El 80% del pequeño comercio de la capital espera al día 11 para abrir
● La obligación de trabajar con cita previa dificulta la reapertura ● Las peluquerías marcan el ritmo en el inicio de la fase 0
Día 1 de la fase 0. Huelva vivió ayer su primera jornada de su desescalada hacia la nueva normalidad que se pretende instaurar en la sociedad hasta que salga una vacuna que paralice este desastre humano y económico. La apertura de varios comercios, sumada a los paseos y entrenamientos deportivos, hizo de la capital un espacio más transitado, aunque todavía a medio gas y muy lejos del escenario al que los onubenses están acostumbrados. Ayer, las colas ya no se concentraban sólo en los supermercados y farmacias sino que las peluquerías retornaron su actividad a pleno rendimiento, siempre dentro de la rebaja de producción debido a las limitaciones de prevención y seguridad.
Los que en estos más de cincuenta días de confinamiento no han hecho uso de la maquinilla o tijera por cuenta propia cruzaron el dintel de su peluquería o lo harán en los próximos días. Las reser vas están a pleno rendimiento con esperas que se pueden alargar semanas. Esta nueva normalidad arrancó mascarillas y, en algunos casos, pantallas protectoras para los dependientes; y mascarillas obligatorias en muchos casos para los clientes. Una imagen que se puede considerar inusual e incluso histórica debido a la pandemia y que será una constante en los próximos meses.
Hay muchos otros detalles que los establecimientos han puesto en funcionamiento para la prevención de sus empleados y generar también así una seguridad en los clientes. Por ejemplo en la peluquería de Gloria Núñez cada personas que acceda –siempre con cita previa– tendrá que desinfectar las suelas de sus zapatos en un felpudo enjuagado con lejía. Hay que sumar a que dentro del local habrá un cliente por cada empleado. Un hecho que a Gloria Núñez le ha perjudicado hasta un 50% en el rendimiento de su productividad. También, este establecimiento ha decidido abrir sólo a media jornada para hacer las cosas más fáciles y preventivas para los empleados.
Más ganas de abrir su peluquería que Eva María González posiblemente no tenía nadie. Da la casualidad que ayer no sólo abrió sino que celebró su apertura como negocio en la calle La Fuente, que se ha tenido que retrasar después del primer lunes de confinamiento, fecha en la que iba a abrir la venta. Hasta entonces “muchas incertidumbres” debido al perfil de empresaria primeriza, aunque finalmente ha despejado dudas tan solo con ver que su agenda de reser vas está completa para los próximos quince días. La distancia se mantiene en la alternancia en el uso de tocadores o lavacabezas y con las mascarillas como medida de prevención, entre otras cuestiones.
El pequeño comercio fue otro de los protagonistas del día. Si bien es cierto que hay claras diferencias entre algunos sectores. Un ejemplo caro de ello han sido las ferreterías. En Bazar Europa, en pleno corazón de la ciudad, aseguran que tienen “muchísima actividad” a pesar de todas las medidas preventivas que han colocado en el interior del establecimiento. Cintas
para alargar la distancia entre empleado y cliente, mascarillas, pantallas protectoras, medidas de higiene en forma de lejía y control absoluto de la entrada numérica de clientes. Llama la atención que uno de los productos más demandados sea, además de la droguería, la pintura. “Creo que la gente tiene mucho tiempo libre ahora” debido al confinamiento, explica el dueño del local, Amadeo Batanero. Un hecho que también se ratifica con las altas ventas con todo lo relacionado con las plantas: arena, fertilizantes y macetas.
