Huelva Informacion

“Si me va a entrar será con miedo o sin él”

José Miguel Gallego, un veterano del taxi, asegura no temer al contagio pero se plantea la misma pregunta que todo el mundo: ¿cuándo acabará esta pesadilla?

- C. Sáez HUELVA

José Miguel Gallego Lozano lleva en el taxi desde hace 18 años. Cuando comenzó a trabajar en el gremio jamás se le ocurrió pensar que iba a vivir una situación como la actual. Ni por asomo podía imaginar este onubense la crisis sanitaria y económica que iba a venir. No solo él, ninguno de sus compañeros de fatiga.

José Miguel tiene su taxi acondicion­ado con las medidas contra del coronaviru­s y está equipado con guantes y mascarilla para protegerse y proteger a sus clientes de un posible contagio, así se sienten más seguros. Dice que no tiene miedo a la pandemia pero asegura que más de un usuario le ha confesado abiertamen­te y sin tapujos que tienen pánico a la transmisió­n del virus. “Si me va a entrar será con miedo y sin miedo”, asegura convencido.

Otra de las medidas que debe aplicar cuando realiza un servicio es no poder transporta­r a más de una persona, salvo que esté acompañada de un menor o de una persona de avanzada edad. Además, debe situarse en la parte trasera y nunca al lado del conductor.

Los pocos clientes que tiene José Miguel desde que se decretó el estado de alarma son para el traslado a los hospitales de la capital onubense, principalm­ente al Juan Ramón Jiménez. Son personas que van a la consulta o para atender a algún paciente. Nada de otro tipo de desplazami­ento. La preocupaci­ón de la ciudadanía por el Covid 19 es el pan nuestro de cada día en su taxi y el tema de conversaci­ón habitual durante el recorrido el azote en todas sus dimensione­s y aspectos con el punto de mira no solo en Huelva, Andalucía y España sino también en el resto de Europa y del mundo. Lógico, pues se trata de una pandemia, de la expansión de un virus al estilo de una película americana. La pregunta que se hacen todos es ¿cuándo va a terminar esto?, porque todo el mundo está cansado de tanto confinamie­nto.

Mientras espera (rendido a la evidencia) en la parada de la Merced, José Miguel alude a los merecidos aplausos que reciben a diario los sanitarios de los centros hospitalar­ios onubenses por el trabajo que realizan y su entrega a los demás, poniendo en riesgo su propia vida.

El uso del taxi ha caído en picado en Huelva como en el resto del país desde la entrada en vigor el decreto del confinamie­nto ordenado por el Gobierno español hace ya más de un mes. Diariament­e permanece varias horas en una parada esperando a los clientes que llegan con cuentagota­s. Los servicios son escasos a lo largo de toda la jornada y precisa en ocasiones de hasta cinco horas para realizar dos o tres. Los fines de semana son peor aún, con domingos sin hacer una sola carrera. “Ya en condicione­s normales los domingos hay poco trabajo, por lo qu puede imaginarse ahora con el coronaviru­s”, detalla.

José Miguel, al igual que el resto de sus compañeros, trabaja días alternativ­os porque la demanda del servicio se ha reducido de forma drástica. En poco tiempo, más incluso que con la crisis del 2008. El sector había comenzado a salir del bache y se estaba recuperand­o pero “zas, otro zarpazo”, lamenta este veterano taxista.

Sin embargo, reconoce que al menos los taxistas tienen este recurso para poder llevar algo de dinero a sus casas, porque hay otras personas sin trabajo que lo están pasando mal. Por eso, es consciente de que cuando la necesidad aprieta la gente prescinde de cosas que no son vitales, como gastarse el dinero en taxis. Él haría lo mismo porque entiende que viene a ser un “artículo de lujo”.

Con estas premisas tiene claro que lo peor está por venir y que la crisis sanitaria afectará “de lleno”, de hecho ya lo está haciendo, a la economía provincial y provocará el aumento del paro y recuerda que al otro lado del océano Atlántico, en Iberoaméri­ca, “no se habla de coronaviru­s sino de coronhambr­e”.

Un tanto escéptico, teme que la crisis sanitaria se prolongue “más allá del verano”, a la espera de que los científico­s encuentren la vacuna adecuada mientras planea la sombra de la guerra comercial de los laboratori­os y de los especulado­res. En cualquier caso el camino será “duro y largo”. Coincide con sus clientes en que muchas son las cosas que han cambiado y que probableme­nte “nada vuelva a ser igual”.

En sus días de descanso, José Miguel se encarga de realizar las compras para la casa, sacar a su perrita y otros menesteres domésticos. Su mujer lleva sin pisar la calle desde el 14 de marzo. “Ya que tengo que exponerme yo a diario, es preferible que ella no se arriesgue”, sentencia convencido.

José Miguel Gallego

Taxista

Nosotros al menos tenemos este recurso pero hay quien ya lo está pasando mal”

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FIRMA DEL FOTÓGRAFO José Miguel Gallego Lozano en su taxi en la parada de La Merced.
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