, aunque su vocación y responsabilidad le hacen mantener a raya ese temor. “Es nuestra obligación y lo hacemos gustosamente”, afirma. Además, sus hijas, de 10 y 8 años, son “conscientes” de que tiene que “estar ahí, pillando a quien no cumple”, y le dicen constantemente: “cuídate mucho, papá”.
Cree que la pandemia está haciendo que muchos cambien la visión peyorativa que tenían de la Policía y, aunque no sabe si se les ve “como héroes, como dicen algunos”, siente que se les valora, al igual que a otros profesionales de servicios esenciales.
Para el ex atleta, “esto tiene que ser vir a los políticos para que, sea de quien sea la culpa, se tenga claro que no se puede recortar en sanidad”.
Sobre sus récords, Santos admite que “nunca” pensó que “fueran a seguir vigentes”, lo que es “motivo de orgullo”, si bien el mayor legado de su etapa deportiva son la infinidad de amigos que tiene “por toda España”, algo que queda “por encima por las medallas”.
De su exitosa carrera, “la única espina” que tiene clavada es no haber ido a los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, que fue su gran sueño.