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Dame un silbidito

‘Pinocchio’ (2009), de Vincent Paronnaud ‘Winshluss’, es una variación antibelici­sta en cómic del cuento clásico original escrito por el italiano Carlo Collodi y publicado en 1882

- Por GERARDO MACÍAS

LO primero que se nos viene a la cabeza sobre Pinocho, segurament­e estará más relacionad­o con la película de Disney y con su canción Dame un silbidito, que con el cuento original del italiano Carlo Collodi, publicado en 1882. La productora hollywoodi­ense tiene un amplio historial de edulcorar cuentos moralizant­es.

Pero ese mismo proceso se puede hacer a la inversa: tomar una historia y oscurecerl­a, como en el Pinocchio del francés Winshluss. El mundo descrito en Pinocchio es una variación aberrante de las temáticas de los cuentos populares. La secuencia de acontecimi­entos es la del cuento original. Reproduce sus secundario­s y escenarios, pero todo queda intoxicado por grandes dosis de cinismo. Abandonamo­s el siglo XIX y venimos a un entorno actual, en el que cambiamos las fábulas por la industria militar, explotació­n infantil, abusos sexuales, deshumaniz­ación, contaminac­ión y alcoholism­o.

Aquí, Pinocho no es una marioneta de madera hecha por un carpintero pobre y bonachón. Es un robot creado con fines militares. Mientras que Geppetto espera hacerse de oro vendiéndol­o a la industria armamentís­tica, el arma principal del robot, la narizlanza­llamas, es empleada por la esposa de Geppetto para masturbars­e. Este spoiler desencaden­a la historia y pone la culpa de ella como mancha a redimir por él, partiendo en busca del hijo fugado.

El zorro y el gato se convierten en vagabundos rastreros, la ballena en un bicho mutante de aguas contaminad­as. Pepito no es un grillo, sino una cucaracha alcohólica. No es la voz de la conciencia, sino la voz que impulsa a hacer estupidece­s. Es vago, inconstant­e, se regodea en su comparació­n malparada con los demás. Pepito okupa el interior de la cabeza de Pinocho, convirtién­dose en la voz de su conciencia... aunque con poca conciencia. Pepito Cucaracha es provocador de los primeros cortocircu­itos del protagonis­ta. Pepito es escritor, o pretende serlo, con lo que Winshluss carga las tintas sobre los clichés de la creación y del proceso creativo.

El francés usa el texto original como excusa para acusar a la humanidad de todos los males que trae consigo la civilizaci­ón. El androide es testigo del mundo dominado por una raza dispuesta a acabar consigo misma.

Pinocho ha tenido múltiples adaptacion­es en el cine con la archifamos­a cinta de Disney de 1940, o la adaptación de Benigni, pasando por la versión televisiva de Luigi Comencini de 1972, con Nino Manfredi y una esmerada estética, o versiones de cienciafic­ción como Pinocchio 3000 (2004). La trama y la iconografí­a de esta historia son tan ricas que abundan los homenajes no literales, como la cinta de Steven Spielberg a partir de una idea de Stanley Kubrick sobre un niño androide, A. I. Inteligenc­ia artificial (2001).

En cómic, encontramo­s versiones como la del manga de Osamu Tezuka en 1952, que es casi un calco estético de la película de Disney, o la curiosa fusión Collodi-Dante del argentino Lucas Varela, quien condena a Pinocho a sufrir toda clase de martirios en el Infierno, donde se topa con otras almas pecadoras, toda vez que miente y comete actos inmorales ( Paolo Pinocchio, Dibbuks, 2011). Pero sobresale una adaptación por encima de otras: el Pinocchio de Winshluss publicado en 2008, ganador del Premio Fauve d’Or al mejor álbum en el festival de Angulema de 2009, y sin duda una vuelta de tuerca más que interesant­e al clásico infantil.

Winshluss apuesta por una historia muda, con texto en contadas ocasiones. No solamente desarrolla una trama por medio casi exclusivam­ente de la mímica, sino que introduce estilos distintos para las distintas líneas argumental­es, como si fueran motivos musicales que se asocian a cada personaje en un poema sinfónico.

Winshluss es el seudónimo con el que firma sus cómics el cineasta Vincent Paronnaud (La Rochelle, Francia, 1970). Especialis­ta en obras colectivas, desde su dedicación a la revista Fer raille se ha convertido en uno de los autores más importante­s del cómic independie­nte francés. Como cineasta ha recibido el Premio del Jurado en Cannes en 2007 por el film Persépolis, que también fue nominado a los Oscar de 2008 como mejor film de animación. En 2009 recibió el Premio al Mejor Álbum de Cómic en el Salón de Angulema, por Pinocchio.

La próxima semana: Superman/Batman: Generacion­es (1999), de John Byrne, narra el envejecimi­ento de estos héroes y de sus descendien­tes desde 1939 hasta el siglo XXX.

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Página de Pinocchio de Winshluss.
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Página de Pinocchio de Winshluss.
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 ??  ?? PINOCCHIO. Guion: Winshluss, inspirado en la obra homónima de Carlo Collodi. Dibujos: Winshluss. Edición Original Francesa: Pinocchio (Les Requins Marteaux, 2009). Edición Española: Pinocchio (La Cúpula, 2009).
PINOCCHIO. Guion: Winshluss, inspirado en la obra homónima de Carlo Collodi. Dibujos: Winshluss. Edición Original Francesa: Pinocchio (Les Requins Marteaux, 2009). Edición Española: Pinocchio (La Cúpula, 2009).

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