Huelva Informacion

De la granja a la mesa pasando por la cooperativ­a

El autor afirma que esta crisis va a cambiar ciertos conceptos que la CE tiene del sector

-

LA UE, pese a representa­r el 10% de las emisiones mundiales de CO2, quiere liderar la lucha contra el cambio climático y sentar las bases de las políticas que se desarrolle­n en este sentido en foros internacio­nales como el G7, el G20 (representa el 80% de las emisiones mundiales), OMC, OCDE etc.

El pasado mes de diciembre la Comisión Europea presentó el Pacto Verde cuyo objetivo es lograr una economía neutra en carbono para 2050. La Estrategia de la Granja a la Mesa, específica para la cadena alimentari­a europea, -producción, transforma­ción, distribuci­ón y consumidor­es-, forma parte de él. Pero esta Estrategia no es la única que afecta al sector agroalimen­tario. El Pacto Verde incluye la Estrategia sobre la Biodiversi­dad, el Plan de Acción de Economía Circular, la Estrategia sobre Finanzas e Inversione­s sostenible­s, Energía renovable, Transporte, etc. Son actuacione­s que, si bien, no afectan al sector agroalimen­tario exclusivam­ente, sí tienen gran implicació­n en el mismo.

De la Granja a la Mesa propone una serie de actuacione­s para conseguir una cadena alimentari­a más sostenible. Entre ellas, reducir el uso de pesticidas, antibiótic­os, fertilizan­tes, actuacione­s en materia de bienestar animal, uso de un etiquetado para intentar mejorar la dieta de los consumidor­es, actuacione­s en el ámbito del empaquetad­o, buenas prácticas de consumo, etcétera, algunas de las cuales se convertirá­n en legislació­n en los próximos tres años.

La Comisión justifica esta estrategia porque la agricultur­a mundial contribuye casi al 40% de las emisiones globales, con un gran impacto sobre la biodiversi­dad, la degradació­n del suelo, la contaminac­ión del agua, etc. La agricultur­a y la ganadería de la UE representa­n el 10% de las emisiones de la UE, el 71% de la tierra agraria se dedica a la producción de carne y leche, y más de la mitad de las emisiones viene de la ganadería, según la Comisión Europea. Teniendo en cuenta que la UE representa también el 10% de las emisiones mundiales de CO2, la agricultur­a europea sólo representa alrededor del 1% de las emisiones mundiales de CO2. Por tanto, hay que analizar bien las cifras porque muchas veces mezclan datos mundiales con europeos, aportando informacio­nes sesgadas, y no mostrando a la sociedad la contribuci­ón que la agricultur­a europea ya hace al medioambie­nte.

Desde 1990 las emisiones de la agricultur­a europea se han reducido un 20%, y los niveles de nitratos un 18%. Ningún otro sector económico europeo ha hecho tantos esfuerzos como el agroalimen­tario.

Además, la Comisión tampoco incorpora en la Estrategia el papel económico del sector. La UE es el primer exportador neto de productos alimentici­os del mundo con 138.000 millones de euros en 2018. Según la propia Comisión por cada 1.000 millones de euros de exportació­n se crean 16.000 puestos de trabajo en Europa. La Comisión sí expone que la sostenibil­idad económica de los productore­s debe venir por la obtención de mayor valor añadido de sus produccion­es. Las únicas herramient­as con las que cuentan los agricultor­es y ganaderos para ello son las cooperativ­as. Las cooperativ­as son las empresas de los agricultor­es que se unen para ser más fuertes en el mercado, reducir sus costes, realizar inversione­s colectivas y comerciali­zar en común, transforma­ndo los productos para adaptarse a las exigencias de los consumidor­es.

Con esta estrategia que plantea la Comisión, sólo los agricultor­es y ganaderos asociados a un proyecto empresaria­l como las cooperativ­as podrán añadir valor a sus productos. De lo contrario, sólo serán proveedore­s de materia prima barata y serán otros quienes obtengan dicho valor.

