Salud pide a los infartados que no retrasen la asistencia “por miedo”
El Juan Ramón detecta que los pacientes tardaban más en acudir tras una crisis y lo hacían con un mayor deterioro
La presencia del Covid-19 ha revolucionado la sociedad y sobre todo la asistencia sanitaria, que ha tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias dando una respuesta espectacular a la pandemia. Sin embargo, la población no ha dejado de estar aquejada de otras patologías y dolencias, de manera que la atención no se ha dejado.
Prueba de todo ello es la iniciativa impulsada por el Servicio de Cardiología del Hospital Juan Ramón Jiménez. La facultativa de este servicio, Jessica Roa, explica que “desde que se declaró el estado de alarma, percibimos que se había registrado un notable descenso en el número de infartos que atendemos. Esto no ha sido solo un fenómeno que haya afectado a Huelva, sino que es algo que se ha extendido por todo el país”. De este modo, el Juan Ramón Jiménez se sumó a una iniciativa en la que quedó incluido en un total de 71 centros hospitalarios para hacer un llamamiento a la sociedad para que las personas que padecieran un infarto, no demoraran su traslado hasta los hospitales. Roa especifica que ese descenso ha sido nada menos, durante estas semanas, que del 40%, y “los casos que veíamos ya venían más deteriorados de lo habitual, con los perjuicios que eso conlleva”.
Los cardiólogos hacen un llamamiento a los pacientes dejándoles claro que “seguimos aquí, porque incluso uno nos llegó a pedir disculpas cuando llegó al hospital”.
Lo cierto es que “el miedo” se ha apoderado en estas semanas de buena parte de la sociedad, lo que ha supuesto la principal causa para que los pacientes se hayan autorrestringido su desplazamiento hasta los hospitales. Esa objeción por otro lado está plenamente infundada. Tras la campaña realizada en favor de que los infartados no demoren su traslado a los hospitales, “hemos podido recuperar nuestra dinámica asistencial”.
El mensaje de los cardiólogos del Juan Ramón Jiménez está especialmente dirigido a aquellos en los que el infarto cierra una de sus arterias, de manera que “cuanto mas tiempo esté cerrado ese flujo, mayor deterioro puede provocar en la persona”. De ahí esa insistencia de los especialistas en que la persona se dirija lo antes posible al hospital. Las dos vías más habituales para ello son la llamada al 061 o el traslado directo a las Urgencias hospitalarias. Jessi
Una campaña informativa permite al centro recuperar la normalidad asistencial
ca Roa indicó que mensualmente se atienden unos 22 casos de oclusión total de arteria, lo que no es una cifra nada baladí. El éxito que ha tenido el Juan Ramón Jiménez en la implementación de esta campaña, también tiene su plasmación en la cifra de cateterismos realizados, que es de las mayores porcentualmente del país.
Roa recordó que otros especialistas han establecido circuitos asistenciales parecidos, como son los casos de Neurología, pensando especialmente en los casos de ictus, y Digestivo.
La cardióloga insistió en el hecho de que la presencia de la asistencia al Covid-19 no ha ido en absoluto en detrimento de la atención que se presta a los infartados. De este modo, ya desde Urgencias hay habilitados dos circuitos asistenciales. Uno de ellos para personas que tengan sospecha de padecer el coronavirus, y otro para el resto de los usuarios. Ese doble circuito permanece en el resto de las etapas asistenciales del centro hospitalario “asegurando incluso una UCI para todas aquellas personas que son atendidas por Cardiología y tengan necesidad de ella”.