En busca de un regreso sin drama
Proliga presenta un decálogo de proposiciones para que la vuelta a la competición sea menos dramática en el aspecto económico para los clubes de Segunda B y Tercera División
No hay ningún club que haya sido capaz de combatir la pandemia por el coronavirus sin ser sacudido por sus consecuencias, pero los más perjudicados son los clubes no profesionales, que tienen en sus abonados su principal fuente de ingresos y que realizan un esfuerzo capital diario para conseguir cubrir los presupuestos de cada temporada.
La mayoría de estas entidades forma parte de Proliga, una comisión que reúne a 237 clubes que compiten, principalmente, en Segunda División B y en Tercera, estando entre ellos el Recreativo. Después de varias conversaciones, todos estos clubes han compartido sus opiniones sobre el escenario que se va a presentar cuando regrese la competición, haciendo especial hincapié en los problemas económicos que van a padecer la mayoría de los equipos del llamado fútbol modesto.
Así, Proliga ha creado un documento llamado Decálogo para la Sostenibilidad de los clubes en el que se plantean diferentes soluciones para aliviar la salud económica de sus afiliados. Las diez propuestas de ProLiga comienzan con la subvención de los arbitrajes para las categorías de Segunda B (ya en vigor), Tercera División, Juvenil División de honor y Liga Nacional.
La segunda medida es la creación del estatus Deportista Semiprofesional con régimen especial de cotización en la Seguridad Social. La tercera medida tiene como objetivo facilitar el acceso a financiación bancaria, expedición por parte de la RFEF de un certificado de cantidades mínimas a ingresar por los clubes por los distintos programas de ayuda.
Como cuarta medida señala la devolución, por parte de la Mutualidad de futbolistas para todas las categorías, de la parte proporcional de las cuotas no consumidas debido a la suspensión de las competiciones en la campaña 19-20.
La quinta propuesta consiste en favorecer el patrocinio mediante la modificación de la actual Ley de Mecenazgo con el objetivo de incluir como entidades beneficiarias a los clubes, fomentando así que las empresas que decidan patrocinar y/o donar tengan un importante ahorro fiscal.
La sexta apunta al pago a los clubes del porcentaje correspondiente de los ingresos derivados de las apuestas deportivas, tal y como se establece en la Ley de mayo de 2011, de regulación del juego. El canon formativo (cuota a abonar por los clubes profesionales que suscriban licencia con un jugador del fútbol base) e implantación a nivel nacional del Mecanismo de Solidaridad FIFA es el séptimo punto del decálogo.
En la octava propuesta se alude a la inclusión de la Tercera División como beneficiaria de la financiación de la Seguridad Social de sus deportistas profesionales, así como a las ayudas en los costes de expedición de licencias federativas.
El penúltimo punto se centra en el ahorro en viajes, hospedajes y desplazamientos de aficionados, centrándose en una proximidad real en la configuración de los grupos de Segunda B.
Por último, el decálogo incluye la proposición de medidas de gracia disciplinarias (condonación de sanciones no graves) y supresión de tasas para recurrir a los comités de disciplina.
Todas estas medidas facilitarían el regreso a la normalidad de las distintas entidades no profesionales del fútbol nacional, sobre todo para clubes como el Decano, que tendrá que buscar la manera de seguir cumpliendo con todas sus exigencias de pago en un escenario desconocido y en el que los ingresos serán más limitados que en campañas precedentes.
237 clubes conforman esta comisión que vela por los intereses del fútbol no profesional