El plan de Macron choca con el Senado
Francia pretende iniciar la desescalada el día 11 con una hoja de ruta que sí apoya la Asamblea Nacional
El plan de desescalada con el que Francia planea la vuelta progresiva a la normalidad a partir del día 11 chocó ayer con la oposición de los senadores, que no otorgaron su confianza al Ejecutivo.
El partido gubernamental, La República en Marcha (LREM), sólo tiene 23 escaños en la Cámara Alta y esa debilidad quedó en evidencia en el resultado final, que fue de 81 votos a favor, 89 en contra y 174 abstenciones.
El Gobierno no se jugaba su continuidad en esta votación y la agenda de la desescalada tampoco se va a ver afectada, por lo que el rechazo no tiene más impacto político que el de mostrar el desgaste de las autoridades desde el inicio de esta crisis. En la Asamblea Nacional, donde la LREM se impone con 297 de los 577 diputados, esa hoja de ruta sí obtuvo el martes un respaldo mayoritario.
El presidente, Emmanuel Macron, subrayó ayer que la desescalada debe llevarse a cabo con mucha organización, tranquilidad, “pragmatismo y buena voluntad”, y Philippe profundizó en esa consigna alegando que Francia se encuentra en un “momento crítico”.
Francia entra en su última semana de cuarentena estricta rozando las 24.900 muertes y con más de 131.200 casos confirmados. “El éxito de la desescalada se basa en nuestra capacidad para hacer test y aislar a las personas con Covid-19”, dijo Philippe, cuyo objetivo es poder hacer 700.000 pruebas por semana a partir del 11 de mayo.
Pese a la apertura entonces de los comercios, no todo cambiará a partir de ese día: la situación de los bares, restaurantes, cines y teatros se revaluará a finales de mayo y los actos con más de 5.000 personas seguirán prohibidos hasta agosto.