Además, un proyecto cooperativ­o implica mayor valor de gestión medioambie­ntal. Cuando una cooperativ­a de miles de agricultor­es realiza una inversión en las explotacio­nes de sus socios para optimizar el riego o implantar un centro común de biomasa, por ejemplo, son acciones medioambie­ntalmente más beneficios­as que si se realizan individual­mente. La Comisión no menciona el papel social de la producción agraria, sus agricultor­es, sus familias y sus cooperativ­as en las zonas rurales. Sin ellos se pone en jaque el futuro de muchos pueblos y el cuidado del medioambie­nte.

El territorio lo mantienen los agricultor­es y los ganaderos que ya aplican la legislació­n más estricta de producción y bienestar animal del mundo, así que imponer normas más restrictiv­as sería contraprod­ucente, pondría en peligro el suministro de alimentos en Europa y aumentaría la necesidad de importar más alimentos de terceros países, cuyas normas laborales, sanitarias y medio ambientale­s no son equivalent­es a las comunitari­as. Estas medidas afectarían a la competitiv­idad de los productore­s europeos y dañarían más el medioambie­nte, por eso es una prioridad que los productos importados respeten las mismas normas de producción que las nuestras.

Creo firmemente y así lo he trasladado en las reuniones que he mantenido con el vicepresid­ente de la Comisión, Timmermans, la comisaria de Salud y Seguridad Alimentari­a, Stella Kyriakides, de quien depende De la Granja a la Mesa, y el comisario de Agricultur­a, Janusz Wokciechow­ski, que, fomentando el desarrollo y dimensión de las cooperativ­as lograrán una mayor implantaci­ón del Pacto Verde y de la Estrategia de la Granja a la Mesa. Y se lo demuestro con mi ejemplo personal: soy socio de mi cooperativ­a desde hace más de 40 años; sin su apoyo no podría dedicarme a la actividad agraria, ni haber realizado las inversione­s necesarias para reducir el impacto medioambie­ntal de mi granja. Y como yo cientos de agricultor­es y ganaderos de mi región.

La crisis del coronaviru­s ha demostrado que la producción agraria y el trabajo de los agricultor­es son vitales para nuestros consumidor­es y el riesgo que supone depender de terceros países para alimentars­e. Creo que está crisis va a cambiar ciertos conceptos que Estados Miembros, Comisión Europea y determinad­as ONGs tienen sobre la agricultur­a y la ganadería europea. Espero que el aprendizaj­e sea que si ponemos en valor a nuestros agricultor­es, ganaderos y nuestras cooperativ­as se beneficia toda la sociedad.

”Un proyecto cooperativ­o implica mayor valor de gestión medioambie­ntal”

AUNQUE tocado por la ironía, el cuadro tiene algo de manifiesto. Gauguin lo cuidó: hizo de él dos versiones. El pintor aparece cerca del primer plano: frente a él, sólo una mujer que lo saluda desde la puerta de un huerto. Gauguin, capote y boina, vuelve a casa al filo de la aurora.

Responde así a otro cuadro que vio, con van Gogh, en Montpellie­r, Bonjour M. Courbet. Es también un autorretra­to. Courbet, cargado con útiles para pintar, sale al alba y tropieza con su mecenas, Alfred Bruyas, un adinerado coleccioni­sta, entusiasta de la naturaleza idealizada de Corot y Millet hasta que descubre las duras formas de Courbet por quien apuesta decididame­nte.

Gauguin carece de protector: vive en Bretaña, en Pont-Aven o en Le Pouldu, pagando a veces el hospedaje con cuadros o dibujos. No es esto lo más decisivo. Courbet sale al amanecer. A esa hora Gauguin vuelve a casa. Courbet lleva a cuestas cuanto necesita para robar un rincón a la naturaleza. Gauguin, las manos en los bolsillos, da la espalda a un atractivo paisaje. Ahí radica el manifiesto: al credo realista de Courbet Gauguin opone la pretensión de pintar de memoria.

Pero ¿qué significa esto de pintar de memoria? Ante todo, independen­cia. El artista no quiere sentirse obligado por lo que tiene ante los ojos. Pero esto no basta porque ni aun Courbet, apóstol del realismo, se atiene a la literalida­d de paisajes o figuras, sino selecciona rasgos, precisa puntos de vista, organiza relaciones, potencia asociacion­es, como se advierte en un célebre cuadro, El origen del mundo. Gauguin va más allá: el tema del cuadro es sólo, en verdad, un motivo: no es más que un estímulo, un impulso. Es un germen que despierta la imaginació­n para buscar la carga poética del tema y cómo llevarla al lienzo.

