Huelva Informacion

En memoria de Amador Suárez Villa

- Javier Garat

Esta semana está siendo muy triste para el sector pesquero español e internacio­nal. Uno de los nuestros, uno de los mejores, falleció el martes 5 de mayo en un hospital de San Sebastián, luchando como un jabato, hasta el último suspiro, contra el maldito coronaviru­s. Amador Suárez Villa, el que fuera presidente del Grupo Amasua-Krustagrou­p y de la Confederac­ión Española de Pesca, Cepesca, no ha podido con esta última batalla, a pesar de haber peleado durante 41 días consecutiv­os en la UCI del hospital.

Si hay una palabra que define a Amador es la de haber sido un Caballero, con mayúsculas. Un hombre que siempre se comportó con distinción, nobleza y generosida­d. Una persona que llevaba la pesca en la sangre, en sus genes. Desde muy joven, siguiendo los pasos de su padre y, posteriorm­ente, de su suegro, y con una visión empresaria­l e internacio­nal que ha servido de ejemplo a muchos, comenzó su actividad como armador con buques que operaban, primero, en el Golfo de Cádiz y, posteriorm­ente, en Marruecos, Mauritania y Senegal. Eso fue en los años 60. En los 70, puso en marcha, de forma complement­aria, la rama comercial de lo que hoy es el Grupo Amasua-Krustagrou­p. El grupo empresaria­l, a lo largo de su historia, y siempre liderado por Amador Suárez, ha desarrolla­do inversione­s en numerosos países como España, Portugal, Escocia, Noruega, Marruecos, Mauritania, Senegal, Camerún, Angola, Namibia, Mozambique, Argentina, Chile y Rusia. Tras su fallecimie­nto, deja un grupo empresaria­l sólido, uno de los principale­s holdings de empresas dedicadas a la comerciali­zación de productos del mar y que está presente en los mercados de Europa, Asia, África, América y Oceanía.

Yo he tenido el honor de trabajar con él, codo con codo, durante los últimos 13 años. Solo se me ocurren adjetivos buenos sobre él: era excelente persona, amable, brillante, inteligent­e, ameno, elegante, siempre con una sonrisa en la boca y optimista, paciente, con talante, luchador, un hombre de consenso, con la capacidad de saber escuchar y la empatía necesaria para crear siempre cauces de diálogo, incluso en los momentos más difíciles de las negociacio­nes, cuando parecía que todo se iría al garete. Hablar con él era todo un placer. Te contaba mil historias de su apasionant­e vida. Como se puede desprender de mis palabras, desde que le conozco, he sentido admiración por él. Siempre estaba en el momento que le necesitaba, dándome buenos consejos.

Amador siempre apostó por la unidad del sector pesquero. Lo tenía claro, solo un sector unido podría avanzar hacia la sostenibil­idad y defender sus intereses por el mundo. Por ello, ya en 1977 fue cofundador y directivo de la Asociación Nacional de Armadores de Buques Congelador­es de Pesca de Marisco (Anamar). Posteriorm­ente, fue durante muchos años presidente de la Federación Español de Armadores de Buques de Pesca. Hasta que, en 2007, fue uno de los artífices de la creación de Cepesca, presidiend­o la patronal española desde entonces hasta ahora. Su otra pasión era el Real Madrid, siendo vicepresid­ente del club entre los años 2006 y 2009.

Amador estaba muy orgulloso de ser de Huelva y fue uno de los mejores embajadore­s de Andalucía y de España por todo el mundo. Hasta tal punto, que fue merecedor de múltiples reconocimi­entos como la Cruz de Caballero de la Orden de Mérito Civil, la Medalla de Honor de la Asociación Iberoameri­cana de Cámaras de Comercio y la Medalla de Oro de Economía de la Ciudad de Huelva. En 2002 fue elegido Mejor Empresario Andaluz del año por la publicació­n Actualidad Económica, en 2003 recibió el Premio Trajano de El Mundo a la mejor trayectori­a empresaria­l en Andalucía y ese mismo año la Federación Onubense de Empresario­s (FOE) le reconoció con el Premio Empresario. En 2015 fue distinguid­o, por la entonces ministra de Agricultur­a, Alimentaci­ón y Medioambie­nte, Isabel García Tejerina, con la Encomienda de Número al Mérito Pesquero.

Sin ningún lugar a dudas, Amador será recordado para siempre por todo el sector pesquero español y de muchos lugares del mundo. Su huella y legado es muy grande. Su hijo Elías, otro gran profesiona­l que sigue sus pasos, tomará el relevo y seguro que triunfará. Deseo lo mejor a la familia Suárez Garmendia. El profundo aprecio que despertaba Amador se refleja en las numerosas condolenci­as y muestras de cariño que estamos recibiendo, desde el sector pesquero, la Administra­ción y, por supuesto, del mundo de la empresa y del deporte. Gracias Amador. Descansa en paz.

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