El día después: ansiedad, fobias, depresión...
● Psicólogos y psiquiatras alertan del “brutal” incremento de problemas de salud mental tras el confinamiento
Ansiedad, miedo, culpa, depresión, fobias, trastornos alimentarios, abuso del alcohol para adormecer las emociones y la angustia... Al encierro le seguirá otra “pandemia” de problemas psicológicos y ésta puede prolongarse durante tres años, advierten los especialistas en salud mental tras haber comprobado que las consultas en este sentido han aumentado significativamente.
Miren Larrazábal, del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, explica que este incremento se notó ya durante la tercera semana de confinamiento. Esta especialista en Psicología Clínica cree que, más allá de los signos de “inestabilidad emocional” en gran parte de la población constatados ya, el problema aún no se ha hecho patente en toda su magnitud: “La afectación va a ser brutal”, augura.
Coincide con este criterio Rocío García Torres, psicóloga especialista en emergencias y catástrofes: “Todo el mundo lo ha pasado mal, el confinamiento no ha dejado indemne a nadie. Y las consecuencias a largo plazo pueden ser devastadoras”, alerta. Miembro del equipo contratado por el Ministerio de Sanidad durante la emergencia sanitaria, García Torres ha constatado que muchas personas han llegado al límite de sus fuerzas: “Se ponen en lo peor, piensan que el sistema va a quebrar, no ven el fin”, cuenta.
Macarena Valdés, de la Sociedad Española de Especialistas en Estrés Postraumático, lo corrobora. “La pandemia y nos ha expuesto a las dos situaciones más duras a las que puede enfrentarse el ser humano en este aspecto: la pérdida y la incertidumbre. Hemos perdido nuestra libertad, nuestra forma de vida, nuestra economía. Y, lo más grave, podemos perder la salud, la vida o a nuestros seres queridos”, afirma.
Ante esta situación, explica Valdés, algunas personas disponen de las herramientas necesarias: la cautela y la precaución, dos “mecanismos adaptativos” que permiten salir adelante. Pero esas herramientas no están al alcance de todos y muchos correrán el riesgo de desarrollar “disfuncionalidades psicológicas”, entre ellas la hipocondría, es decir, la susceptibilidad obsesiva ante la salud propia. Pero la doctora advierte de que la pandemia está propiciado patologías más graves, que precisarán de tratamiento farmacológico y psicoterapia: ansiedad, depresión, agorafobia, trastornos obsesivos, síndrome de estrés postraumático, síndrome post-UCI o el conocido como “duelo complicado”.
En el servicio de asistencia habilitado por el Ministerio de Sanidad, la psicóloga García Torres ya ha empezado a tratar comportamientos fóbicos de personas que aseguran que no pisarán la calle “hasta que no haya un solo caso de coronavirus” o esté disponible una vacuna. “Ahora mismo hay mucha gente que se tiene que tomar un ansiolítico para ir al supermercado”, confirma Larrazábal.
Las tres profesionales coinciden en que el estrés postraumático, el síndrome port-UCI y el duelo sin despedida serán los problemas psicológicos y psiquiátricos más “demoledores” desde el punto de vista psicológico y psiquiátrico. Y nadie, recuerda la doctora Valdés, ha vivido circunstancias tan difíciles como los enfermos, sus familiares y los sanitarios, enfrentados estos últimos a su propio miedo a enfermar y a la angustia de no poder salvar todaslas vidas, todo ello “bajo una tensión mantenida durante demasiado tiempo”.