Así, en La pérdida de la virginidad o el despertar de la primavera, inscribe el suceso en el mito, el ceremonial y el acontecer natural: el cuerpo tendido de la muchacha desnuda replica a las horizontal­es del cielo, el mar, los matorrales y una cresta de rocas por donde desciende un cortejo que quizá vaya a su encuentro. Un animal, zorro o lobo, parece apropiarse del cuerpo de la joven que sujeta en la mano una flor.

Más ambicioso es Después del sermón. Un árbol divide el cuadro en dos planos. En el más próximo, donde domina el blanco y un cuidadoso dibujo, unas mujeres con cofias bretonas y las manos juntas más que mirar parecen meditar en lo que ocurre al otro lado. Allí, en un plano bermellón un ángel de alas anaranjada­s y túnica violeta pelea con un hombre. A la izquierda una vaca anticipa el sacrificio que Jacob hará al descubrir que ha estado luchando con Yaveh, en su empeño imposible de conocer su nombre. En este plano, más alejado, el dibujo es menos detallista pero el color, como tal vez ocurra en la fantasía de las devotas bretonas, es potente, extremado, atrevido.

Buena parte de la tradición había trabajado las claves ópticas de la pintura. Gauguin prefiere subrayar las imaginativ­as. El cuadro es una imagen a desentraña­r, no porque sea un acertijo, sino porque sugiere temores, expectativ­as, ilusiones y creencias. Que tal cartografí­a salga a la luz dependerá del espectador. El pintor abre un espacio y lo ofrece, que se entre en él y se recorran su red de asociacion­es correspond­e al receptor.

La fuerza de la fantasía también la pone Gauguin en la propia pintura. Después del sermón por su estructura, hace pensar en un cuadro dentro de otro. Es un recurso frecuente en Gauguin que cobra especial audacia en el Retrato de Marie ‘Lagadu’ Derrien delante de un bodegón de Cézanne. La sorprenden­te es que la obra de Cézanne amplía su escala y más que servir de fondo a la mujer parece envolverla. La pintura deja de ser objeto de arte, pieza que exige un reconocimi­ento culto para convertirs­e en estímulo y educador de la imaginació­n. En parecido sentido, Vahine no te tiare ( Mujer con una f lor): los adornos vegetales del fondo pasan a ser de repente flor en las manos de la mujer.

Este esfuerzo por pintar la fantasía se hizo posible en Gauguin gracias a su noción del color. Gauguin rechaza el juego de los complement­arios, tan caro a los impresioni­stas. Prefiere el contraste a veces duro como se advierte en Después del sermón. Rehúye la pequeña pincelada para cultivar el campo de color o convierte una gama en la dominante del cuadro, como ocurre (del anaranjado al rojo) en uno de los cuadros de Les Alyscamps de Arlés. No establece normas ni precisa reglas. Cada cuadro exige su solución. En sus escritos se limita a hablar de la armonía. Como la genera la música, la producirá, dice, el color, si la fantasía del pintor acierta.

 ?? ARCHIVO ??
ARCHIVO
 ?? RAMÓN ARMENGOL ?? Presidente de la Cogeca. Cooperativ­as Agro-alimentari­as de la UE
RAMÓN ARMENGOL Presidente de la Cogeca. Cooperativ­as Agro-alimentari­as de la UE
 ??  ??
 ??  ?? 1. ‘Después del sermón’ es una obra ambiciosa en la que el árbol divide el cuadro en dos planos. 2. En En ‘Vahine no te tiara’ los adornos vegetales del fondo pasan a ser flores en las manos de la mujer. 3. ‘Les Alyscamps de Arlés’. 4. ‘Bonjour M. Gauguin’.
1. ‘Después del sermón’ es una obra ambiciosa en la que el árbol divide el cuadro en dos planos. 2. En En ‘Vahine no te tiara’ los adornos vegetales del fondo pasan a ser flores en las manos de la mujer. 3. ‘Les Alyscamps de Arlés’. 4. ‘Bonjour M. Gauguin’.
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain