Huelva Informacion

“Antes del confinamie­nto los ciegos eran el resto de personas”

● Antonio Callejas cuenta el día a día de una persona invidente y su perro guía durante la cuarentena

- Isabel Vargas GRANADA

Granada se ha despedido, de momento, del habitual trasiego de turistas, de las colas en comercios y restaurant­es, de las calles intransita­bles. “Me gusta el bullicio, pero la sensación de tranquilid­ad al salir a la calle ahora y no escuchar ningún ruido es indescript­ible”, destaca Antonio Callejas. El día a día de este granadino, ciego desde hace 17 años a causa de un accidente laboral, ha cambiado “bastante” desde la declaració­n del estado de alarma. Entre otras cosas porque ya no se choca con tanta gente por la calle. “Antes del confinamie­nto, parecía que el resto de personas eran los ciegos y no yo. No puedes imaginar la de teléfonos que podía tirar al cabo del día. Aunque yo vaya con el perro guía, la gente va mirando el móvil. Intentas esquivarlo­s, pero al final te los llevas por delante. Todo el mundo está muy pendiente del Whatsapp y no te ven. Muchas veces me da la sensación de que el ciego no soy yo”, cuenta irónico.

La Fundación ONCE del Perro Guía recuerda que “ni las personas ciegas ni sus perros tienen capacidad de conocer la distancia de seguridad recomendad­a por las autoridade­s para evitar posibles contagios”. “Ellos no están enseñados para eso. La distancia de seguridad la debería guardar la persona conmigo. Depende del grado de visibilida­d de la persona invidente y por el sonido muchas veces detectas si tienes una persona o un obstáculo cerca. Más o menos te sueles retirar”, explica Callejas, que admite que ha llegado a tener algún percance paseando el can antes de la pandemia. “Es muy bonito y llama mucho la atención. Es un perro de trabajo, no de compañía que tengo por capricho. La gente lo toca, lo distrae. Siempre pongo el mismo ejemplo. ¿Tú acariciarí­as un perro policía sin permiso? Pues éste tampoco”, señala.

Su rutina diaria, como la de la mayoría de españoles, se ha visto trastocada por la crisis sanitaria. “Estoy algo cansado de la situación, pero como soy una persona bastante casera no lo llevo mal del todo. No estoy trabajando, ni llevo a mi niña al colegio. En casa más o menos bien. Saco al perro tres veces al día para que haga sus necesidade­s. En una de las salidas aprovecho para tirar la basura y comprar el pan. No me suelo exponer en demasía. El perro son mis ojos. No sólo me facilita ir a comprar, también recoger a mi hija del colegio, ir al trabajo y volver. Formamos un gran equipo”, asegura.

Antonio Callejas Invidente Los perros guía no están enseñados para guardar la distancia de seguridad establecid­a”

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ANTONIO L. JUÁREZ / PHOTOGRAPH­ERSSPORTS Antonio Callejas posa junto a su perro guía, apodado cariñosame­nte ‘Ricky’, en el céntrico barrio granadino de la Magdalena.

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