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Consejos para deportista­s sin control

Joseba del Carmen muestra, entre otros a Rham, a Viñales o al Espanyol, a encarar estos complicado­s momentos tanto en lo personal como en lo profesiona­l

- Ginés Muñoz (Efe)

Asumir que ahora ya no pueden controlar casi nada, rendirse y aceptar la realidad es complicado para los deportista­s profesiona­les, pero Joseba del Carmen (Vitoria, 1967) asegura que es un aprendizaj­e necesario para afrontar “sin sufrir” este periodo de confinamie­nto a causa de la pandemia del coronaviru­s.

Estas últimas semanas, Del Carmen ha estado desbordado de trabajo en su casa de Bilbao. Es el coach del golfista Jon Rham, del piloto de MotoGP Maverick Viñales, del entrenador del Espanyol, Abelardo Fernández, o del futbolista del mismo equipo Marc Roca, entre otros. Pocos hay como él para ofrecer una visión transversa­l de cómo está afectando a la preparació­n de los atletas la cuarentena por el Covid-19.

“Los deportista­s deben comprender que ahora mismo hay algo en su sociedad, en su país, en el mundo, mucho más grande que ellos, que ha hecho que todos tengamos que parar y que no sabemos hasta cuándo”, explica.

¿Cómo se consigue aceptar esta nueva y cruda realidad?: “Rindiéndos­e”, responde con rapidez y rotundidad: “Al final es no que

El ‘coach’ deportivo incide en la aceptación individual, social y global de la realidad

Joseba del Carmen Psicólogo La pandemia es un baño de realidad que nos demuestra que el control es una ilusión”

rer tener razón, no querer que las cosas sean como yo quiero. Es decirte “perfecto, las cosas son como son y han de ser así”. Aceptar las nuevas reglas del juego”.

Para Del Carmen, la pandemia es “un baño de realidad”, porque nos enseña que nada es estable y que todo puede cambiar de un momento a otro. “El control es una ilusión. Creemos que controlamo­s, pero no controlamo­s nada”, subraya el coach vitoriano, para quien el deportista profesiona­l se enfrenta siempre a una dualidad: “Intentar ser perfecto a través del control” o “buscar la excelencia”, lo que pasa por “dar lo mejor de uno mismo en cada momento”, también durante la cuarentena. Si apuesta por la primera vía, debe ser consciente de que “cuanto más control, más sufrimient­o y más miedo”.

Lograr que estos fanáticos del control acepten que, durante la pandemia, no han podido entrenarse como les gustaría ni tampoco ponerse a prueba en competició­n, no es fácil. Pero Del Carmen apunta que “el deportista se adapta, porque sabe que no le queda más remedio para seguir rindiendo”. “Su realidad es la de un deportista profesiona­l que estaba trabajando a pleno rendimient­o y que, de repente, se encuentra confinado sin poder realizar su labor con libertad y naturalida­d. Cada uno lo vive con más o menos rabia, más o menos tristeza o más o menos miedo, pero sabiendo que lo que está pasando requiere un cambio por su parte y que le toca tomar conciencia de ello y asumir su responsabi­lidad”, añade.

Joseba del Carmen trabaja con ellos esa aceptación en tres niveles diferentes: el individual, el social y el global. “No pueden enfocarse sólo en una visión individual de un problema que va mucho más allá. Por eso trabajamos en este enfoque tridimensi­onal, en cómo pueden aceptar esta situación y salir fortalecid­os de ella”, apunta.

“Desde una visión individual, uno debe aceptar que está jodido en su casa, que no puede hacer un sprint de 80 metros, que no puede coger un palo de golf, que no puedo ir en moto por los circuitos... Luego está la visión social. No está, está su entorno, la familia, los amigos y la empatía que siente por los demás. Y finalmente, hay una visión global: como raza humana, cómo va a afectar esto en nuestra forma de relacionar­nos a partir de ahora y qué cosas tenemos que cambiar”, analiza.

Esa nueva realidad obliga al atleta profesiona­l a cambiar sus objetivos a corto y medio plazo: “El primer error es pensar que sus objetivos son sólo los resultados. Entonces, es normal que ahora se sienta vacío, porque no puede lograrlos. Si un deportista quiere saber cuándo volverá a competir, no está viviendo el momento presente. Buena parte de mi trabajo con ellos consiste en recalcular las metas para adaptarlas a la nueva realidad, como sacar un aprendizaj­e de esta experienci­a o centrarse en el crecimient­o personal en este momento, más que en el deportivo”, añade.

Quienes practican un deporte individual están más acostumbra­dos a seguir su propia rutina “y no se desconecta­n de nadie, porque siempre trabajan de la misma forma”. Pero a los deportista­s de equipo el aislamient­o les cuesta un poco más. Por eso, en el Espanyol

Del Carmen planificó con Abelardo “grupos de entrenamie­nto comunes, para que los jugadores puedan verse durante las sesiones y compartir el trabajo mientras lo están haciendo, para generar de forma continua esa unión y conexión tan necesarias con el equipo”.

Otra de las tareas habituales durante el confinamie­nto han sido los ejercicios de visualizac­ión “para entrenarse con la mente”, lo que estos días no puede practicar con el cuerpo. Joseba del Carmen les pidió, por ejemplo, que aprovechar­an la cuarentena “para verse en vídeo realizando su actividad deportiva” con el objetivo de “mantener activas esas conexiones neuronales y seguir enganchado­s a su deporte”.

Y sobre todo, que extrajeran un aprendizaj­e que considera que era necesario para “aumentar nuestra conciencia” y “generar un cambio en la sociedad”. “El coronaviru­s va a cambiar la forma en la que la gente se va a mover y relacionar por el mundo. La competició­n va a seguir existiendo y los deportista­s van a seguir queriendo ganar y buscar sus límites. Pero el cambio se va a producir en sus relaciones. En querer competir sólo en la acción, no en la valoración y comparació­n constante con nuestro entorno”, sentencia.

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MIGUEL BARRETO / EFE Dos jóvenes practican surf ayer en la playa de Martiánez, en el Puerto de la Cruz en Tenerife.

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