La cruz de la moneda en el primer paso de la desescalada se vio ref lejado, claramente, en el comercio del textil. La fase 0 no permite la entrada de clientes en las tiendas sin que haya una cita previa acordada, un hecho que es difícil de imaginar a una ligada rentabilidad de la apertura en estos primeros días. La apertura “no es real”, explicaba el dueño de la tienda Raya,
Huelva Comercio cifra las pérdidas entre un 80% y un 85% hasta la nueva normalidad
La gran mayoría de los hosteleros aguantan su cierre y esperan a la apertura de terrazas
Ricardo Toscano. “Cómo le vendemos un traje a un novio si no puede venir acompañado”, que es lo habitual en estos casos, sumado a que ahora está sobre la mesa la incertidumbre y cancelaciones de inminentes enlaces matrimoniales. “Y si no salimos a la calle, para qué quiero comprarme un polo”, ref lexiona Toscano para ref lejar la realidad. “Esto para el textil es una ruina”, decía al tiempo que explicaba que todavía no había entrado nadie en su establecimiento.
Aun así, el ser vicio de atención al cliente esté ahí, aunque sea de guardia. Otros problemas son la nulas ventas de la mercancía de primavera-verano, sumado a que “sin vender tenemos que pagar a proveedores y si abrimos también a la Seguridad Social y a Hacienda”. En esta línea, Toscano reconoce que el pequeño comercio “va a sufrir y van a desaparecer muchos negocios”.
El motivo de que sea obligatorio coger cita previa para acceder a un negocio es la razón por la que en la capital onubense no hayan abierto más del 20% de los locales, según explica a este periódico el presidente de Huelva Comercio, Antonio Gemio. “La mayoría están cerrados hasta el día 11, cuando se elimina la cita previa”. Eso sí, la rentabilidad es harina de otro costal, ya que “hasta que la gente se puede movilizar con libertad”, que llegará más allá de mediados de junio, las pérdidas en el pequeño comercio serán del 80%-85%, según la estimación de Huelva Comercio. La entidad, sumada a la FOE, a la que pertenece, ha llegado a mandar 150 circulares informativas y de asesoramiento a los comercios desde que empezara la crisis sanitaria.
Otra de las novedades en este escalón de la desescalada es que los establecimientos hosteleros, además de hacer repartos a domicilio, ahora pueden recibir clientes, bajo cita previa, en la puerta de su local para recoger comida que ha sido pedida con anterioridad. Es la situación en La Bohemia, donde el dueño y cocinero del local, Diego García, explica que el cálculo de ahora es echar números para ver la rentabilidad de abrir la terraza en la fase 1 porque “sólo tendría 3 o 4 mesas”. Ahora su actividad funciona gracias, sobre todo, a las redes sociales y a las listas de difusión. “Cuelgo la carta por la mañana y doy doce pedidos por servicio”.
Quien reabrió su establecimiento ayer fue Óscar Nova, gerente de La Mafia, porque “queremos volver a la actividad y normalidad, y que los empleados necesitan trabajar. Eso sí “empiezo con un 20% de la plantilla” pero de momento “estamos teniendo buena actividad” aunque la rentabilidad “no es mucha”.
Las condiciones de apertura de la fase 0 hacen que “no parece que sea una opción que tenga mucho seguimiento. La mayoría de la gente se ha pronunciado para esperar al día 11”, explican desde la Asociación Provincial de Hostelería de Huelva. Entre las preocupaciones que mantienen en vilo a la organización se encuentra que el Gobierno acepte la prórroga de los seis meses para los ERTE y que acoja el protocolo de actuación que ha elaborado el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) sea la “hoja de ruta a seguir para los establecimientos”. Por otro lado siguen instando a los ayuntamientos para que los establecimientos hosteleros puedan ampliar la zona de ocupación de sus terrazas.
Por su parte, la Asociación Provincial de Bares Restaurantes y Cafeterías de Huelva (Bareca) enumeró unos 15 establecimientos abiertos en Huelva capital en esta fase 0 de la desescalada. “Estamos ansiosos de abrir” pero “hay que ver cómo va reaccionando” la clientela, explica el presidente, Rafael Acevedo. Aun así “la cosa está muy difícil porque el Gobierno no lo ha puesto fácil” y todavía “estamos muy intranquilos con las medidas sanitarias. Una seguridad para trabajadores y clientes”. La insistencia también la centran en la recuperación progresiva de los ERTE en función de la productividad del sector con el objetivo de que los empresarios encaren de la mejor forma posible el futuro.