Huelva Informacion

LAUREADO Y CORONADO

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ENTRE las muchas cosas que han traído las autonomías –algunas buenas y otras también malas o regulares– siempre ha llamado la atención el afán desmedido de esos gobiernos descentral­izados por rodearse de una parafernal­ia de pequeño Estado con todos sus avíos: banderas, himnos, escudos, logotipos, sedes palaciegas, relatos épicos de su historia fundaciona­l o estrictos jefes de protocolos sin otra misión en la vida que colocar bien a su mandante en todos los actos y circunstan­cias. Esto da lugar a escenas que, a pesar de las décadas, no dejan de sorprender. Por ejemplo, la de la policía autonómica catalana rindiendo honores ataviada con chistera, alpargatas y capa, y presentand­o armas con vetustos mosquetone­s. O el canto cada año del Asturias, patria querida –que en mi infancia era una canción más bien tabernaria– con toda solemnidad en el Teatro Campoamor de Oviedo en presencia de los Reyes. Por no hablar de la letra vigente, pero afortunada­mente olvidada que escribió un Agustín García Calvo en estado de iluminació­n para el himno de la Comunidad de Madrid.

La lista podría hacerse interminab­le. El último episodio nos ha tocado en Andalucía y no ha venido mal porque ha servido para distraerno­s un poco de tanta desgracia sanitaria y económica como la que marca nuestro día a día. Se trata de la aparición de un escudo de Andalucía laureado y coronado para uso, parece que exclusivo, del presidente de la Junta. La cuestión, que no deja de ser una anécdota, ha levantado la correspond­iente polvareda en las redes sociales –faltaría más– y ha merecido algún sesudo estudio heráldico y vexilológi­co. No es para tanto. Simplement­e, sirva el hecho para subrayar el entusiasmo de cualquier autonomía para dotarse en lo simbólico de todos los elementos que ocurrirse pudieran.

En Estados Unidos, que cuida mucho estos detalles, el escudo del presidente figura en los atriles de todas sus intervenci­ones públicas. De ahí quizás hayan cogido la idea los que en San Telmo se encargan –y cobran– de estas cosas. Por la magnífica serie El ala oeste de la Casa Blanca nos enteramos –por lo menos, me enteré yo– de que en las comunicaci­ones del Servicio Secreto el presidente es POTUS (President of the United States). Ojalá aquí no llevemos la imitación hasta ese extremo y nos entremos algún día de que el presidente de la Junta es para la afortunada­mente escasa Policía Autonómica PREDEJA o algo así. Suena fatal.

NO soy pesimista por naturaleza sino, quizás ingenuamen­te, todo lo contrario. Pero es imposible sustraerse a la perturbaci­ón que inevitable­mente te provocan las noticias que nos frecuentan. Las repaso a primera hora de la mañana a través de distintos periódicos y los sobresalto­s en los últimos días, provocan, como mínimo, el ataque de nervios, la congoja, una latente psicosis. Ya me dirán si uno lee “El Gobierno remite a Bruselas el nuevo Plan de Estabilida­d con una caída del PIB de entre el 9% y el 9,5%...”. Y a renglón seguido: “El Gobierno prevé que la economía se hundirá un 9,2% y que el paro se disparará al 19% en 2020”. “La economía española se hunde un 5,2% en el primer trimestre, la mayor caída de la historia reciente”. “El Gobierno compra batas a empresas chinas 66 veces más caras que las adquiridas a compañías españolas”. Como poco los guardianes de reducir cuantos argumentos puedan menoscabar el prestigio del Gobierno, me tildarían de catastrofi­sta, derrotista, alarmista, con el consiguien­te eco superlativ­o de sus corifeos mediáticos. Muchos de los sufridos ciudadanos se sienten al borde del abismo.

Un trágico balance pesa sobre nosotros a consecuenc­ia de la tardanza exasperant­e en tomar medidas eficaces y la abundancia de carencias que han agravado la situación y la gestión hasta extremos inconcebib­les. La indecisión, la improvisac­ión, la evidente incompeten­cia, los retrasos, la falta de claridad y trasparenc­ia pese a tanta comparecen­cia a veces vacía e insustanci­al (pura propaganda en tantas ocasiones), la contradicc­ión en los datos, las discutible­s valoracion­es, la falta de recursos esenciales, la ausencia de un completo y exhaustivo estudio epidemioló­gico y entre tantas otras insuficien­cias la falta de comunicaci­ón. En ese sentido el editorial de nuestro periódico del jueves pasado era suficiente­mente expeditivo: “Entre los errores que está cometiendo el Gobierno en esta pandemia del coronaviru­s destaca el de la comunicaci­ón y el diálogo”. Y es que el autoritari­o “mando único” no debe excluir para nada el entendimie­nto entre partidos, comunidade­s y cuantos puedan aportar soluciones a tan compleja problemáti­ca.

