El PP mantiene en el alero la prórroga del estado de alarma
● El Gobierno reclama responsabilidad a la oposición en la lucha contra la pandemia ante la crucial votación del miércoles en el Congreso
Pedro Sánchez camina en el alambre ante la votación para la cuarta prórroga del estado de alarma, con el PP indeciso y sus aliados de investidura ( ERC y PNV) decididos a darle la espalda al presidente del Gobierno en una incierta votación de la que dependerá en fondo y forma la lucha contra el coronavirus
El presidente del Gobierno afronta la semana más decisiva en la crisis desatada por el Covid-19 y probablemente una de las más cruciales de su mandato. Su decisión de solicitar al Congreso una nueva prórroga del estado de alarma después de haber adoptado las medidas para la desescalada sin consultar con sus socios de investidura, y sin negociarlas tampoco con la oposición, le han puesto entre la espada y la pared de cara a la votación de este miércoles en el Congreso.
El Gobierno no tiene asegurada su aprobación. Una derrota supondría un golpe muy duro para la estabilidad del Gobierno. Sánchez es consciente y por eso r trató de presionar el sábado a todos los grupos advirtiendo de que un rechazo a la prolongación del estado de alarma supondría paralizar todas las ayudas sociales y fiscales puestas en marcha para paliar los efectos económicos de la crisis sanitaria.
“El único plan no puede ser tener poder omnímodo”, declaró ayer el secretario general del PP, Teodoro García Egea. Y lo que también ha sembrado cierta inquietud es que el jefe del Ejecutivo también admite que no tiene un plan B si no lograra prorrogar el estado de alarma. Hasta ahora, el Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos ha sacado adelante con holgura las anteriores votaciones gracias al apoyo del PNV, pero también del PP y de Ciudadanos a la prórroga, mientras que sus socios de ERC y de EH Bildu se han abstenido. Vox, Junts per Catalunya y la CUP son los únicos que votaron en contra en la última ocasión.
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistieron ayer en que el estado de alarma es el único instrumento legal posible para controlar la denominada desescalada y reclamaron “responsabilidad” y “sentido común” a los partidos de la oposición para prolongar el estado de alarma.
Si el Parlamento lo tumbara, el Gobierno perdería el mando único en esta situación de excepcionalidad y volverían a tener vigencia los Estatutos de Autonomía, la Ley General Sanitaria y la Ley de Protección Ciudadana, y las comunidades recuperarían su discrecionalidad.
Y la circulación volvería a ser libre por todo el territorio nacional sin restricciones a partir del 11 de mayo, el primer día que dejaría de tener vigor el estado de alarma. A partir de entonces, todos los ciudadanos, vivan donde vivan, podrían moverse a pie, en transporte público o en su vehículo particular.
O se podría dar el caso, por ejemplo, que unas autonomías abrieran los colegios y otras no.
Teodoro García Eega
Secretario general del PP
El único plan del Gobierno no puede ser el de tener poder omnímodo”