Alemania impone el uso de la mascarilla en una desescalada no centralizada
El uso obligatorio de la mascarilla alcanzó ayer a toda Alemania, aunque a distintos niveles según cada land, a la espera de que la canciller Angela Merkel y los líderes regionales marquen los siguientes pasos frente al Covid-19.
Para los ciudadanos de Baviera y el Sarre (sur y oeste), la obligatoriedad de la mascarilla en el transporte público y comercios rige desde la semana pasada; en el resto del país se implantó ayer; en Berlín sólo rige en autobuses y metros, pero no en los comercios.
“Hay diferencias regionales. Pero no olvidemos que la pandemia tampoco tiene la misma incidencia en todas las regiones”, explicó el portavoz del Gobierno,
Steffen Seibert. Cada estado aplica según sus “especificidades” las medidas acordadas en sus reuniones con la canciller, añadió.
El land más afectado y con mayores restricciones es Baviera, con 41.000 contagios y 1.621 muertos, del total de 155.193 infecciones y 5.750 fallecidos en todo el país verificados hasta ayer por el Instituto Robert Koch.
El segundo estado con mayor incidencia es Renania del NorteWestfalia (oeste). Mientras el líder bávaro, Markus Söder, ha optado por las medidas más severas, su colega renano, Armin Laschet, ha aflojado las restricciones con una premura no siempre acorde con la velocidad deseada por la canciller.
Merkel insiste en la necesidad de no bajar la guardia ante la posibilidad de recaídas. Se mantiene la norma del distanciamiento social en un país donde no ha habido restricciones al deporte al aire libre individual ni a las salidas en grupos de personas que conviven.