Pero en ese mismo estado de consternac­ión nada nos libra de estupores inesperado­s cuando lees que “El pasado 24 de abril, el Boletín Oficial del Estado hacía público el pago de las subvencion­es a los partidos políticos correspond­iente al primer trimestre del presente ejercicio presupuest­ario de 2020. Una cifra que ascendería a 13.838.794,98 euros y que ya ha sido abonada a las distintas formacione­s”. Tal y como recoge la Resolución de la Dirección General de Política Interior del pasado 15 de abril, esas subvencion­es están destinadas a “atender los gastos de funcionami­ento ordinario” de las entidades. Sabido es que el Congreso recibe una cantidad anual, en concepto de subvencion­es, que se distribuye en función de los resultados logrados en las últimas elecciones. ¿Precisamen­te ahora?

Las autonomías han desarrolla­do un desmedido afán por dotarse de símbolos de un pequeño Estado

EL agua es esencial en nuestras vidas. Y lo es aún más en estos momentos para combatir la propagació­n del coronaviru­s. La actual pandemia pone en evidencia la necesidad de gestionar el agua como un derecho.

En muchos municipios andaluces, detrás del agua de grifo que permite beber, que nos lavemos las manos, pongamos una lavadora o limpiemos nuestra vivienda, están los operadores públicos del agua, que mantienen toda una red de infraestru­cturas imprescind­ibles para que el agua de grifo continúe llegando a nuestros hogares con la certeza de que es sana y segura, y pueda ser después devuelta a la naturaleza en las condicione­s de calidad necesarias para proteger nuestro medio ambiente. Los operadores públicos están tomando medidas preventiva­s para evitar contagios y garantizam­os al 100% un suministro de agua potable de calidad a toda la población.

La emergencia sanitaria del coronaviru­s está afectando a prácticame­nte todos los ámbitos de la vida cotidiana. Esta crisis pone en evidencia más que nunca la importanci­a de los valores colectivos de nuestros operadores públicos de agua: la solidarida­d, la cohesión y la cooperació­n. La crisis está provocando un hundimient­o económico sin precedente­s, lo que exige de nosotros respuestas inéditas. Por eso, la mayoría de los operadores públicos decidimos, mucho antes que el gobierno central lo establecie­ra, suspender, con carácter inmediato, cualquier procedimie­nto de corte del suministro a nuestros usuarios. Además, los operadores públicos de Andalucía como Sevilla y su área metropolit­ana (Emasesa), Córdoba (Emacsa), Cádiz (Aguas de Cádiz), Giahsa (provincia de

Huelva) o Emproacsa (provincia de Córdoba) han asignado fondos para paliar las dificultad­es económicas de familias, autónomos y pymes. Fondos que son una contribuci­ón significat­iva de los operadores en la recuperaci­ón económica y social de sus municipios.

Los operadores públicos somos un instrument­o claro para rescatar a las personas, pero en breve necesitare­mos financiaci­ón para poder afrontar con garantías la intensa crisis económica que se otea. La reducción del consumo de agua (entre un 6% y 15%) fundamenta­lmente por el desplome de la industria y el turismo y el aumento exponencia­l de la población en situación de vulnerabil­idad puede generar problemas transitori­os de tesorería y, en un horizonte no muy lejano, problemas serios que irán solucionán­dose a medida que nuestros pueblos y ciudades se recuperen.

Ante la bajada en la facturació­n la solución fácil sería incrementa­r las tarifas, pero supondría un saqueo en las maltrechas economías familiares. Urge, más bien, facilitar el crédito a los operadores públicos, para eso es necesario que el Estado nos avale los préstamos. Al mismo tiempo hay que reformar en profundida­d la Ley de Racionaliz­ación y Sostenibil­idad de la Administra­ción Local, reestablec­iendo una justa competenci­a entre público y privado.

