La libertad de prensa celebró su día en plena pandemia y con renovadas amenazas
Organizaciones y profesionales de todo el mundo coinciden en que la libertad de prensa no pasa por su mejor momento. Noticias falsas, crisis económica, manipulación... son los viejos y nuevos problemas que acechan a los informadores, que también sufren un aumento del uso de la intimidación y la violencia para silenciarlos.
Una presión que se agudiza en estos tiempos de incertidumbre provocada por la pandemia del coronavirus, como así consta en el último informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF) sobre la libertad de prensa, cuyo día internacional se celebró ayer.
“Entramos en una década decisiva para el periodismo, debido a las crisis simultáneas que afectan al futuro de la prensa”, alerta Christophe Deloire, secretario general de RSF, para quien el coronavirus se ha convertido en un “factor multiplicador” de los problemas que sufren los medios y que puede condicionar su futuro.
Para RSF, los factores que atenazan a la libertad de prensa y al futuro del periodismo se van a ver agravados por la pandemia. De un lado, el geopolítico, en aquellos países con regímenes dictatoriales o autoritarios que tratan de restringir este derecho e imponer su visión del mundo. RSF incluye entre ellos a China, hipercontroladora de la información; Arabia Saudí o Egipto, con el mayor número de periodistas en prisión; y Rusia o la India, que censuran internet. Pero hay muchos más.
En un contexto cambiante y en el que los medios tratan de adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad, la falta de una regulación adecuada en la era de la comunicación digital y globalizada ha creado un caos en el mundo de la información. Y este es otro gran problema sin resolver. Para RSF hay confusión de contenidos comerciales, editoriales y políticos, que compiten entre sí.