El estudio médico que dibujará la expansión real ya está en marcha
El Carlos III presume de la “magnitud mundial” del estudio, en el que participarán 90.000 personas de 36.000 hogares
Los centros de salud de las comunidades autónomas comenzaron a reclutar a las 90.000 personas que participarán en el estudio de seroprevalencia (ENE-Covid), cuyos primeros resultados preliminares se conocerán en dos semanas y en el que médicos y enfermeros de Atención Primaria tienen un papel clave para conocer la dimensión de la pandemia en España.
Son quienes van a realizar las pruebas de anticuerpos a los miembros de cerca de 36.000 hogares. Es decir, van a ser, como dijo ayer la directora del Instituto de Salud Carlos III, Raquel Yotti, quienes den los primeros pasos para estimar el porcentaje de personas que se han infectado con SARS-CoV-2 en cada provincia, comunidad autónoma y en total. Pero, además, a partir de los resultados de esas pruebas, para las que comenzaron ayer a citar, se podrá obtener información sobre la transmisión del virus entre las personas, dentro de los hogares y a nivel comunitario.
Defendió Yotti que el estudio
“empieza en el momento en que tiene que empezar” y reivindicó que se trata de “uno de los primeros de esta magnitud en el mundo, con una muestra seleccionada con rigurosos criterios estadísticos de forma aleatoria para representar a toda la población de un país”.
Todos los hogares se eligieron al azar por el Instituto Nacional de Estadística y representan una muestra representativa de la población en España. Tras recoger el consentimiento para su participación, se hará una encuesta breve y se les realizará la primera prueba, un test rápido de anticuerpos con un pinchazo en un dedo y cuyos resultados llegarán de diez a quince minutos.
La segunda prueba será un análisis de sangre, que se analizará en un laboratorio con técnicas más precisas y que puede aportar información complementaria. Ésta no sirve para comprobar si alguien es contagioso, porque para eso están otras como los PCR, sino para ver si hay anticuerpos con una técnica más precisa que los test rápidos. Consiguen identificar si una persona presenta dos tipos de anticuerpos –IGG y IGM–: cuando comienza una infección aumenta el IGM, es el primer que se manifiesta, mientras que el IGG empieza más tarde y se mantiene más en el tiempo.
Pero el que se identifique el IGM de forma elevada no se puede extrapolar a la idea de que una persona está ahora infectada.
A los participantes se les va a estudiar tres veces y cada tres semanas, con lo que se podrá ver la evolución del desarrollo de los anticuerpos.