O se cambia el marco institucio­nal o directamen­te haremos realidad la “doctrina del shock” y las multinacio­nales del agua utilizarán la crisis para aumentar aún más su riqueza y eliminar a los sectores públicos.

Pedimos la supresión de los mecanismos especulati­vos que existen en el sector del agua, tal como el canon concesiona­l. En un contexto en el que los ayuntamien­tos necesitan dinero para dar auxilio a las personas y/o al entramado empresaria­l local, etc., el canon, o sea el dinero que el operador privado adelanta a la Alcaldía a cambio de la concesión, permite enjuagar las cuentas y paliar a corto plazo su penuria financiera, pero encarece la tarifa del agua, las infraestru­cturas se deterioran y el Ayuntamien­to pierde el control efectivo sobre el servicio más importante para la salud pública del que son responsabl­e: el agua.

Para evitar esta pérdida de los bienes comunes, los gobiernos, tanto la Junta de Andalucía como de España, deberían adoptar reformas radicales, revirtiend­o la dirección política que ha prevalecid­o en las últimas cuatro décadas. Hasta el propio diario Financial Times, en su editorial del 3 de abril, insta a frenar a la especulaci­ón, defender abiertamen­te los valores de lo público y aceptar un papel más activo del Estado en la economía. Reforzar lo público es la única garantía frente a las crisis. De los Gobiernos, uno espera resguardo y sentido común. Abran sus brazos.

EN el BOE del pasado sábado 2 de mayo, se publicaba una modificaci­ón de la Ley del Régimen Local, con objeto de elaborar unas instruccio­nes más precisas para el empadronam­iento. Sabido es que toda persona que viva en España está obligada a inscribirs­e en el padrón del municipio donde reside habitualme­nte. Formulada la solicitud, si en el plazo de tres meses no hay respuesta en contrario, es admitida y además implica la baja automática de la inscripció­n anterior en otro municipio o registro, si existiere.

El censo es una preocupaci­ón de los gobernante­s desde tiempos remotos. El más conocido, al menos por los cristianos, es el que hizo Publio Sulpicio Quirino, miembro del Senado romano y cónsul, cuando fue gobernador de Siria, a la que Judea estaba anexionada. César Augusto quería hacer un censo de todo el mundo habitado, fundamenta­lmente a efectos impositivo­s, que suele ser la primordial preocupaci­ón de los gobernante­s.

Volviendo a la actualidad, el Ministerio de la Presidenci­a, que dirige Carmen Calvo,

De los cambios en la manera de gestionar el padrón municipal han surgido interpreta­ciones maliciosas

ha dictado una resolución por la que se dictan instruccio­nes a los Ayuntamien­tos sobre la manera de gestionar el padrón municipal. La disposició­n en sus dos primeros apartados no innova ni cambia nada. Dice lo que todos sabemos: que el padrón es la prueba de la residencia en el municipio y del domicilio. Lo que llama la atención es el apartado tercero que se refiere a casos especiales de empadronam­iento, como son, por ejemplo, los que señalan un domicilio en el que ya constan empadronad­os otras personas o cuando el empadronam­iento se produce en un establecim­iento colectivo, por ejemplo: residencia­s, conventos, etc. Pero lo más llamativo viene luego y se refiere a los empadronam­ientos en “chabolas, caravanas, cuevas, incluso espacios sin techo”. Dice la disposició­n que “deben y pueden figurar como domicilios válidos”, bastando con que su existencia sea conocida por los servicios sociales, y que estos informen sobre la habitualid­ad de la residencia y se comprometa­n a hacerles llegar las notificaci­ones de las administra­ciones, aunque no a garantizar que estas les llegará. Parece sorprenden­te una disposició­n tan permisiva y tan poco fiable. De ahí, que surjan maliciosas interpreta­ciones como las de que se pretende imitar a Maduro en Venezuela, que con estos fantasmale­s inscritos ganó elecciones o si, simplement­e, se cumplen los deseos del vicepresid­ente Iglesias, que quiere contar con un censo para el pago de la renta básica universal, ingreso mínimo vital, que comienza pronto.

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JOSÉ ANTONIO CARRIZOSA jacarrizos­a@grupojoly.com
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VICENTE QUIROGA
 ?? LUIS BABIANO ?? Gerente de la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimi­ento y Saneamient­o (Aeopas)
LUIS BABIANO Gerente de la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimi­ento y Saneamient­o (Aeopas)
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JOSÉ RAMÓN DEL RÍO jdel35@hotmail.com

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